Odebrecht entregó tres millones de dólares para la campaña de Humala
Un exrepresentante de la firma asegura haber suministrado la suma en 2011
Raúl Tola
Lima, El País
En Perú, los sobornos de Odebrecht no distinguen de color político. Antes fueron el expresidente Alejandro Toledo, quien enfrenta un pedido de prisión preventiva por recibir 20 millones de dólares de la constructora brasileña. Varios funcionarios del segundo Gobierno de Alan García están detenidos por aceptar una coima para beneficiarla en la licitación de la Línea 1 del Metro de Lima.
Ahora le llegó el turno al Partido Nacionalista, del expresidente Ollanta Humala y su esposa Nadine Heredia. Varios medios peruanos publicaron el testimonio de Jorge Barata, exrepresentante de Odebrecht en Perú, a un grupo de fiscales que viajaron al Brasil a interrogarlo. Según se desprende de la confesión, la empresa entregó tres millones de dólares a la campaña nacionalista de 2011.
Explica Barata que a mediados de 2010 recibió una llamada telefónica de Marcelo Odebrecht. A pedido del Partido de los Trabajadores de Lula da Silva, le ordenó realizar una donación para la campaña de Humala. Las elecciones presidenciales peruanas estaban en curso y el nacionalista necesitaba todos los recursos posibles para enfrentarse a conocidas figuras políticas como Keiko Fujimori, el ahora presidente Pedro Pablo Kuczynski o Alejandro Toledo.
Poco después de recibir este encargo, a Barata lo llamó Valdemir Garreta. Publicista brasileño, Garreta era socio de Luis Favre, por entonces asesor de Humala. Poco después se reunieron en el hotel Meliá Jardín Europa de São Paulo, donde acordaron que el publicista se encargaría de recibir el dinero en Brasil para hacer los pagos en efectivo de la campaña.
A su vuelta al Perú, Barata se vio con Ollanta Humala y Nadine Heredia. La reunión ocurrió en un departamento del barrio limeño de Miraflores, que el candidato presidencial adquirió cuando era soltero y actualmente emplea como oficina. Ahí vieron los últimos detalles de la operación. Pasó un tiempo y Barata volvió a recibir una llamada telefónica. Esta vez era Nadine Heredia, quien lo citó al departamento de Miraflores. Hasta ese momento había recibido un millón de dólares, pero el dinero no le alcanzaba para los gastos de la elección y necesitaba más. A pedido suyo, Barata se comunicó con el Departamento de Operaciones Estructuradas —la dependencia de Odebrecht encargada de administrar los sobornos— y pidió el efectivo.
A partir de entonces, Barata recibió varias remesas de 300.000 dólares, que se encargó de entregar personalmente a Heredia en las oficinas de la empresa. Mientras esto ocurría, Garreta y Favre recibían cantidades similares en Brasil, que llevaban puntualmente al Perú. En total, siempre según el ejecutivo, el dinero sumó tres millones de dólares, y dejó de fluir hacia el 5 de junio de 2011, día de la segunda vuelta en que Humala le ganó a Keiko Fujimori.
Para que se configure el lavado de activos, el origen del dinero debe ser ilícito. Pensando en esto, el abogado de Heredia, Wilfredo Pedraza, declaró que “un aporte de campaña no tendría un significado penal en el sentido de lavado de activos”. Si se demostrara que el dinero fue un anticipo para la adjudicación de obras, podría tratarse del delito de colusión y cohecho. Si Humala y Heredia lo emplearon en beneficio propio, podrían ser investigados por defraudación tributaria. En Perú no existe el delito de financiación ilegal de partidos.
Raúl Tola
Lima, El País
En Perú, los sobornos de Odebrecht no distinguen de color político. Antes fueron el expresidente Alejandro Toledo, quien enfrenta un pedido de prisión preventiva por recibir 20 millones de dólares de la constructora brasileña. Varios funcionarios del segundo Gobierno de Alan García están detenidos por aceptar una coima para beneficiarla en la licitación de la Línea 1 del Metro de Lima.
Ahora le llegó el turno al Partido Nacionalista, del expresidente Ollanta Humala y su esposa Nadine Heredia. Varios medios peruanos publicaron el testimonio de Jorge Barata, exrepresentante de Odebrecht en Perú, a un grupo de fiscales que viajaron al Brasil a interrogarlo. Según se desprende de la confesión, la empresa entregó tres millones de dólares a la campaña nacionalista de 2011.
Explica Barata que a mediados de 2010 recibió una llamada telefónica de Marcelo Odebrecht. A pedido del Partido de los Trabajadores de Lula da Silva, le ordenó realizar una donación para la campaña de Humala. Las elecciones presidenciales peruanas estaban en curso y el nacionalista necesitaba todos los recursos posibles para enfrentarse a conocidas figuras políticas como Keiko Fujimori, el ahora presidente Pedro Pablo Kuczynski o Alejandro Toledo.
Poco después de recibir este encargo, a Barata lo llamó Valdemir Garreta. Publicista brasileño, Garreta era socio de Luis Favre, por entonces asesor de Humala. Poco después se reunieron en el hotel Meliá Jardín Europa de São Paulo, donde acordaron que el publicista se encargaría de recibir el dinero en Brasil para hacer los pagos en efectivo de la campaña.
A su vuelta al Perú, Barata se vio con Ollanta Humala y Nadine Heredia. La reunión ocurrió en un departamento del barrio limeño de Miraflores, que el candidato presidencial adquirió cuando era soltero y actualmente emplea como oficina. Ahí vieron los últimos detalles de la operación. Pasó un tiempo y Barata volvió a recibir una llamada telefónica. Esta vez era Nadine Heredia, quien lo citó al departamento de Miraflores. Hasta ese momento había recibido un millón de dólares, pero el dinero no le alcanzaba para los gastos de la elección y necesitaba más. A pedido suyo, Barata se comunicó con el Departamento de Operaciones Estructuradas —la dependencia de Odebrecht encargada de administrar los sobornos— y pidió el efectivo.
A partir de entonces, Barata recibió varias remesas de 300.000 dólares, que se encargó de entregar personalmente a Heredia en las oficinas de la empresa. Mientras esto ocurría, Garreta y Favre recibían cantidades similares en Brasil, que llevaban puntualmente al Perú. En total, siempre según el ejecutivo, el dinero sumó tres millones de dólares, y dejó de fluir hacia el 5 de junio de 2011, día de la segunda vuelta en que Humala le ganó a Keiko Fujimori.
Para que se configure el lavado de activos, el origen del dinero debe ser ilícito. Pensando en esto, el abogado de Heredia, Wilfredo Pedraza, declaró que “un aporte de campaña no tendría un significado penal en el sentido de lavado de activos”. Si se demostrara que el dinero fue un anticipo para la adjudicación de obras, podría tratarse del delito de colusión y cohecho. Si Humala y Heredia lo emplearon en beneficio propio, podrían ser investigados por defraudación tributaria. En Perú no existe el delito de financiación ilegal de partidos.