El terror en Damasco marca el sexto aniversario de la guerra

Al menos 39 muertos y decenas de heridos en dos atentados en la capital siria

Juan Carlos Sanz
Jerusalén, El País
Cuatro días después de un atentado que se cobró 74 vidas, el terror ha golpeado de nuevo el corazón de Damasco cuando se cumple el sexto aniversario de la guerra civil en Siria. Un terrorista suicida hizo estallar este miércoles la carga explosiva que ocultaba en el concurrido palacio de justicia de Hamidiye, próximo al bazar de la capital. Al menos 39 personas, entre ellas 24 civiles, han muerto y varias decenas han resultado heridas, según el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos. El atacante, vestido con uniforme militar, provocó la explosión después de que la policía tratara de impedirle la entrada al edificio, de acuerdo con declaraciones de testigos. Un segundo atentado suicida se produjo poco después en un restaurante del distrito de Rabue, situado al oeste de Damasco. La agencia estatal de noticias SANA indicó que la explosión había dejado más de dos decenas de heridos.


Damasco había vivido en una relativa calma —interrumpida por combates en los focos insurgentes de su provincia— desde el alto el fuego acordado el pasado 30 de diciembre entre el régimen del presidente Bachar el Asad y las milicias rebeldes con la mediación de Rusia y Turquía. El grupo yihadista Tahrir al Sham, segunda reedición de Frente al Nusra (filial de Al Qaeda), se atribuyó el domingo el un doble ataque perpetrado el sábado contra peregrinos chiíes iraquíes cerca de un cementerio que alberga mausoleos de religiosos venerados por esta rama del islam en el centro histórico de la capital.

El Estado Islámico (ISIS en sus siglas en inglés) asumió la autoría del mayor atentado registrado en el área de Damasco durante el conflicto, que se cobró 134 vidas en febrero de 2016 en los lugares santos chiíes de la mezquita de Sayeda Zeinab, un centro de peregrinación situado en los alrededores de la urbe. Tanto el ISIS como la filial de Al Qaeda han sido excluidos de las negociaciones de paz y de los sucesivos armisticios declarados durante la contienda.

La última acción terrorista se ha producido precisamente seis años del inicio de las manifestaciones contra el presidente El Asad, cuya represión violenta desencadenó la guerra civil. El conflicto se ha causado hasta ahora 320.000 muertos y ha provocado que 145.000 hayan sido declaradas desaparecidas, según el recuento del Observatorio Sirio para los Derechos Humanos, ONG basada en Reino Unido que dispone de una red de informadores sobre el terreno. Al menos cinco millones de sirios se han visto obligados a huir del país mientras que más de seis millones de ciudadanos han abandonado sus hogares a causa de la guerra.

Los ataques terroristas en cadena vividos en Damasco en los últimos días amenazan con torpedear el proceso de diálogo abierto en las últimas semanas entre el Gobierno de El Asad y las principales milicias y partidos de la oposición para intentar poner fin al conflicto. Solo un grupo rebelde, el Ejército Libre Sirio, ha acudido a la ronda de conversaciones sobre el alto el fuego en Astaná, la capital de Kazajstán, que comenzó el martes bajo la tutela de Rusia e Irán, aliados del régimen de Damasco, por un lado, y de Turquía, que respalda a los grupos rebeldes, por otro.

El mediador de Naciones Unidas para Siria, Staffan de Mistura, ha convocado también el próximo día 23 a ambas partes a reanudar las negociaciones de paz de Ginebra después de haber logrado pactar el pasado día 2 la agenda para una salida política a seis años de guerra.

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