Conozca la fobia que trastorna a Donald Trump y que afecta su alimentación
EEUU, AP
El presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, padece de germofobia que es un trastorno que le hace escapar de los gérmenes, tanto en los humanos como en los objetos o las comidas.
Este miedo excesivo llevó a Trump a, por ejemplo, no darles le mano a ciertas personas o elegir con sumo cuidado los alimentos que incorpora en su dieta.
Lo llamativo es que él mismo reconoció que McDonalds y Kentucky Fried Chicken -dos cadenas de comidas rápidas- son de su total confianza y que consume a diario los productos que venden allí.
Donald Trump, constantemente polémico, habló de su alimentación diaria y aseguró que son pocos los restaurantes a los que acude con frecuencia. Y todo por una razón específica.
“Soy una persona muy limpia. Me gusta la limpieza, y yo creo que es mejor ir allí que quizá a algún lugar que no tengo idea de dónde viene la comida”, explicó el presidente estadounidense.
Es lógico que un germófobo desconfíe de los alimentos, pero también es sorprendente que, a diferencia de Barack Obama, no siga una dieta estricta e incorpore alimentos poco nutritivos para su organismo. “El Big Mac me encanta, la hamburguesa de cuarto de libra es genial”, dijo Donald Trump, según recogió el New York Times.
El neoyorquino mencionó su debilidad por el pescado y aseguró que “la carne debe estar bien cocida, como una piedra en el plato”. También declaró que a veces no desayuna y que su “plato fuerte” es la cena.
El presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, padece de germofobia que es un trastorno que le hace escapar de los gérmenes, tanto en los humanos como en los objetos o las comidas.
Este miedo excesivo llevó a Trump a, por ejemplo, no darles le mano a ciertas personas o elegir con sumo cuidado los alimentos que incorpora en su dieta.
Lo llamativo es que él mismo reconoció que McDonalds y Kentucky Fried Chicken -dos cadenas de comidas rápidas- son de su total confianza y que consume a diario los productos que venden allí.
Donald Trump, constantemente polémico, habló de su alimentación diaria y aseguró que son pocos los restaurantes a los que acude con frecuencia. Y todo por una razón específica.
“Soy una persona muy limpia. Me gusta la limpieza, y yo creo que es mejor ir allí que quizá a algún lugar que no tengo idea de dónde viene la comida”, explicó el presidente estadounidense.
Es lógico que un germófobo desconfíe de los alimentos, pero también es sorprendente que, a diferencia de Barack Obama, no siga una dieta estricta e incorpore alimentos poco nutritivos para su organismo. “El Big Mac me encanta, la hamburguesa de cuarto de libra es genial”, dijo Donald Trump, según recogió el New York Times.
El neoyorquino mencionó su debilidad por el pescado y aseguró que “la carne debe estar bien cocida, como una piedra en el plato”. También declaró que a veces no desayuna y que su “plato fuerte” es la cena.