Conozca el drama de un joven de Apolo que regresó con problemas mentales del cuartel

“Del cuartel ha regresado mal. Antes era saludable y cariñoso', recordó su mamá. Piden que sea trasladado a un psiquiátrico.

ANF / La Paz
Las comunidades de Copacabana, Ucha Ucha, Chiapana Arana y Piedras Blancas de Apolo piden ayuda para que Nilver Ortiz Avelino de 28 años, que quedó loco tras prestar el servicio militar en un cuartel de Cobija hace 10 años, sea trasladado al psiquiátrico de la ciudad de Sucre para que reciba tratamiento médico. El joven por su comportamiento agresivo fue aislado en una "jaula” hace más de medio año, pero en algunas ocasiones logra escapar de su encierro para atacar a los pobladores.


La mamá del joven, Virginia Avelino de 47 años, relató a ANF que Nilver hace 10 años, antes de prestar su servicio militar en Cobija, era sano y buen estudiante, pero inexplicablemente regresó del cuartel demente y agresivo, lo que causa temor entre los habitantes de la comunidad de Copacabana, donde vive junto a sus 11 hijos. Ella hace dos meses perdió a su esposo a consecuencia de una hernia y los golpes que recibió de Nilver cuando intentaba calmarlo.

"Del cuartel ha regresado mal, no sé que le habrá pasado. Antes de eso iba al colegio en La Paz y estaba en segundo medio, era saludable y cariñoso. Su hermano mayor le insistió para que vaya al cuartel primero y después acabar sus estudios y por eso se ha ido a Cobija y ha vuelto totalmente mal, está fregado. Ya no es consciente de sus actos, no sé ni cómo ha llegado a Apolo hace 10 años. Sólo agarraba su libreta militar”, dijo.

Doña Virginia contó que hasta hace un año Nilver era trasladado regularmente a nosocomios e incluso estuvo internado por seis meses en el psiquiátrico San Juan de Dios de La Paz, pero por falta de recursos económicos se vio obligada a interrumpir el tratamiento, y es allí cuando comenzó a trascender el carácter violento del joven que en los momentos más críticos golpeaba a sus familiares e incluso salía a la calle a atacar con piedras a los transeúntes. Incluso correteaba a los estudiantes y a los profesores de la escuela.

"Es muy agresivo, le hemos hecho detener con la policía y aún así sigue muy agresivo. Ha ido al San Juan de Dios de Irpavi II, pero ya no teníamos plata y por eso no los hemos vuelto a traer al pueblo y hace un año que ya no le doy medicamentos, eso ha empeorado su situación. Por semana gastaba 300 bolivianos. He pedido ayuda a la Alcaldía de Apolo y la Policía, pero me dicen que no apoyan a esta clase de personas y que yo como mamá debo saber qué hacer con mi hijo”, afirmó.

No saben qué pasó


La mujer llora al recordar a Nilver cuando era niño y no sabe a ciencia cierta qué ocurrió con su retoño a quién rememora como a un pequeño travieso y alegre. Dice que a pesar de que intentaron preguntarle a su hijo sobre su experiencia en el cuartel y el motivo de su locura, los médicos les recomendaron "callar” para que éste no sufra más por los recuerdos.

"Ni los doctores saben qué paso con mi hijo. Las veces que estaba lúcido por las pastillas que tomaba queríamos preguntarle, pero los médicos nos decían no le van decir nada sino será peor si recuerda y no le decíamos nada”, afirmó.

Contó que hace años, cuando llevaron a Nilver a un hospital de El Alto para que reciba atención médica, se encontraron con un joven que fue camarada de su hijo en el cuartel en Cobija y éste les informó que los primeros seis meses Nilver permaneció en el regimiento, pero después fue traslado a otro sitio desconocido y tras otro medio año, justo en la fecha de licenciamiento de los conscriptos, fue traído de vuelta, pero ya estaba mal.

"Su camarada nos ha dicho que ha estado junto a mi hijo seis meses en cuartel de Cobija y luego se lo han llevado a otro regimiento. Cuando lo han traído otra vez, él ya estaba así mal nos ha dicho. Como no lo conocemos a ese joven no he podido saber más, aunque quisiera averiguar qué le pasó, es difícil para mí ahora, que soy viuda peor. Ni siquiera conozco la ciudad”, dijo.

La jaula

La familia de Nilver es de condición muy humilde y se dedica a la agricultura y crianza de gallinas y cerdos para su sobrevivencia, y con los pocos recursos que genera trata de mantener al joven, pero es difícil. Por presión de los pobladores y ante las acciones violentas de su hijo, doña Virginia tuvo que pedir ayuda a los comunarios para construir una "jaula” de madera y así evitar que Nilver siga lastimando y ahuyentado a sus vecinos, sobre todo a los niños que acuden al colegio.

"La pasada semana ha pegado a los estudiantes y al profesor le ha hecho corretear con piedra. Las autoridades del pueblo no quieren que él esté más en la comunidad y como no tengo plata qué voy hacer, por eso les dije por favor ayúdenme a hacer una jaula o un corral para encerrarlo. En una semana se ha terminado el corral”, agregó.

Pese a lo alto del muro de madera, el joven varias veces pudo escapar de su encierro. Aunque la progenitora dice que ese "corral” frenó varios ataques, aunque lamenta que el joven muchas veces llora por su aislamiento en un intento desesperado porque lo suelten, pero sabe que no puede liberarlo.

Para alimentarlo arrojan los alimentos por el techo de la jaula para evitar que huya. En el lugar solo hay un colchón delgado que le sirve de cama para descansar y es ahí mismo donde hace sus necesidades fisiológicas.

"Varias veces se ha escapado y en una de esas a una señora le ha arrojado piedra y ahora por eso quieren enmanillarlo, pero yo no quiero. Es mi hijo. Para que coma tengo que lanzarle su comida, me da miedo porque es un riesgo estar a su lado. Solo quiero ayuda para llevarlo al manicomio de Sucre porque sé que se sanará, lo siento en mi corazón”, dijo.

Los vecinos

El secretario General de la comunidad de Copacabana de Apolo, Félix Mamani, solicitó la ayuda de las autoridades nacionales para cubrir el tratamiento médico de Nilver, ya que, según afirmó, el joven representa un riesgo para los niños que temen salir de sus domicilios para trasladarse al colegio o a algún otro lugar.

"Somos cuatros comunidades, Copacabana, Ucha Ucha, Chiapana Arana y Piedras Blancas, que pedimos apoyo para el joven. Su mamá quedó viuda, su esposo acaba de fallecer y tiene hijos pequeños. La realidad de esa familia es muy triste y por eso estamos pidiendo apoyo para que Nilver se cure y pueda controlar su enfermedad”, aseveró.

Mamani dijo que también exigen que se investigue qué fue lo que realmente le sucedió a Nilver cuando prestó su servicio militar, ya que no entienden cómo un joven que era destacado en sus estudios, humilde y deportista se haya vuelto "loco” con sólo ir al cuartel.

"Pedimos que se abra una investigación, tal vez ha pasado un trauma el joven y por eso se ha vuelto loco y ha comenzado a comportarse agresivamente. Las autoridades tienen que ponerse a trabajar sobre todo para ayudar a la familia y resguardar la seguridad del muchacho que ahora está encerrado como un animalito, pero es para protegerlo a él de alguna emergencia al igual que a los pobladores”, afirmó.

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