Escocia anuncia sus planes para convocar otro referéndum de independencia a partir de otoño de 2018

La líder escocesa, Nicola Sturgeon, solicitará la consulta la semana que viene

Pablo Guimón
Londres, El País
La amenaza a la integridad territorial de Reino Unido vuelve con fuerza, justo cuando el país se dispone a iniciar oficialmente su salida de la UE. La ministra principal escocesa, Nicola Sturgeon, ha anunciado este lunes que empezará los trámites para celebrar un nuevo referéndum de independencia en Escocia, entre octubre 2018 y primavera de 2019. Es la respuesta al “muro de intransigencia” que, según Sturgeon, Londres ha levantado ante su reclamación de un trato especial para Escocia, que votó masivamente por la permanencia. Se abre así, en paralelo a las negociaciones del Brexit, otro frente no por previsible menos inquietante.


Los escoceses, recordó Nicola Sturgeon en un discurso pronunciado en su residencia oficial de Edimburgo, se opusieron masivamente al Brexit en el referéndum de junio: el 62% votó por la permanencia en la UE, comparado con el 48% en el conjunto del país. Pero Londres se ha negado a contemplar la posibilidad de que Escocia pueda seguir formando parte del mercado único, como ha pedido reiteradamente el Gobierno nacionalista.

“Desde el pasado junio mi foco ha sido tratar de alcanzar un acuerdo con Reino Unido que permitiera conciliar el voto general por el Brexit y el voto escocés por la permanencia”, aseguró Sturgeon, “pero el Gobierno británico no se ha movido ni una pulgada en pos del compromiso y el acuerdo”.

Escocia rechazó la independencia de Reino Unido, por 55,3% a 44,7%, en la consulta celebrada en septiembre de 2014 que, como recordó este lunes un portavoz de Downing Street, el propio Gobierno escocés definió como “única en una generación”. Pero Sturgeon advirtió de que, en el programa con el que su partido, el SNP, ganó las elecciones escocesas en 2016, se abría la puerta a un nuevo referéndum de independencia si se producía “un cambio significativo” en las circunstancias. La posibilidad de que Escocia fuera sacada de la UE contra su voluntad fue citada por Sturgeon como ejemplo de ese cambio.

Para celebrar un referéndum vinculante, de acuerdo con el precedente de la consulta de 2014, es necesaria la autorización del Parlamento británico. Sturgeon anunció que pedirá la semana que viene la aprobación a la cámara escocesa para negociar con Londres una transferencia de poder de Westminster a Edimburgo, en virtud de la sección 30 el estatuto de autonomía escocés, para proceder con el referéndum. El SNP gobierna en minoría, apoyado en 63 de los 129 escaños de la cámara. Pero los Verdes (6 escaños) ya han anunciado que apoyarán un segundo referéndum, por lo que la autorización en Escocia se da por hecha.

Desde Downing Street se dijo ayer que otro referéndum sería “divisorio y causaría una enorme incertidumbre económica en el peor momento posible”. Pero no se confirmó si el Gobierno lo aprobaría. Sturgeon advirtió ayer de que sería “inaceptable” que se bloquee la consulta desde Londres. Fuentes del Gobierno británico aceptan que un segundo referéndum es inevitable y que, políticamente, sería difícil para May negarse.

La batalla se librará, previsiblemente, en el terreno de las fechas. Londres tratará de retrasar la consulta hasta que Reino Unido haya abandonado la UE, confiando en que los votantes teman elegir la independencia una vez fuera del club. La preferencia de Sturgeon es celebrarlo después de otoño del año que viene, cuando ya haya una idea clara de las condiciones en que se producirá la salida de la UE, pero antes de que Reino Unido esté fuera, algo que se espera suceda en primavera de 2019.

Jeremy Corbyn, líder de la oposición, aseguró que “sería un error celebrar un referéndum tan pronto” y que el Partido Laborista se opondrá en el Parlamento escocés, donde tras su histórica hegemonía quedó relegado a tercera fuerza, por detrás de los conservadores, en las pasadas elecciones. “Pero si el Parlamento escocés vota por un referéndum, el partido no bloqueará en Westminster esa decisión democrática”, advirtió.

Sturgeon dejó abierta la posibilidad de que May pueda evitar el nuevo referéndum si atiende a las demandas de Escocia sobre el Brexit, pero insistió en que sus esperanzas son escasas. “No puedo fingir ante los escoceses que un acuerdo sea remotamente probable, dada la rigidez de la respuesta de la primera ministra hasta la fecha”, dijo.

En la actualidad los sondeos de opinión indican que el margen (casi 11 puntos) por el que ganó el no a la independencia en 2014 se ha reducido hasta el empate técnico. Los mercados reaccionaron al anuncio de Sturgeon con un ligero repunte de la libra. Algo que se podría explicar, según los analistas, a que los inversores ven en el desafío independentista una fuerza que puede tirar del Gobierno británico hacia un Brexit menos radical para satisfacer los deseos de los escoceses.

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