Las monarquías del Golfo multiplican sus importaciones de material militar

Arabia Saudí triplica su gasto en cinco años por las ‘primaveras árabes’ y las guerras de Yemen y Siria

Carlos Torralba
Madrid, El País
Las monarquías del Golfo aumentaron un 154% el valor de sus importaciones de armamento en los últimos cinco años, según el último informe elaborado por el Instituto de Investigación para la Paz Internacional de Estocolmo (SIPRI). Arabia Saudí, Qatar y Kuwait triplicaron sus compras de material militar. Omán elevó ocho veces el gasto. Los miembros del Consejo de Cooperación del Golfo (CCG) costearon el 16,5% de las exportaciones de armamento globales, pese a que su población conjunta equivale a menos del 0,7% mundial. Estados Unidos suministró el 57% del material. El sistema de cálculo utilizado por el SIPRI no se refiere a los precios reales de compraventa, sino que está fundamentado en los costes de producción y no representa cifras exactas.


“Las primaveras árabes y las guerras de Yemen y Siria han tenido profundas consecuencias en sus programas armamentísticos, especialmente en el saudí”, asegura por teléfono el investigador del SIPRI Pieter Wezeman. Undécimo importador mundial entre 2007 y 2011, el Reino del Desierto incrementó su gasto un 212% en el último quinquenio hasta convertirse en el segundo. Hace una década empezó a renovar su equipamiento con la firma de contratos multimillonarios. Ahora, con la creciente influencia de su enemigo Irán en Oriente Medio, está en una “fase de expansión”, a la que contribuye España como tercer exportador, “suministrando principalmente material naval”, afirma Wezeman. La intervención militar liderada por Riad en Yemen ha dejado al menos 3.200 civiles muertos, según la ONU.

Emiratos Árabes Unidos (EAU) fue el tercer importador mundial. “Es un actor principal en la región, tanto a nivel diplomático como militar”, analiza Wezeman. Arabia Saudí y EAU seguirán incrementando sus importaciones de armamento en los próximos años. “Lo contrario solo ocurrirá si se agravan mucho sus problemas financieros”, subraya el investigador holandés.
Las monarquías del Golfo multiplican sus importaciones de material militar

Qatar, que dispone de las terceras reservas mundiales de gas natural, “ha multiplicado varias veces su capacidad militar en cinco años, a pesar de que a finales de los 90 se llegó a planificar una reducción de su fuerza aérea.”, comenta Wezeman. “Ahora tiene un nuevo liderazgo, y una nueva concepción del rol que debe desempeñar en el mundo musulmán”, añade. Las autoridades cataríes han mostrado su independencia de Riad con un acercamiento a Ankara y recientemente han tratado de mediar en conflictos como Sudán, Libia o Yemen.

El sultanato de Omán ha multiplicado por ocho el valor de las armas adquiridas. “Su papel hasta ahora dista mucho del de EAU o Qatar. Mantiene una actitud pasiva y fría pese a haber reforzado enormemente su capacidad militar”, afirma Wezeman. Algunas potencias reclaman a Omán una política exterior más conciliadora y resolutiva. Omán es el país del mundo—según un informe del SIPRI que no incluye datos de Corea del Norte o Eritrea — que más parte de su PIB destina a Defensa: un 16,2%. Arabia Saudí, segundo, dedica un 13,7%, seis veces más que la media mundial.

En una “posición intermedia entre Omán y Qatar” se situaría Kuwait, que aumentó su inversión un 175% y ha sido anfitrión de las fallidas negociaciones de paz para Yemen. La UE ve con buenos ojos la mediación kuwaití en el conflicto.

Salvo la excepción de Bahréin (con un tamaño comparable al de Andorra), todos los países del CCG se situaron entre los treinta principales importadores de armas en el último quinquenio— solo Arabia Saudí y EAU lo fueron en el lustro anterior—. La principal inversión de las monarquías del Golfo se realizó en la compra de aeronaves de combate y sistemas de defensa. También han adquirido armamento medio y ligero “destinado a reforzar la estabilidad y seguridad interna”, explica Wezeman.

Los tres principales exportadores del mundo siguen siendo Estados Unidos, Rusia y China. India se mantiene como primer importador mundial e incrementó su inversión un 43%, a pesar de que China y Pakistán, sus rivales regionales, redujeron el gasto.

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