Holanda deniega el aterrizaje al avión del ministro de Exteriores turco

Turquía llama "nazis y fascistas" a las autoridades holandesas que llaman inmediatamente a consultas al embajador del país

Isabel Ferrer
La Haya, El País
El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, ha calificado este sábado a Holanda de "nazi y fascista” y ha amenazado con impedir “que sus aviones aterricen de nuevo" en Turquía. Lo ha dicho después de que las autoridades holandesas impidieran el aterrizaje del vuelo que debía dejar esta tarde en Róterdam al ministro de Exteriores turco, Mevlut Çavusoglu.Portavoces del Gobierno en La Haya han justificado la medida “por los riesgos para el orden público" que entrañaba permitir la presencia de Çavusoglu en suelo holandés. El Gobierno del país europeo ha llamado a consultas al embajador turco por sus polémicas declaraciones que ha tachado de "locuras". Y Ankara, por su parte, ha citado al representante de negocios holandés en el país.


En plena conmoción, Ahmed Aboutaleb, alcalde socialdemócrata y de ascendencia marroquí de la ciudad portuaria, ha tomado medidas extraordinarias de seguridad alrededor del consulado turco. Trata de evitar altercados en caso de que aparezca la ministra de Familia turca, Fatma Betul Sayan Kaya. Enviada por el presidente, ha emprendido este mismo sábado el viaje en coche desde Alemania y no se le impedirá la entrada.

El Ejecutivo holandés no quiere pues que el ministro del país euroasiático haga campaña electoral en pro del referéndum constitucional turco del próximo 16 de abril, que pretende aumentar los poderes del presidente para que ejerza por decreto. En una alocución televisiva de urgencia, Erdogan ha amenazado también con “expulsar a los diplomáticos holandeses de Turquía”. Poco después de que la negativa holandesa truncara el viaje de Çavusoglu, A las 14.48, un grupo de manifestantes se congregaban ante el consulado holandés en Estambul. En una de las pancartas podía leerse: “No te confundas, Holanda. No agotes nuestra paciencia”. En Holanda residen 397.000 ciudadanos de origen turco.

El roce diplomático que enfrenta a ambos países sube de tono por momentos. El Gobierno holandés cuenta, en cambio, con el apoyo de la mayoría del arco parlamentario, contrario a que otro país intente ejercer presiones políticas fuera de sus fronteras. “No hemos podido hacer otra cosa. Había problemas de orden público y seguridad y mientras buscábamos una solución, Turquía nos amenazó con sanciones políticas y económicas. Holanda no puede aceptar dicha presión. Así que al final hemos denegado los derechos de aterrizaje”, ha declarado Bert Koenders, titular de holandés Exteriores, a la televisión nacional NOS. “Las amenazas de Erdogan son terribles y vemos la deriva autoritaria de su país”, ha añadido.

En plena campaña electoral para los comicios del próximo miércoles, Mark Rutte, el primer ministro liberal, ha dicho que Holanda “no se dejará chantajear”. Antes del choque de este sábado, el ministro Çavusoglu afirmó que “Holanda ha secuestrado a los ciudadanos de origen turco”. Y ese es el problema: la ciudadanía. Para ambos países son sus compatriotas, y la comunidad de esta ascendencia tiene doble pasaporte, como sucede en Alemania. Pero tanto Rutte como la canciller germana, Angela Merkel, consideran inadecuado “exportar una campaña electoral”. El presidente Erdogan lamentó esta misma semana “las prácticas nazis de Berlín”. Austria y Suiza también han impedido visitas similares.
Una tensión con precedentes

A principios de esta semana, Aboutaleb, dijo que él habría rechazado el viaje a Róterdam del ministro Çavusoglu “de no haberlo hecho antes el dueño del centro donde pensaba dar su discurso para la comunidad de origen turco”. “Tiene inmunidad diplomática y será respetado, pero hay otros métodos para repeler su presencia”, dijo, alegando para ello razones de paz ciudadana.

Desde el intento de golpe de Estado del pasado julio en Turquía, las relaciones entre Ankara y varios países de la Unión Europea con población de origen turco han sido muy tensas. En Holanda, al menos una veintena de personas ha denunciado que el consulado turco les había quitado el pasaporte. En consecuencia, debían viajar a Ankara con un permiso temporal “para demostrar que no estaban implicados en la intentona golpista ni tampoco apoyaban al clérigo Fetulá Güllen, acusado de haberla incitado”. El ministerio de Exteriores holandés ha confirmado los hechos, y teme que haya más casos.

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