La sociedad Kroos-Ramos

Ramos y Kroos doblegaron al Nápoles con dos jugadas de estrategia.


Carlos Forjanes
As
Kroos la pone a balón parado y Ramos cabecea a gol. Una especie de mantra para el Real Madrid esta temporada. Con el vital 1-1 en Nápoles cuando el equipo de Zidane estaba acorralado ya son seis los goles que ha logrado la sociedad Kroos-Ramos esta temporada. Aunque el 1-2 se lo quisiera adjudicar la UEFA a Mertens en propia puerta por tocar levemente la pelota. “No jodas, ¿me han quitado el doblete?”, respondía incrédulo el camero al enterarse por voz de Susana Guasch en la flash interview.


La estrategia tejió lo que el 4-3-3 con la BBC desenganchada del resto había deshilachado. Con el 1-0 al descanso y el Madrid a un gol de ser engullido por la lava del Vesubio, los tifosi mostraron una pancarta: ‘Se accettano miracoli’ (‘Se aceptan milagros’). Ramos les negó cualquier intervención divina. Marcó sus goles diez y once en Champions League de la misma manera que hizo el primero, el 6 de diciembre de 2005 al Olympiacos. De cabeza.

Aquel gol en Atenas inició una sucesión que incluye momentos cinematográficos como Múnich, Lisboa, Milán... y ahora Nápoles. El secreto, no obstante, nació en la costa española. “Desde pequeñito remataba balones de cabeza en la playa con mi padre”, desveló una vez el capitán blanco, que estrenaba en Nápoles una nueva ristra de tatuajes (entre otros, una copa de vino y un semáforo). “Va como un animal”, fue la gráfica definición de Lucas Vázquez anoche. Juninho Pernambucano, mago a balón parado, le rendía pleitesía en Twitter: “Ramos es el defensa más grande de la historia del fútbol español y, para mí, el mejor del fútbol mundial”.

Si aquel primer tanto de Champions en el Georgios Karaiskakis se lo dio a Ramos una falta lateral chutada por un pasador inesperado, Raúl Bravo, este último en Nápoles lo preparó un especialista en los córners como es Kroos.

El Madrid adquirió al alemán en 2014 sabiendo que en el kit venía su destreza a balón parado. Ya dio pistas en el Mundial de Brasil. Con Joachim Low desdeñando las standardsituationen (acciones de estrategia), fueron los internacionales germanos los que le convencieron de utilizar la habilidad de Kroos. Y el madridista le puso dos goles en la cabeza a otro central poderoso, Matts Hummels, uno de ellos decisivo en cuartos contra Francia (1-0)...
“Kroos tiene un guante en el pie, lo vimos también en la ida”, le piropeaba Reina pese a haberlo sufrido en sus carnes. Ramos y Zidane también lo saben. El central y el teutón (14 asistencias este curso) tienen establecida una serie de señas. En el épico 3-2 al Deportivo, en diciembre pasado, Ramos le pidió el balón al primer palo tocándose varias veces el hombro derecho. Kroos la envió ahí y el camero volvió a multiplicar los panes y los peces en el 93’. “Parece de chiste...”, le quitaba hierro entre risas en zona mixta. Luego se puso serio: “Hay mucho trabajo detrás”.

Los seis goles del dúo Kroos-Ramos esta campaña 2016-17 elevan hasta diez el total que han conseguido entre ambos a balón parado. Este mismo curso ya le dieron al Madrid tres puntos clave cuando fabricaron los dos goles en el 2-1 al Málaga. Una sociedad que vale su peso en oro.

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