La tensión con Corea del Norte marca la gira diplomática de EE UU en Asia
El secretario de Estado, Rex Tillerson, tratará de unificar estrategias y limar asperezas en Tokyo, Seúl y Pekín
Amanda Mars
Nueva York, El País
Una de las primeras lecciones de política-realidad que recibió el lenguaraz Donald Trump, ya en el puesto de presidente de Estados Unidos, vino de la mano de Corea del Norte. El domingo 12 de febrero el régimen de Kim Jong-un lanzó un misil balístico que terminó en aguas del mar de Japón, justamente cuando el primer ministro japonés, Shinzo Abe, estaba de visita oficial en Estados Unidos. Allí era sábado por la noche y Trump, que antes de la toma de posesión se había envalentonado por Twitter con el régimen norcoreano, evitó subir la tensión, siguió cenando con Abe y no dijo nada.
Ahora, las tensiones con Pyongyang marcan la primera gira asiática del nuevo jefe de la diplomacia estadounidense, Rex Tillerson, un hombre, como Trump, procedente del mundo de la empresa (era presidente ejecutivo del gigante petrolero Exxon) que ha sorprendido en la nueva Administración estadounidense con un perfil extremadamente bajo, casi invisible, que ahora tiene oportunidad de enseñar la patita. Y la prudencia vuelve a ser la primera consigna.
El secretario de Estado de EE.UU., Rex Tillerson, usaba un seudónimo para el envío de correos electrónicos relacionados con el cambio climático mientras era el director ejecutivo de la petrolera Exxon Mobil, informaron hoy medios locales.
Según la cadena CNN, la oficina del fiscal general del estado de Nueva York, Eric Schneiderman, reveló este detalle en una carta enviada ayer a un juez del estado de Nueva York, en la que también acusa a Exxon Mobil de no presentar documentos relacionados con una investigación sobre la posibilidad de que la compañía mintiera a sus inversores sobre el cambio climático.
Los representantes de Schneiderman señalaron en la carta que Tillerson usó el alias de "Wayne Tracker" desde el año 2008 al 2015 para "enviar y recibir material relativo a asuntos importantes", entre ellos el cambio climático.
"Pese a los cerca de 60 documentos de la compañía que llevan el correo electrónico de 'Wayne Tracker', ni Exxon ni su consejo han revelado nunca que esta cuenta de correo independiente era una forma de comunicación de Tillerson en Exxon", apunta la misiva del consejero de Schneiderman, John Oleske.
Exxon confirmó en un comunicado que Tillerson utilizaba la dirección electrónica de "Wayne Tracker" mientras era director ejecutivo de la firma, y aclaró que ha entregado más de 2,5 millones de páginas de documentos al fiscal general.
"La dirección de correo Wayne.Tracker@exxonmobil.com es parte del sistema de emails de la compañía y se estableció para llevar a cabo comunicaciones seguras y rápidas entre altos oficiales selectos de la empresa y el antiguo presidente sobre varios asuntos comerciales", afirmó el portavoz de la petrolera Alan Jeffers en el texto.
Tillerson visitará mañana Japón, luego Corea del Sur y el sábado China con la intención de buscar una postura común frente a las amenazas de Kim Jong-un, que parece estar poniendo a prueba a la nueva Casa Blanca. La semana pasada lanzó cuatro misiles balísticos también al mar de Japón que coincidía con el arranque de las maniobras conjuntas que Estados Unidos y Corea del Sur suelen llevar a cabo cada año bajo el nombre “Foal Eagle”.
La secretaria adjunta de Estado -en funciones- para Asuntos de Asia Oriental, Susan Thornton, recalcó este lunes en un encuentro con periodistas los “flagrantes” incumplimientos por parte de Corea del Norte de las resoluciones de Naciones Unidas contra los misiles balísticos y los programas nucleares. “Por supuesto que defenderemos a nuestros amigos y aliados –Corea del Sur y Japón- y esperamos trabajar lo más colaborativamente posible en este asunto con socios importantes como China”, dijo. Thornton lamentó las “provocaciones” de Pyongyang y recordó que la ONU está analizando posibles movimientos, pero señaló que no estaba previsto el anuncio de nuevas sanciones.
El encuentro más fácil tendrá lugar en la primera parada del viaje, Japón, donde verá al primer ministro, Shinzo Abe, ya que este ha visitado ya Washington y se ha mostrado cercano al controvertido Trump. En Seúl se encontrará con un escenario convulso, ya que la presidenta, Park Geun-hye, ha dimitido en medio de un escándalo de corrupción y será recibido por un presidente en funciones, Hwang Kyo-ahn.
Donde más asperezas tendrá que limar Tillerson es en China. Trump empezó rematadamente mal con el gigante asiático: además de que durante la campaña electoral señaló a la economía china -junto con la mexicana- como culpable de buena parte de la desindustrialización estadounidense, llegó a cuestionar la política de “una sola China” al hablar con la líder de Taiwán, pese a que EE UU no reconoce su soberanía.
Trump rectificó en este último extremo y ambas potencias intentan un acercamiento. El presidente chino, Xi Jinping, se verá con Tillerson y además viajará próximamente a Estados Unidos invitado por el mandatario neoyorquino. Con todo, que el giro de la política exterior es un hecho quedó claro en las palabras de Susan Thornton. “Estamos intentando enfocar nuestros vínculos económicos con Asia de un modo que no promueva solo el crecimiento, sino también los intereses de EE UU, sus trabajadores, ciudadanos y empresas”, explicó, y agregó que buscan “un equilibrio, que el campo de juego sea igual porque ha estado jugando en nuestra contra”.
Con China también hay desacuerdo en el conflicto norcoreano, ya que Pekín y Moscú han protestado contra el despliegue del escudo antimisiles de Estados Unidos en Corea del Sur alegando que el radio de alcance llega a su territorio. “Es una medida razonable para un país que se ve amenazado por los misiles”, dijo Thornton.
El viaje de Tillerson también tiene su propio conflicto de política interior, ya que el secretario de Estado no lleva a periodistas en su avión, algo infrecuente, y ha recibido muchas críticas por ello. Es una señal más de la opacidad que está caracterizando hasta ahora a su mandato. La secretaria adjunta recalcó que habrá periodistas de todos modos cubriendo el viaje y que se facilitará su trabajo.
Amanda Mars
Nueva York, El País
Una de las primeras lecciones de política-realidad que recibió el lenguaraz Donald Trump, ya en el puesto de presidente de Estados Unidos, vino de la mano de Corea del Norte. El domingo 12 de febrero el régimen de Kim Jong-un lanzó un misil balístico que terminó en aguas del mar de Japón, justamente cuando el primer ministro japonés, Shinzo Abe, estaba de visita oficial en Estados Unidos. Allí era sábado por la noche y Trump, que antes de la toma de posesión se había envalentonado por Twitter con el régimen norcoreano, evitó subir la tensión, siguió cenando con Abe y no dijo nada.
Ahora, las tensiones con Pyongyang marcan la primera gira asiática del nuevo jefe de la diplomacia estadounidense, Rex Tillerson, un hombre, como Trump, procedente del mundo de la empresa (era presidente ejecutivo del gigante petrolero Exxon) que ha sorprendido en la nueva Administración estadounidense con un perfil extremadamente bajo, casi invisible, que ahora tiene oportunidad de enseñar la patita. Y la prudencia vuelve a ser la primera consigna.
El secretario de Estado de EE.UU., Rex Tillerson, usaba un seudónimo para el envío de correos electrónicos relacionados con el cambio climático mientras era el director ejecutivo de la petrolera Exxon Mobil, informaron hoy medios locales.
Según la cadena CNN, la oficina del fiscal general del estado de Nueva York, Eric Schneiderman, reveló este detalle en una carta enviada ayer a un juez del estado de Nueva York, en la que también acusa a Exxon Mobil de no presentar documentos relacionados con una investigación sobre la posibilidad de que la compañía mintiera a sus inversores sobre el cambio climático.
Los representantes de Schneiderman señalaron en la carta que Tillerson usó el alias de "Wayne Tracker" desde el año 2008 al 2015 para "enviar y recibir material relativo a asuntos importantes", entre ellos el cambio climático.
"Pese a los cerca de 60 documentos de la compañía que llevan el correo electrónico de 'Wayne Tracker', ni Exxon ni su consejo han revelado nunca que esta cuenta de correo independiente era una forma de comunicación de Tillerson en Exxon", apunta la misiva del consejero de Schneiderman, John Oleske.
Exxon confirmó en un comunicado que Tillerson utilizaba la dirección electrónica de "Wayne Tracker" mientras era director ejecutivo de la firma, y aclaró que ha entregado más de 2,5 millones de páginas de documentos al fiscal general.
"La dirección de correo Wayne.Tracker@exxonmobil.com es parte del sistema de emails de la compañía y se estableció para llevar a cabo comunicaciones seguras y rápidas entre altos oficiales selectos de la empresa y el antiguo presidente sobre varios asuntos comerciales", afirmó el portavoz de la petrolera Alan Jeffers en el texto.
Tillerson visitará mañana Japón, luego Corea del Sur y el sábado China con la intención de buscar una postura común frente a las amenazas de Kim Jong-un, que parece estar poniendo a prueba a la nueva Casa Blanca. La semana pasada lanzó cuatro misiles balísticos también al mar de Japón que coincidía con el arranque de las maniobras conjuntas que Estados Unidos y Corea del Sur suelen llevar a cabo cada año bajo el nombre “Foal Eagle”.
La secretaria adjunta de Estado -en funciones- para Asuntos de Asia Oriental, Susan Thornton, recalcó este lunes en un encuentro con periodistas los “flagrantes” incumplimientos por parte de Corea del Norte de las resoluciones de Naciones Unidas contra los misiles balísticos y los programas nucleares. “Por supuesto que defenderemos a nuestros amigos y aliados –Corea del Sur y Japón- y esperamos trabajar lo más colaborativamente posible en este asunto con socios importantes como China”, dijo. Thornton lamentó las “provocaciones” de Pyongyang y recordó que la ONU está analizando posibles movimientos, pero señaló que no estaba previsto el anuncio de nuevas sanciones.
El encuentro más fácil tendrá lugar en la primera parada del viaje, Japón, donde verá al primer ministro, Shinzo Abe, ya que este ha visitado ya Washington y se ha mostrado cercano al controvertido Trump. En Seúl se encontrará con un escenario convulso, ya que la presidenta, Park Geun-hye, ha dimitido en medio de un escándalo de corrupción y será recibido por un presidente en funciones, Hwang Kyo-ahn.
Donde más asperezas tendrá que limar Tillerson es en China. Trump empezó rematadamente mal con el gigante asiático: además de que durante la campaña electoral señaló a la economía china -junto con la mexicana- como culpable de buena parte de la desindustrialización estadounidense, llegó a cuestionar la política de “una sola China” al hablar con la líder de Taiwán, pese a que EE UU no reconoce su soberanía.
Trump rectificó en este último extremo y ambas potencias intentan un acercamiento. El presidente chino, Xi Jinping, se verá con Tillerson y además viajará próximamente a Estados Unidos invitado por el mandatario neoyorquino. Con todo, que el giro de la política exterior es un hecho quedó claro en las palabras de Susan Thornton. “Estamos intentando enfocar nuestros vínculos económicos con Asia de un modo que no promueva solo el crecimiento, sino también los intereses de EE UU, sus trabajadores, ciudadanos y empresas”, explicó, y agregó que buscan “un equilibrio, que el campo de juego sea igual porque ha estado jugando en nuestra contra”.
Con China también hay desacuerdo en el conflicto norcoreano, ya que Pekín y Moscú han protestado contra el despliegue del escudo antimisiles de Estados Unidos en Corea del Sur alegando que el radio de alcance llega a su territorio. “Es una medida razonable para un país que se ve amenazado por los misiles”, dijo Thornton.
El viaje de Tillerson también tiene su propio conflicto de política interior, ya que el secretario de Estado no lleva a periodistas en su avión, algo infrecuente, y ha recibido muchas críticas por ello. Es una señal más de la opacidad que está caracterizando hasta ahora a su mandato. La secretaria adjunta recalcó que habrá periodistas de todos modos cubriendo el viaje y que se facilitará su trabajo.