Iborra hace colíder al Sevilla

Un golazo de falta de Durmisi adelantó al Betis. Los de Sampaoli remontaron en la segunda mitad. En el tanto de Iborra hay fuera de juego de N'Zonzi.

José A. Espina
As
Ganó el Sevilla otro derbi, el séptimo de los últimos ocho (y un empate bético), y lo hizo para acostarse colíder de Primera División, con los mismos 52 puntos que el Real Madrid y uno por encima del Barcelona. El equipo de Sampaoli mete presión a los blancos y a los culés en sus compromisos del domingo y asienta sus aspiraciones ligueras, más serias a medida que se va a acercando la recta final de temporada.


Tuvo que remontar el Sevilla, que no compareció en la primera mitad como no lo haría el Betis en la segunda, sobre todo a raíz de la aparición a balón parado del crack de guardia de este Sevilla de Sampaoli, Vicente Iborra. Como había ocurrido en otras visitas difíciles (Vigo o San Sebastián), el capitán valenciano salió al rescate de su equipo para imponerse cual titán en dos balones parados y voltear así el merecidamente adverso resultado que su equipo había recibido en el acto inicial. Con mucho orgullo. Iborra cabeceó primero el 1-1 que luego metería Mercado y minutos después anotó el definitivo 1-2. Gol, por cierto, que no debía haber subido al marcador por fuera de juego previo de Nzonzi. Como ocurrió en la primera vuelta, un error arbitral decidía el derbi de máxima rivalidad sevillana.

Pasó el Betis por encima del Sevilla durante toda la primera parte, coronada por un gol de Durmisi de falta. Se abrió la barrera del Sevilla, Vázquez a un lado y Nzonzi al otro, en lo que parecía una metáfora de lo que estaba ocurriendo sobre el campo. El danés le daba la tarde a Sarabia, superado siempre como carrilero diestro, y Ceballos se imponía entre líneas a Nzonzi y sobre todo Nasri, desaparecido en este primer acto el francés. Impetuosos, ordenados y muy encima de los sevillistas, los verdiblancos pisaban el área con asiduidad y eso se tradujo en alguna ocasión clara, como la de Mandi al larguero, el rebote de Petros que se marchó por centímetros o tres jugadas de Rubén que acabaron en tiros más centrados de lo que el canario suele. No había entonces noticias del Sevilla, que no se acercó a Adán antes del 1-0 ni tampoco lo logró después por mucho que Vitolo tratara de hacer la guerra por su cuenta.

Como este partido, el Sevilla ha ganado varios ya esta campaña, sobre todo fuera de casa. Ayudado por la inconstancia y sobre todo por la falta de acierto del rival y luego tirando de arrojo y casta. Le había ocurrido en Las Palmas, en Leganés, un buen rato contra Osasuna, bastante tiempo contra el Depor... Le sucedió también en el terreno más comanche.

Dos cambios hizo Sampaoli, no para no tener la pelota sino percutir. Y percutió. Iborra, que había salido de nuevas, cabeceó una falta y Mercado (que hizo el 1-0 de la primera vuelta también) remachó el paradón de Adán. Gol del Sevilla en sus primeros dos tiros a puerta y otro más casi seguido, con un zurdazo de Escudero que salió muy cerca del palo bético. El gol parecía haber dejado groggy al Betis y éste cedió por completo el dominio al Sevilla, que templaba ante el desconcierto verdiblanco. El guión había cambiado, se escuchaban murmullos en el Villamarín y en otro balón parado, Nzonzi peinó (en orsay) e Iborra se adelantó a Adán para certificar la tremenda superioridad deportiva de un equipo sobre otro en la ciudad de Sevilla. 1-2, el Betis 15º y mirando para abajo un poquito más y el Sevilla, colíder.

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