Detenido el jefe del Ejército del kirchnerismo en una causa por delitos de lesa humanidad

César Milani es investigado por dos secuestros cometidos durante la última dictadura militar

Federico Rivas Molina
Buenos Aires, El País
El exjefe del Ejército argentino César Milani, elegido en 2013 por la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner para liderar unas Fuerzas Armadas que acompañaran su política de Derechos Humanos, ha sido detenido en una causa por delitos de lesa humanidad. Milani quedó preso en la provincia de La Rioja (noroeste), acusado de secuestrar en 1977 a Pedro y Alfredo Olivera (padre e hijo). Milani negó siempre su responsabilidad y durante el kirchnerismo, cuando ya estaban en curso las investigaciones, logró incluso el apoyo de la titular de Madres de Plaza de Mayo, Hebe de Bonafini. Milani enfrenta también una causa por enriquecimiento ilícito.


En marzo de 1977, un comando militar secuestró a Pedro Olivera, un sindicalista ferroviario. Dos días después, Olivera fue abandonado en la puerta de su domicilio con una hemiplejia, producto de las torturas que había padecido. El comando que lo dejó libre secuestró luego a su hijo Ramón, quien fue pasado a la justicia ordinaria diez días después de sufrir largas sesiones de tormentos. Durante su declaración en 1979, Ramón reconoció a Milani como jefe del grupo que allanó su casa y responsable de la custodia que lo llevó a declarar cuando fue legalizada su situación. Cuando Milani fue propuesto por Cristina Kirchner para el puesto de jefe del Ejército, distintos organismos de Derechos Humanos recordaron aquel testimonio de Olivera e intentaron bloquear su designación.

Milani acusó entonces a la oposición de impedir las reformas que el kirchnerismo pretendía introducir en el Ejército. Su designación pasó finalmente el filtro del Congreso y Milani se convirtió en el jefe del Ejército, símbolo de unas Fuerzas Armadas alineadas con la política de Derechos Humanos impulsada por la Casa Rosada. Ente sus aliados encontró a la titular de Madres de Plaza de Mayo. Bonafini llegó incluso a entrevistarlo para una revista de la agrupación. En esa charla, Milani le aseguró a Bonafini que nunca había participado del terrorismo de Estado impulsado por la última dictadura. "Jamás, nunca, ni torturé, ni maté, ni estuve. Las calumnias e injurias vertidas sobre mi persona por parte de multimedios monopólicos y dirigentes políticos opositores al gobierno nacional han buscado exclusivamente perjudicar a la Presidente y tratar de impedir que el Ejército participe activamente de un proyecto nacional", dijo Milani. Y fue aún más allá: “Hebe, con ayuda de ustedes, el Ejército está dispuesto a ir por todos los cambios y yo quiero ser el más transgresor.

Cuando el presidente Mauricio Macri llegó al poder, Milani pasó a retiro. Pero la causa judicial tramitada en La Rioja siguió su curso. El militar intentó detenerla con un recurso ante la Corte Suprema que le fue denegado. Y ahora ha quedado preso tras presentarse a declarar en un trámite que consideró solo de rutina. "Dará una explicación del contexto histórico y en particular sobre cuál era su conducta y sus funciones y rebatirá cuestiones que se pretenden semiprobadas (por la querella) en el expediente y ofrecerá ampliar pruebas", había dicho su abogado, Gustavo Feldman, antes del interrogatorio.

Para el titular de Derechos Humanos de La Rioja, Delfor Brizuela, la detención del exjefe del Ejército “va a acelerar todo el desarrollo de este juicio”. La de la familia Olivera no es la única causa que enfrenta Milani. Un tribunal de Tucumán, donde Milani estuvo destinado durante la última dictadura, investiga su presunta responsabilidad en la desaparición del soldado Alberto Agapito Ledo. Su hermana Graciela celebró la detención y negó cualquier trasfondo político. "Estas son causas e imputaciones graves, que se denunciaron en 1979, y en 1984 nuevamente, donde no había ninguna combinación política con estas denuncias", dijo.

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