Un retraso de tres días en el escrutinio eleva la tensión entre candidatos en Ecuador
La autoridad electoral del país anuncia que los resultados definitivos se conocerán el miércoles
Francesco Manetto
Quito, El País
Los ecuatorianos tendrán que esperar al menos hasta el miércoles para conocer los resultados de las elecciones presidenciales del domingo —el escrutinio lo encabeza el candidato oficialista, Lenín Moreno— y saber si debe celebrarse una segunda vuelta. La lentitud del escrutinio, la incógnita sobre una nueva votación y unos datos finales que se prevén muy ajustados mantienen en vilo al país y han elevado la tensión entre los candidatos y sus seguidores. La autoridad encargada de los comicios atribuyó el retraso a fallos en la entrega de actas.
Ecuador cerró los colegios electorales el domingo a las cinco de la tarde. El escrutinio comenzó con normalidad, se ralentizó en torno al 70% y se detuvo, ya de madrugada, al superar el 80% de los votos contados. A lo largo del día, avanzó despacio hasta el 90%. Esta circunstancia, que según las autoridades ecuatorianas ya se ha registrado en otras elecciones, disparó las alertas de los aspirantes de la oposición, sobre todo del conservador Guillermo Lasso, principal adversario del oficialista Lenín Moreno, ex vicepresidente de Rafael Correa. El antiguo presidente del Banco de Guayaquil aseguró que sus seguidores vigilarán el proceso hasta el final y declaró: “Huele mal eso. ¿Cómo se van a demorar tres días por un 12%, cuando ayer [por el domingo] en dos horas, o en media hora, ya tenían escrutados un 12%”. La tensión se debe a lo incierto del resultado final, ya que la clave de esta cita electoral es la celebración o no de una segunda vuelta de los comicios.
El candidato del Movimiento Alianza PAÍS se perfila desde el primer momento como ganador. Con casi el 90% de los votos escrutados, el respaldo a Moreno alcanzaba el 39,1%. Pero ese dato no es suficiente para evitar una segunda votación, puesto que necesitaría franquear la barrera del 40% y situarse a al menos 10 puntos porcentuales por encima de su directo competidor.
Moreno dijo convencido al cierre de las urnas que los ecuatorianos no tendrían que votar de nuevo el 2 de abril. Ese desempate supondría un golpe al proyecto político de Correa, que ha sufrido un desgaste en los últimos años, sobre todo a causa del frenazo económico que ha atravesado el país. Por esta razón, tanto Moreno como el presidente saliente siguieron el escrutinio exhibiendo seguridad. No obstante, ya este lunes, ambos optaron por mantener una actitud más prudente.
Por el contrario, su contrincante, el conservador Guillermo Lasso, que obtuvo más del 28% de los sufragios, dio por hecho que habrá una segunda vuelta y que logrará capitalizar el voto de otros líderes de la oposición como Cynthia Viteri. La dirigente del Partido Social Cristiano, con más del 16%, le brindó públicamente su apoyo.
Sospechas de fraude
En cualquier caso, las circunstancias del escrutinio y la posibilidad de que el candidato oficialista no logre imponerse holgadamente desde el primer momento —lo que no sucedía desde 2006, cuando Correa fue elegido presidente— han marcado estos comicios. Las sospechas de fraude sobrevolaron las redes sociales a lo largo de la noche y, aunque no hubo acusaciones oficiales, Lasso avisó de que su formación, Movimiento CREO, fiscalizará el recuento de sufragios hasta tener los resultados oficiales. “Quiero advertir que estamos vigilantes para evitar un fraude”, subrayó Lasso. El dirigente mantuvo en una entrevista televisiva que “el pueblo ecuatoriano, con valentía, va a defender lo que ha logrado en las urnas” y enfatizó que sus simpatizantes controlarán el proceso “voto a voto”.
Otro opositor, del alcalde de Guayaquil, Jaime Nebot, del Partido Social Cristiano, también lanzó su advertencia. “Desde hoy mismo vamos a promover una gigantesca movilización para, de ser necesario, defender la democracia en las calles”, escribió en su cuenta de Twitter. Nebot sugirió que, en su opinión, podría consumarse un fraude en el escrutinio, pero no llegó a asegurarlo. “Los rumores de fraude electoral están por doquier, pero el fraude aún no se ha consolidado, ni permitiremos que se consolide”, dijo.
A lo largo de la noche del domingo y también aeste lunes yer se produjeron protestas de simpatizantes de las formaciones de la oposición frente a las sedes del Consejo Nacional Electoral (CNE) en Quito y en Guayaquil para reclamar mayor transparencia. Pero este organismo, encargado de velar por el proceso, se limitó a calificarlo de “impecable”. Su presidente, Juan Pablo Pozo, se dirigió a los ecuatorianos en una comparecencia ante los medios.
“Hacemos un llamado a la ciudadanía a esperar los resultados oficiales en un ambiente de paz”, pidió, antes de confirmar que para conocer los resultados definitivos habrá que esperar. “Esperaremos un promedio de tres días a partir de hoy”, continuó Pozo. Según este órgano, existe un 5,49% con “inconsistencia numérica”, lo que explicaría el retraso. En los procesos electorales de 2009 y de 2013, según los datos proporcionados, hubo más incidencias de estas características.
Francesco Manetto
Quito, El País
Los ecuatorianos tendrán que esperar al menos hasta el miércoles para conocer los resultados de las elecciones presidenciales del domingo —el escrutinio lo encabeza el candidato oficialista, Lenín Moreno— y saber si debe celebrarse una segunda vuelta. La lentitud del escrutinio, la incógnita sobre una nueva votación y unos datos finales que se prevén muy ajustados mantienen en vilo al país y han elevado la tensión entre los candidatos y sus seguidores. La autoridad encargada de los comicios atribuyó el retraso a fallos en la entrega de actas.
Ecuador cerró los colegios electorales el domingo a las cinco de la tarde. El escrutinio comenzó con normalidad, se ralentizó en torno al 70% y se detuvo, ya de madrugada, al superar el 80% de los votos contados. A lo largo del día, avanzó despacio hasta el 90%. Esta circunstancia, que según las autoridades ecuatorianas ya se ha registrado en otras elecciones, disparó las alertas de los aspirantes de la oposición, sobre todo del conservador Guillermo Lasso, principal adversario del oficialista Lenín Moreno, ex vicepresidente de Rafael Correa. El antiguo presidente del Banco de Guayaquil aseguró que sus seguidores vigilarán el proceso hasta el final y declaró: “Huele mal eso. ¿Cómo se van a demorar tres días por un 12%, cuando ayer [por el domingo] en dos horas, o en media hora, ya tenían escrutados un 12%”. La tensión se debe a lo incierto del resultado final, ya que la clave de esta cita electoral es la celebración o no de una segunda vuelta de los comicios.
El candidato del Movimiento Alianza PAÍS se perfila desde el primer momento como ganador. Con casi el 90% de los votos escrutados, el respaldo a Moreno alcanzaba el 39,1%. Pero ese dato no es suficiente para evitar una segunda votación, puesto que necesitaría franquear la barrera del 40% y situarse a al menos 10 puntos porcentuales por encima de su directo competidor.
Moreno dijo convencido al cierre de las urnas que los ecuatorianos no tendrían que votar de nuevo el 2 de abril. Ese desempate supondría un golpe al proyecto político de Correa, que ha sufrido un desgaste en los últimos años, sobre todo a causa del frenazo económico que ha atravesado el país. Por esta razón, tanto Moreno como el presidente saliente siguieron el escrutinio exhibiendo seguridad. No obstante, ya este lunes, ambos optaron por mantener una actitud más prudente.
Por el contrario, su contrincante, el conservador Guillermo Lasso, que obtuvo más del 28% de los sufragios, dio por hecho que habrá una segunda vuelta y que logrará capitalizar el voto de otros líderes de la oposición como Cynthia Viteri. La dirigente del Partido Social Cristiano, con más del 16%, le brindó públicamente su apoyo.
Sospechas de fraude
En cualquier caso, las circunstancias del escrutinio y la posibilidad de que el candidato oficialista no logre imponerse holgadamente desde el primer momento —lo que no sucedía desde 2006, cuando Correa fue elegido presidente— han marcado estos comicios. Las sospechas de fraude sobrevolaron las redes sociales a lo largo de la noche y, aunque no hubo acusaciones oficiales, Lasso avisó de que su formación, Movimiento CREO, fiscalizará el recuento de sufragios hasta tener los resultados oficiales. “Quiero advertir que estamos vigilantes para evitar un fraude”, subrayó Lasso. El dirigente mantuvo en una entrevista televisiva que “el pueblo ecuatoriano, con valentía, va a defender lo que ha logrado en las urnas” y enfatizó que sus simpatizantes controlarán el proceso “voto a voto”.
Otro opositor, del alcalde de Guayaquil, Jaime Nebot, del Partido Social Cristiano, también lanzó su advertencia. “Desde hoy mismo vamos a promover una gigantesca movilización para, de ser necesario, defender la democracia en las calles”, escribió en su cuenta de Twitter. Nebot sugirió que, en su opinión, podría consumarse un fraude en el escrutinio, pero no llegó a asegurarlo. “Los rumores de fraude electoral están por doquier, pero el fraude aún no se ha consolidado, ni permitiremos que se consolide”, dijo.
A lo largo de la noche del domingo y también aeste lunes yer se produjeron protestas de simpatizantes de las formaciones de la oposición frente a las sedes del Consejo Nacional Electoral (CNE) en Quito y en Guayaquil para reclamar mayor transparencia. Pero este organismo, encargado de velar por el proceso, se limitó a calificarlo de “impecable”. Su presidente, Juan Pablo Pozo, se dirigió a los ecuatorianos en una comparecencia ante los medios.
“Hacemos un llamado a la ciudadanía a esperar los resultados oficiales en un ambiente de paz”, pidió, antes de confirmar que para conocer los resultados definitivos habrá que esperar. “Esperaremos un promedio de tres días a partir de hoy”, continuó Pozo. Según este órgano, existe un 5,49% con “inconsistencia numérica”, lo que explicaría el retraso. En los procesos electorales de 2009 y de 2013, según los datos proporcionados, hubo más incidencias de estas características.