El Lazio vuelve a ganar un derbi y se acerca a la final
El jugador del Lazio Sergej Milinkovic-Savic (c) celebra con sus compañeros después de anotar un gol ante el Roma hoy, miércoles 1 de marzo de 2017, durante el partido de ida de la semifinal de la Copa Italiana entre el SS Lazio y el AS Roma en el Estadio Olímpico de Roma (Italia).
Mirko Calemme
As
En la Coppa Italia tenía que ser: tras casi cuatro años de espera, el Lazio volvió a ganar un derbi della Capitale en la semifinal de ida. Su último triunfo fue en la histórica final del 2013: después, llegaron dos empates y cinco derrotas (cuatro consecutivas), todas en la Liga.
Se jugaba de noche por primera vez en los últimos cuatro años, y no faltó espectáculo. Inzaghi renunció a Keita, Spalletti a De Rossi; pocas sorpresas en el resto de los onces, con Milinkovic-Savic, Immobile y Felipe Anderson en la delantera biancoceleste y Dzeko, Salah y Nainggolan de enganche en la giallorossa. El Roma empezó controlando más la pelota, pero, a la vez, sufriendo las llegadas de sus rivales, que abrieron la lata en el 30'. Felipe Anderson centró para Milinkovic-Savic tras una gran jugada personal, y el serbio empujó con una estirada entre palos. Nota negativa fueron los pitos racistas a Rüdiger por parte de los hinchas locales, quizás debidos a la polémica del defensa a Lulic en diciembre.
En la reanudación, los de Inzaghi aguantaron bien (y con algo de suerte) la reacción giallorossa. Salah se topó con el palo antes de ser sustituido por El Shaarawy, y Spalletti, en busca del gol, también sacó a Perotti en lugar de Paredes. Fue otro, sin embargo, el cambio decisivo. En el 67', Keita Baldé Diao sustituyó a Felipe Anderson: el senegalés nacido en España, diez minutos después, se deshizo de Manolas y le regaló a Immobile un balón que el punta italiano sólo tuvo que empujar a la red.
El Roma, guiado por Totti (que jugó los últimos 10 minutos del enfrentamiento), asaltó el área de los biancocelesti, que sin embargo resistieron y se llevaron un 2-0 vital. El conjunto de Inzaghi jugaba en casa y no encajó goles: con este resultado el partido de vuelta en abril empieza cuesta abajo, aunque un derbi della Capitale a menudo reserva sorpresas. Será otra noche caliente.
As
En la Coppa Italia tenía que ser: tras casi cuatro años de espera, el Lazio volvió a ganar un derbi della Capitale en la semifinal de ida. Su último triunfo fue en la histórica final del 2013: después, llegaron dos empates y cinco derrotas (cuatro consecutivas), todas en la Liga.
Se jugaba de noche por primera vez en los últimos cuatro años, y no faltó espectáculo. Inzaghi renunció a Keita, Spalletti a De Rossi; pocas sorpresas en el resto de los onces, con Milinkovic-Savic, Immobile y Felipe Anderson en la delantera biancoceleste y Dzeko, Salah y Nainggolan de enganche en la giallorossa. El Roma empezó controlando más la pelota, pero, a la vez, sufriendo las llegadas de sus rivales, que abrieron la lata en el 30'. Felipe Anderson centró para Milinkovic-Savic tras una gran jugada personal, y el serbio empujó con una estirada entre palos. Nota negativa fueron los pitos racistas a Rüdiger por parte de los hinchas locales, quizás debidos a la polémica del defensa a Lulic en diciembre.
En la reanudación, los de Inzaghi aguantaron bien (y con algo de suerte) la reacción giallorossa. Salah se topó con el palo antes de ser sustituido por El Shaarawy, y Spalletti, en busca del gol, también sacó a Perotti en lugar de Paredes. Fue otro, sin embargo, el cambio decisivo. En el 67', Keita Baldé Diao sustituyó a Felipe Anderson: el senegalés nacido en España, diez minutos después, se deshizo de Manolas y le regaló a Immobile un balón que el punta italiano sólo tuvo que empujar a la red.
El Roma, guiado por Totti (que jugó los últimos 10 minutos del enfrentamiento), asaltó el área de los biancocelesti, que sin embargo resistieron y se llevaron un 2-0 vital. El conjunto de Inzaghi jugaba en casa y no encajó goles: con este resultado el partido de vuelta en abril empieza cuesta abajo, aunque un derbi della Capitale a menudo reserva sorpresas. Será otra noche caliente.
