El detenido en Amberes por intentar atropellar a una multitud llevaba un rifle en el coche
El arrestado, de nacionalidad francesa, condujo a gran velocidad por una concurrida calle comercial
Álvaro Sánchez
Bruselas, El País
La policía belga ha detenido en Amberes a Mohamed R., de 39 años y nacionalidad francesa. El hombre dirigió su coche a alta velocidad hacia la principal calle comercial de la ciudad, pero el episodio terminó sin heridos gracias a que los viandantes pudieron esquivar el vehículo saltando a un lado para evitar el impacto. La fiscalía investiga el caso y de momento ha eludido calificarlo de atentado terrorista. El arrestado llevaba en el maletero armas blancas, un rifle antidisturbios y un bidón con un líquido desconocido.
Las autoridades belgas tratan de dilucidar las motivaciones del detenido. El suceso se produjo en torno a las 10.45 de la mañana, cuando Mohamed R. avanzó a gran velocidad con su coche hacia la calle de Meir, la gran vía comercial de la localidad, abierta únicamente al tránsito de peatones. Según el relato de la fiscalía belga, en el momento en que los militares intentaron interceptarlo, el vehículo se dio a la fuga y poco después el equipo de intervención rápida de la policía de Amberes lo detuvo sin que dejara heridos en el camino gracias a la habilidad de los peatones para evitar ser arrollados.
El jefe de policía de Amberes, la segunda mayor localidad del país, situada junto a la frontera holandesa, declaró que el hombre iba vestido “con ropa de camuflaje”. Tras la detención, los artificieros examinaron el vehículo, en cuyo maletero hallaron armas blancas y un rifle, y se amplió el dispositivo de seguridad en las calles con más efectivos.
Una vez conjugada la amenaza, la labor de las autoridades se ha enfocado en conocer qué llevó al conductor a internarse en una vía tan concurrida a esa velocidad. La cadena pública belga RTBF informó de que Mohamed R. estaba en posesión de drogas, circulaba bajo los efectos del alcohol y su estado incluso le impidió ser interrogado durante horas, lo que generó especulaciones sobre un posible error dada su embriaguez. Sin embargo, el presidente francés, François Hollande, en contacto con las autoridades belgas, ha afirmado durante su visita al Salón del Libro de París que el detenido pretendía “matar o en todo caso provocar un acto dramático, aunque competerá a los jueces expresarse al respecto”. El mandatario galo advirtió de la amenaza que suponen los ataques indiscriminados. “Debemos mantener una gran vigilancia y movilizar todas nuestras fuerzas”.
El alcalde de Amberes, Bart de Wever, líder de la formación derechista antinmigración N-VA, fue menos cauto sobre el móvil del suceso, y señaló que se había evitado “un posible atentado terrorista”. Las incógnitas son todavía amplias. Medios belgas indican que el detenido tenía antecedentes por delitos menores, pero no estaba fichado por cuestiones relacionadas con el terrorismo.
El recuerdo de Londres
La sombra del ataque en la capital británica un día antes planea sobre el caso, admite la fiscalía. “A la vista de los primeros datos recogidos y teniendo en cuenta lo ocurrido en Londres, hemos decidido asumir la investigación”, explicó el ministerio público federal en un comunicado en el que evitó usar la palabra atentado. De momento, la alerta se mantiene en el nivel 3, un escalón por debajo del máximo.
El incidente se produjo apenas 24 horas después del atentado perpetrado en Londres, asumido por el autodenominado Estado Islámico (ISIS, en sus siglas inglesas). El atacante mató a tres personas tras arrollarlas con un vehículo todoterreno y luego acuchilló a un policía antes de ser abatido a tiros. Y también un día después de que Bélgica conmemorara el primer aniversario de los atentados yihadistas de Bruselas, en los que fueron asesinadas 32 personas.
Amberes no ha estado exenta en el pasado de problemas con grupos islamistas radicales. La población era el centro de operaciones de la ya desarticulada Sharia4Belgium, una nutrida red que adoctrinaba a los jóvenes y organizaba reclutamientos. En febrero de hace dos años, 45 de sus miembros fueron juzgados y condenados a penas de entre tres y 15 años. Desde los atentados en París en noviembre de 2015 y de Bruselas en 2016, ambos asumidos por el Estado Islámico, Bélgica se encuentra en un nivel de alerta terrorista 3 en una escala de 4. Ese nivel implica que la amenaza es “grave, posible y creíble pero sin datos concretos que apunten a una amenaza inminente”.
Álvaro Sánchez
Bruselas, El País
La policía belga ha detenido en Amberes a Mohamed R., de 39 años y nacionalidad francesa. El hombre dirigió su coche a alta velocidad hacia la principal calle comercial de la ciudad, pero el episodio terminó sin heridos gracias a que los viandantes pudieron esquivar el vehículo saltando a un lado para evitar el impacto. La fiscalía investiga el caso y de momento ha eludido calificarlo de atentado terrorista. El arrestado llevaba en el maletero armas blancas, un rifle antidisturbios y un bidón con un líquido desconocido.
Las autoridades belgas tratan de dilucidar las motivaciones del detenido. El suceso se produjo en torno a las 10.45 de la mañana, cuando Mohamed R. avanzó a gran velocidad con su coche hacia la calle de Meir, la gran vía comercial de la localidad, abierta únicamente al tránsito de peatones. Según el relato de la fiscalía belga, en el momento en que los militares intentaron interceptarlo, el vehículo se dio a la fuga y poco después el equipo de intervención rápida de la policía de Amberes lo detuvo sin que dejara heridos en el camino gracias a la habilidad de los peatones para evitar ser arrollados.
El jefe de policía de Amberes, la segunda mayor localidad del país, situada junto a la frontera holandesa, declaró que el hombre iba vestido “con ropa de camuflaje”. Tras la detención, los artificieros examinaron el vehículo, en cuyo maletero hallaron armas blancas y un rifle, y se amplió el dispositivo de seguridad en las calles con más efectivos.
Una vez conjugada la amenaza, la labor de las autoridades se ha enfocado en conocer qué llevó al conductor a internarse en una vía tan concurrida a esa velocidad. La cadena pública belga RTBF informó de que Mohamed R. estaba en posesión de drogas, circulaba bajo los efectos del alcohol y su estado incluso le impidió ser interrogado durante horas, lo que generó especulaciones sobre un posible error dada su embriaguez. Sin embargo, el presidente francés, François Hollande, en contacto con las autoridades belgas, ha afirmado durante su visita al Salón del Libro de París que el detenido pretendía “matar o en todo caso provocar un acto dramático, aunque competerá a los jueces expresarse al respecto”. El mandatario galo advirtió de la amenaza que suponen los ataques indiscriminados. “Debemos mantener una gran vigilancia y movilizar todas nuestras fuerzas”.
El alcalde de Amberes, Bart de Wever, líder de la formación derechista antinmigración N-VA, fue menos cauto sobre el móvil del suceso, y señaló que se había evitado “un posible atentado terrorista”. Las incógnitas son todavía amplias. Medios belgas indican que el detenido tenía antecedentes por delitos menores, pero no estaba fichado por cuestiones relacionadas con el terrorismo.
El recuerdo de Londres
La sombra del ataque en la capital británica un día antes planea sobre el caso, admite la fiscalía. “A la vista de los primeros datos recogidos y teniendo en cuenta lo ocurrido en Londres, hemos decidido asumir la investigación”, explicó el ministerio público federal en un comunicado en el que evitó usar la palabra atentado. De momento, la alerta se mantiene en el nivel 3, un escalón por debajo del máximo.
El incidente se produjo apenas 24 horas después del atentado perpetrado en Londres, asumido por el autodenominado Estado Islámico (ISIS, en sus siglas inglesas). El atacante mató a tres personas tras arrollarlas con un vehículo todoterreno y luego acuchilló a un policía antes de ser abatido a tiros. Y también un día después de que Bélgica conmemorara el primer aniversario de los atentados yihadistas de Bruselas, en los que fueron asesinadas 32 personas.
Amberes no ha estado exenta en el pasado de problemas con grupos islamistas radicales. La población era el centro de operaciones de la ya desarticulada Sharia4Belgium, una nutrida red que adoctrinaba a los jóvenes y organizaba reclutamientos. En febrero de hace dos años, 45 de sus miembros fueron juzgados y condenados a penas de entre tres y 15 años. Desde los atentados en París en noviembre de 2015 y de Bruselas en 2016, ambos asumidos por el Estado Islámico, Bélgica se encuentra en un nivel de alerta terrorista 3 en una escala de 4. Ese nivel implica que la amenaza es “grave, posible y creíble pero sin datos concretos que apunten a una amenaza inminente”.