La renovación de Leo Messi se encuentra en la casilla de salida
Barcelona, AS
A día de hoy no hay mucho más en el escenario del Barça detrás del 4-0 de París. Un equipo en ruinas, preocupado por su identidad, su estilo y su prestigio: por primera vez desde 2007, el Barça podría caer en octavos de final de Champions. Hay quien, como El Periódico, se atreve a hablar incluso de “fin de ciclo”. Pero el Barça tiene que andar y no lo hará firme hasta que cierre la renovación de Messi, cuyo proceso tiene que ver con la salud deportiva del equipo.
La sensación de que Luis Enrique está sentenciado después de la paliza del Parque de los Príncipes crea inestabilidad en el proyecto. Y en medio está Messi, sobre el que existe el convencimiento de que renovará pero que no quiere titubeos en el plan deportivo. Como ha sido desde que Laporta se plantó en su casa para hacerle partícipe del inicio de la era Guardiola, Messi ha estado al tanto de todos los cambios de entrenador: Tito Vilanova, Martino y Luis Enrique. Si se confirma la renuncia del asturiano a seguir, o la voluntad del club de cambiar de dirección en el banquillo, el futuro entrenador y la consiguiente construcción del equipo serán fiscalizados por Messi, que siempre ha querido un grupo para ganar títulos y, especialmente, que le permita vivir en un ecosistema en el que se sienta cómodo. Las renovaciones hasta 2021 de Neymar y Suárez son la prueba de que el club quiere hacerle la vida más fácil a Messi y el futbolista, que suele tener una visión realista del panorama, es consciente de que en Barcelona es intocable y que en otro club deberá demostrar su condición de número uno desde el primer día.
Al Barça le gustaría anunciar cuanto antes la ampliación del crack. Nada como asegurar el futuro de la megaestrella para apartar del foco el terremoto que ha provocado el Waterloo en París. Pero no es fácil. Messi quiere tener todas las cartas en la mano y, de momento, la renovación está en la casilla de salida. Para que se firme, hará falta que la estrella de Rosario tenga atados todos los cabos.
Messi hace menos goles decisivos
Es muy difícil poner en duda la condición de mejor jugador del mundo de Messi pero, de un tiempo a esta parte, se echan de menos sus goles decisivos. Además de quedarse seco el martes en París, el argentino no hizo ningún gol la temporada pasada en la eliminatoria de cuartos de Champions ante el Atlético, cuando el Barça quedó eliminado. Messi no ha marcado en un Clásico desde 2014 y, para recordar goles suyos que significaran directamente títulos, hay que remontarse a la final de Copa ante el Athletic o el alirón ante el Atlético en 2015.
A día de hoy no hay mucho más en el escenario del Barça detrás del 4-0 de París. Un equipo en ruinas, preocupado por su identidad, su estilo y su prestigio: por primera vez desde 2007, el Barça podría caer en octavos de final de Champions. Hay quien, como El Periódico, se atreve a hablar incluso de “fin de ciclo”. Pero el Barça tiene que andar y no lo hará firme hasta que cierre la renovación de Messi, cuyo proceso tiene que ver con la salud deportiva del equipo.
La sensación de que Luis Enrique está sentenciado después de la paliza del Parque de los Príncipes crea inestabilidad en el proyecto. Y en medio está Messi, sobre el que existe el convencimiento de que renovará pero que no quiere titubeos en el plan deportivo. Como ha sido desde que Laporta se plantó en su casa para hacerle partícipe del inicio de la era Guardiola, Messi ha estado al tanto de todos los cambios de entrenador: Tito Vilanova, Martino y Luis Enrique. Si se confirma la renuncia del asturiano a seguir, o la voluntad del club de cambiar de dirección en el banquillo, el futuro entrenador y la consiguiente construcción del equipo serán fiscalizados por Messi, que siempre ha querido un grupo para ganar títulos y, especialmente, que le permita vivir en un ecosistema en el que se sienta cómodo. Las renovaciones hasta 2021 de Neymar y Suárez son la prueba de que el club quiere hacerle la vida más fácil a Messi y el futbolista, que suele tener una visión realista del panorama, es consciente de que en Barcelona es intocable y que en otro club deberá demostrar su condición de número uno desde el primer día.
Al Barça le gustaría anunciar cuanto antes la ampliación del crack. Nada como asegurar el futuro de la megaestrella para apartar del foco el terremoto que ha provocado el Waterloo en París. Pero no es fácil. Messi quiere tener todas las cartas en la mano y, de momento, la renovación está en la casilla de salida. Para que se firme, hará falta que la estrella de Rosario tenga atados todos los cabos.
Messi hace menos goles decisivos
Es muy difícil poner en duda la condición de mejor jugador del mundo de Messi pero, de un tiempo a esta parte, se echan de menos sus goles decisivos. Además de quedarse seco el martes en París, el argentino no hizo ningún gol la temporada pasada en la eliminatoria de cuartos de Champions ante el Atlético, cuando el Barça quedó eliminado. Messi no ha marcado en un Clásico desde 2014 y, para recordar goles suyos que significaran directamente títulos, hay que remontarse a la final de Copa ante el Athletic o el alirón ante el Atlético en 2015.