Trump afirma que se impondrá a la justicia en el veto migratorio

El presidente de EE UU tacha de “ridícula” la decisión de un juez de suspender su decreto

Madrid
El País
El presidente de EE UU, Donald Trump, calificó este martes de "ridícula" la decisión de un juez estadounidense de suspender el veto migratorio temporal que él había impuesto a ciudadanos de siete países de mayoría musulmana y a los refugiados de otros orígenes, y aseguró que la sentencia acabará "anulada" y que no aplicar su decreto causará "grandes problemas" en el país.


En tres mensajes en Twitter, Trump reaccionó a la sentencia firmada este viernes por el juez federal James Robart que prohíbe a los trabajadores federales de todo el país aplicar el decreto. La decisión judicial obligó al Gobierno a comunicar a las aerolíneas que ya pueden aceptar de nuevo a todos los pasajeros. Robart, un juez nominado por el expresidente republicano George W. Bush apuntó en su fallo que las "circunstancias presentadas" ante él "son tales que requieren una intervención para cumplir con el orden constitucional".

La noche del viernes, tras conocerse la sentencia, escribió: "¡Tenemos que mantener al 'diablo' alejado de nuestro país!". La Casa Blanca anunció en un comunicado que el Departamento de Justicia apelará el dictamen "lo antes posible" y que la Administración considera que el decreto migratorio es "legal y adecuado". El portavoz de la Casa Blanca, Sean Spicer, aseguró que "la orden tiene la intención de proteger el territorio nacional y [el presidente] cuenta con la autoridad y la responsabilidad constitucional de proteger al pueblo americano".


La mañana de este sábado Trump ha publicado otros dos mensajes: "cuando un país ya no es capaz de decir quién puede y quién no puede entrar y salir, especialmente por razones de seguridad - ¡gran problema!"."La opinión de este supuesto juez, que esencialmente arrebata a nuestro país la capacidad de aplicar la ley, es ridícula y será anulada", dijo Trump su tercer mensaje contra la sentencia judicial.

El juez Robart no se ha pronunciado sobre la legalidad del decreto sino que ha pedido que no se aplique hasta determinar cuál de las partes lleva la razón en el caso.

El decreto presidencial del mandatario republicano bloquea la entrada en EE UU de los refugiados sirios de manera indefinida. La orden también veta a los inmigrantes de siete naciones de mayoría musulmana y a los refugiados de otros orígenes, durante los próximos tres y cuatro meses, respectivamente. Su entrada en vigor desató una oleada de protestas y caos en aeropuertos de EE UU y del resto del mundo. La Casa Blanca defiende que no se trata de un veto contra los musulmanes y que el objetivo del decreto es proteger la seguridad nacional.

El Gobierno federal asegura que el decreto supuso la cancelación de casi 60.000 visados y los solicitantes de entrada en el país deberán comenzar su proceso de nuevo. A falta de conocer sus consecuencias directas, el mayor impacto de esta sentencia podría estar en los tribunales. El juez ha reconocido el derecho de los Estados y de las empresas a querellarse contra el Gobierno federal por el efecto que tiene la orden ejecutiva en sus residentes. Se espera que el dictamen sea apelado por la Administración Trump ante una instancia judicial superior y que eventualmente llegue al Tribunal Supremo para decidir si el veto es constitucional o no.

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