El Rojo practica la definición, su punto más débil
Fabian Rodriguez
Frodriguez@ole.com.ar.
No encuentra la fórmula. Cambió de técnico, también a los delanteros de área, pero el problema persiste. Choca con él una y otra vez. Independiente padece una anemia en la concreción que lo preocupa: sólo convirtió 11 goles en 15 partidos en el campeonato. Un registro que lo lleva a ser el tercer club -junto a Temperley- con menor cantidad de tantos, detrás de Belgrano (9) y Aldosivi (10). Además, si se tiene en cuenta el andar por Copa Argentina y en la Sudamericana, en nueve encuentros de los 20 disputados en la temporada 2016/17 terminó con el grito atragantado. Y por ello, Ariel Holan ayer trabajó en la resolución, en busca de afinar la puntería.
El entrenador, que llegó en reemplazo de Gabriel Milito, tiene una intención de juego vertical, con transiciones rápidas. Desarrolla una estrategia que se basa en la búsqueda de aprovechar los espacios y la velocidad de los futbolistas para que cuenten con chances de gol. Sin embargo, hay un dato que preocupa: no convirtió goles en los amistosos oficiales (jugó contra Atlético Tucumán y dos veces ante Racing) y en el debut por el torneo igualó 0-0 con San Martín de San Juan en Avellaneda.
Dos tiros en los postes y las atajadas de Luis Ardente, arquero del conjunto de Cuyo, impidieron que el Rojo corte la sequía. Hasta Emmanuel Gigliotti, quien llegó desde China para ocupar el lugar que dejaron Germán Denis (Lanús) y Diego Vera (Colón), reventó un palo con un remate y no pudo romper esta racha adversa, que ya acumula 199 minutos sin festejos en el Libertadores de América. El último fue de Viruta en el triunfo (1-0) con River, el 4 de diciembre.
El entrenador tomó nota de este déficit. Durante la semana realizó trabajos que apuntaron a la gestación de la jugada ante un elenco juvenil, que se retrasó en su campo. Un ejercicio de adecuación a rivales con postura muy defensiva, como la que eligen muchos de los visitantes. Y ayer se practicó la definición para poder progresar en este aspecto trascendental del juego, que determina los partidos y posibilita la chance de liberar el grito más deseado.
Frodriguez@ole.com.ar.
No encuentra la fórmula. Cambió de técnico, también a los delanteros de área, pero el problema persiste. Choca con él una y otra vez. Independiente padece una anemia en la concreción que lo preocupa: sólo convirtió 11 goles en 15 partidos en el campeonato. Un registro que lo lleva a ser el tercer club -junto a Temperley- con menor cantidad de tantos, detrás de Belgrano (9) y Aldosivi (10). Además, si se tiene en cuenta el andar por Copa Argentina y en la Sudamericana, en nueve encuentros de los 20 disputados en la temporada 2016/17 terminó con el grito atragantado. Y por ello, Ariel Holan ayer trabajó en la resolución, en busca de afinar la puntería.
El entrenador, que llegó en reemplazo de Gabriel Milito, tiene una intención de juego vertical, con transiciones rápidas. Desarrolla una estrategia que se basa en la búsqueda de aprovechar los espacios y la velocidad de los futbolistas para que cuenten con chances de gol. Sin embargo, hay un dato que preocupa: no convirtió goles en los amistosos oficiales (jugó contra Atlético Tucumán y dos veces ante Racing) y en el debut por el torneo igualó 0-0 con San Martín de San Juan en Avellaneda.
Dos tiros en los postes y las atajadas de Luis Ardente, arquero del conjunto de Cuyo, impidieron que el Rojo corte la sequía. Hasta Emmanuel Gigliotti, quien llegó desde China para ocupar el lugar que dejaron Germán Denis (Lanús) y Diego Vera (Colón), reventó un palo con un remate y no pudo romper esta racha adversa, que ya acumula 199 minutos sin festejos en el Libertadores de América. El último fue de Viruta en el triunfo (1-0) con River, el 4 de diciembre.
El entrenador tomó nota de este déficit. Durante la semana realizó trabajos que apuntaron a la gestación de la jugada ante un elenco juvenil, que se retrasó en su campo. Un ejercicio de adecuación a rivales con postura muy defensiva, como la que eligen muchos de los visitantes. Y ayer se practicó la definición para poder progresar en este aspecto trascendental del juego, que determina los partidos y posibilita la chance de liberar el grito más deseado.