A Argentina le faltó oxígeno en el segundo gol

Diferentes errores conceptuales derivaron en el 2-0 de Bolivia. La jugada previa sirve como fiel reflejo de lo que generan los más de 3.600 metros de altura en el físico de los futbolistas.

Los errores que desencadenaron en el segundo gol de Bolivia.

Isaias Blaiotta @isaiasblaio
No fue uno: fueron varios los errores defensivos que permitieron que Marcelo Martins recibiera la pelota dentro del área chica, controlara de manera defectuosa y hasta tuviera tiempo de reacomodarse y sacar un bombazo. Todos ellos, con un factor en común: la casi nula respuesta física a la hora de llegar a un cruce, realizar una cobertura o evitar que un jugador rival le ganara las espaldas.



1) Facundo Roncaglia no logra dominar la pelota ni cubrir la posición con el cuerpo, lo que posibilita que Enrique Flores, lateral izquierdo del Bolivar y cuyo físico está acostumbrado a jugar en la altura, le gané en velocidad de una manera poco habitual para un defensor de Selección. Una vez que esto sucedió, Roncaglia quedó totalmente desarticulado y fuera de jugada: apenas vuelve al trote por su carril y, si bien advierte que falta gente dentro del área, no cierra a las espaldas de Matías Caruzzo.


2) Mateo Musacchio intentó subsanar el error de Roncaglia pero nunca llegó a cerrar el envío de Flores. Falla netamente física: el lateral boliviano, volcado en velocidad, fue demasiado para el de Villarreal, que incluso buscó ganarle con el cuerpo pero no logró mover a Flores.


3) Matías Caruzzo tenía dos opciones: ir detrás de Musacchio y cubrir a Chumacero, quien aparecia como primer posible receptor, o seguir un carrera hacia el arco de Romero en busca de Martins, quien venía solo. Ni una cosa ni la otra: el zaguero del San Lorenzo siguió con un trote cansino entre el medio de los dos y, cuando la pelota le cayó al 9, ya estaba fuera de toda acción.


4) Marcos Rojo tampoco fue quien más en evidencia quedó por el gol. En todo momento tiene la jugada de frente y ve lo que sucede a las espaldas de Mussachio, pero nunca atina a acelerar la marcha. Incluso, cuando el centro de Flores cae en los pies del segundo autor del gol, Rojo se queda inmovil.

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