Hay 'Caso Iniesta': "No estaré en el Barcelona por estar..."
"Aprovecho para decir que, tanto sea una cosa como otra (que renueve o no), Iniesta y el Barça no tendrán ningún problema", dijo el azulgrana abriendo una incógnita sobre su futuro.
Juan Jiménez
As
Casi a lo Luis Enrique cuando anunció su adiós al Barça después del partido ante el Sporting, Iniesta soltó una bomba inesperada ayer por la tarde en un acto en la Plaza de Catalunya. El centrocampista abrió por cuenta propia una incógnita gigante sobre una renovación que parecía cuestión de tiempo y ahora queda en el alambre. "Aprovecho para decir que tanto sea una cosa como otra (renovar o no), Iniesta y el Barça no tendrán nunca ningún problema".
Aunque luego Iniesta remarcase que su ilusión es "retirarme aquí", el anuncio retumbó y cogió a contrapié el ejército de medios que le esperaban. Preparados para preguntar por Unzué, Valverde, los árbitros, la remontada ante el PSG, el rival en Champions o la Liga, resetearon con rapidez y orientaron la comparecencia del capitán a la renovación de un contrato que expira en 2018. "Siempre he sido claro y, a día de hoy, lo único que me puede quitar el sueño es lo que tenemos en juego. A partir de ahí, cuando acabe la temporada o cuando sea el momento, se valorarán todas las cosas. No estoy diciendo que no vaya a renovar. Lo que nunca haré es estar aquí por estar. Eso está más que claro".
No es difícil sospechar qué le ocurre a Iniesta. Pese a que ha sufrido tres lesiones esta temporada (distensión de la cápsula posterior de la rodilla derecha en agosto, lesión parcial del ligamento lateral externo de esa rodilla contra el Valencia y lesión de sóleo), ha jugado poco. Tan poco como 1.390 minutos oficiales esta temporada. Y algo más. Los dos últimos años, Iniesta había sido mimado hasta el extremo por Luis Enrique pero era intocable en los partidos claves. Ya, no. En la eliminatoria ante el PSG, Iniesta no acabó ninguno de los dos partidos. En el Parque de los Príncipes fue sustituido en el 72’ y en la vuelta, en el 65’. Ante el Atlético, en el Calderón, aguantó 71’. Es fácil seguirle la pista al centrocampista. En otro de los mensajes que dejó ayer, calificó su año como “no difícil, sino diferente”.
Iniesta sospecha que puede perder peso en el equipo, que el club piensa más en cómo marcar los tiempos de su última etapa que en un presente en el que aún se considera capacitado para marcar la diferencia en el equipo. Otro mensaje del manchego: “A día de hoy, veo que puedo seguir rindiendo. Y mi deseo es cuidarme, entrenarme para cuando tenga que jugar”. De ahí la enigmática frase posterior de “lo que no haré nunca es estar aquí por estar”. En resumen, Iniesta no piensa aún en contratos vitalicios o de ser una pieza clave del staff en La Masia. Quiere jugar.
El sobresalto dejó sin apenas relevancia el resto de declaraciones. Avaló como futuro entrenador a Unzué (“es una persona que conoce cómo funciona todo”), pero también a Valverde (“me parece un grandísimo entrenador”). Admitió que una eliminatoria ante Madrid o Atlético en la Champions “desgastaría mucho a ambos equipos”. Y habló de la remontada ante el PSG como “algo único”. Pero la gran sacudida ya se había producido. Quien pensó en una renovación a la carta de Iniesta se equivocaba.
Juan Jiménez
As
Casi a lo Luis Enrique cuando anunció su adiós al Barça después del partido ante el Sporting, Iniesta soltó una bomba inesperada ayer por la tarde en un acto en la Plaza de Catalunya. El centrocampista abrió por cuenta propia una incógnita gigante sobre una renovación que parecía cuestión de tiempo y ahora queda en el alambre. "Aprovecho para decir que tanto sea una cosa como otra (renovar o no), Iniesta y el Barça no tendrán nunca ningún problema".
Aunque luego Iniesta remarcase que su ilusión es "retirarme aquí", el anuncio retumbó y cogió a contrapié el ejército de medios que le esperaban. Preparados para preguntar por Unzué, Valverde, los árbitros, la remontada ante el PSG, el rival en Champions o la Liga, resetearon con rapidez y orientaron la comparecencia del capitán a la renovación de un contrato que expira en 2018. "Siempre he sido claro y, a día de hoy, lo único que me puede quitar el sueño es lo que tenemos en juego. A partir de ahí, cuando acabe la temporada o cuando sea el momento, se valorarán todas las cosas. No estoy diciendo que no vaya a renovar. Lo que nunca haré es estar aquí por estar. Eso está más que claro".
No es difícil sospechar qué le ocurre a Iniesta. Pese a que ha sufrido tres lesiones esta temporada (distensión de la cápsula posterior de la rodilla derecha en agosto, lesión parcial del ligamento lateral externo de esa rodilla contra el Valencia y lesión de sóleo), ha jugado poco. Tan poco como 1.390 minutos oficiales esta temporada. Y algo más. Los dos últimos años, Iniesta había sido mimado hasta el extremo por Luis Enrique pero era intocable en los partidos claves. Ya, no. En la eliminatoria ante el PSG, Iniesta no acabó ninguno de los dos partidos. En el Parque de los Príncipes fue sustituido en el 72’ y en la vuelta, en el 65’. Ante el Atlético, en el Calderón, aguantó 71’. Es fácil seguirle la pista al centrocampista. En otro de los mensajes que dejó ayer, calificó su año como “no difícil, sino diferente”.
Iniesta sospecha que puede perder peso en el equipo, que el club piensa más en cómo marcar los tiempos de su última etapa que en un presente en el que aún se considera capacitado para marcar la diferencia en el equipo. Otro mensaje del manchego: “A día de hoy, veo que puedo seguir rindiendo. Y mi deseo es cuidarme, entrenarme para cuando tenga que jugar”. De ahí la enigmática frase posterior de “lo que no haré nunca es estar aquí por estar”. En resumen, Iniesta no piensa aún en contratos vitalicios o de ser una pieza clave del staff en La Masia. Quiere jugar.
El sobresalto dejó sin apenas relevancia el resto de declaraciones. Avaló como futuro entrenador a Unzué (“es una persona que conoce cómo funciona todo”), pero también a Valverde (“me parece un grandísimo entrenador”). Admitió que una eliminatoria ante Madrid o Atlético en la Champions “desgastaría mucho a ambos equipos”. Y habló de la remontada ante el PSG como “algo único”. Pero la gran sacudida ya se había producido. Quien pensó en una renovación a la carta de Iniesta se equivocaba.