Una foto inédita: la OTAN ya tiene siete ministras de Defensa (incluida la española)
La cifra supone un récord, pero sigue siendo baja: hay 21 hombres al frente de esa cartera en los países de la Alianza
Bruselas, El País
En La guerra no tiene rostro de mujer, la Nobel de Literatura Svetlana Alexievich describe en una frase cómo la guerra ha sido, históricamente, un asunto preponderantemente masculino. No solo en los despachos donde se decidían los conflictos. "A los hombres desde que son niños se les dice que tal vez, de mayores, tendrán que disparar. Nadie les enseña eso a las mujeres". En la reunión de la OTAN que se celebra estos días en Bruselas, los trajes de corbata siguen siendo abrumadoramente dominantes, pero entre los ministros de Defensa, un cargo tradicionalmente ocupado por hombres, la presencia de mujeres es una realidad ascendente.
Siete de los 28 ministros de la Alianza son mujeres, todas ellas europeas y todas con menos de cuatro años de experiencia al frente de la seguridad exterior de sus países. La cifra está aún lejos de ser equitativa, solo supone un cuarto del total, pero marca una tendencia: en la reunión celebrada hace apenas dos años en la foto había cinco mujeres ministras en lo que ya era un hito para la institución. Las barreras por romper son todavía grandes. El cargo de secretario general de la OTAN que ahora mismo ostenta el noruego Jens Stoltenberg ha sido ocupado exclusivamente por hombres desde que el británico Lord Ismay fuera su primer jefe en 1952. Desde entonces, los 15 líderes que se han sucedido al frente de la mayor alianza militar del planeta han sido hombres, entre ellos el español Javier Solana.
El mero hecho de que las ministras de Defensa hayan decidido posar juntas para una fotografía es una muestra de que su posición es todavía algo excepcional, que llama la atención, pero también un símbolo de los avances. En la instantánea, la ministra española María Dolores de Cospedal comparte espacio en la fila superior con la italiana Roberta Pinotti, la alemana Ursula von der Leyen y la eslovena Andreja Katic. Abajo, junto a Stoltenberg, aparecen la noruega Ine Marie Eriksen, la holandesa Jeanine Hennis-Plasschaert, la albanesa Mimi Kodheli y la estadounidense Rose Gottemoeller, la mujer de más alto rango en el organigrama de la OTAN.
Algunas de ellas han hecho historia convirtiéndose en la primera mujer en acceder al cargo, como es el caso de la ministra albanesa. Más allá de los miembros de la Alianza Atlántica, países como Japón, Guinea-Bissau, Australia, Bosnia o Georgia han confiado en mujeres para el puesto. En España, el camino lo abrió Carme Chacon, nombrada por Zapatero en 2008, y fuera de la alta jerarquía es uno de los países de la OTAN con más presencia femenina en las fuerzas armadas con un 12,5% de mujeres, por encima de Alemania, Reino Unido o Países Bajos, que rondan el 9%, y muy por delante de Italia, con apenas el 3%. La guerra, o más bien, la lucha por la paz desde las fuerzas armadas, tiene cada vez más rostro de mujer.
Bruselas, El País
En La guerra no tiene rostro de mujer, la Nobel de Literatura Svetlana Alexievich describe en una frase cómo la guerra ha sido, históricamente, un asunto preponderantemente masculino. No solo en los despachos donde se decidían los conflictos. "A los hombres desde que son niños se les dice que tal vez, de mayores, tendrán que disparar. Nadie les enseña eso a las mujeres". En la reunión de la OTAN que se celebra estos días en Bruselas, los trajes de corbata siguen siendo abrumadoramente dominantes, pero entre los ministros de Defensa, un cargo tradicionalmente ocupado por hombres, la presencia de mujeres es una realidad ascendente.
Siete de los 28 ministros de la Alianza son mujeres, todas ellas europeas y todas con menos de cuatro años de experiencia al frente de la seguridad exterior de sus países. La cifra está aún lejos de ser equitativa, solo supone un cuarto del total, pero marca una tendencia: en la reunión celebrada hace apenas dos años en la foto había cinco mujeres ministras en lo que ya era un hito para la institución. Las barreras por romper son todavía grandes. El cargo de secretario general de la OTAN que ahora mismo ostenta el noruego Jens Stoltenberg ha sido ocupado exclusivamente por hombres desde que el británico Lord Ismay fuera su primer jefe en 1952. Desde entonces, los 15 líderes que se han sucedido al frente de la mayor alianza militar del planeta han sido hombres, entre ellos el español Javier Solana.
El mero hecho de que las ministras de Defensa hayan decidido posar juntas para una fotografía es una muestra de que su posición es todavía algo excepcional, que llama la atención, pero también un símbolo de los avances. En la instantánea, la ministra española María Dolores de Cospedal comparte espacio en la fila superior con la italiana Roberta Pinotti, la alemana Ursula von der Leyen y la eslovena Andreja Katic. Abajo, junto a Stoltenberg, aparecen la noruega Ine Marie Eriksen, la holandesa Jeanine Hennis-Plasschaert, la albanesa Mimi Kodheli y la estadounidense Rose Gottemoeller, la mujer de más alto rango en el organigrama de la OTAN.
Algunas de ellas han hecho historia convirtiéndose en la primera mujer en acceder al cargo, como es el caso de la ministra albanesa. Más allá de los miembros de la Alianza Atlántica, países como Japón, Guinea-Bissau, Australia, Bosnia o Georgia han confiado en mujeres para el puesto. En España, el camino lo abrió Carme Chacon, nombrada por Zapatero en 2008, y fuera de la alta jerarquía es uno de los países de la OTAN con más presencia femenina en las fuerzas armadas con un 12,5% de mujeres, por encima de Alemania, Reino Unido o Países Bajos, que rondan el 9%, y muy por delante de Italia, con apenas el 3%. La guerra, o más bien, la lucha por la paz desde las fuerzas armadas, tiene cada vez más rostro de mujer.