Cavani y Di María vuelan; el PSG mete miedo al Barça

Pasó como un ciclón por Burdeos, rotó a Matuidi y hasta se permitió dar 30’ de descanso al argentino (gol y asistencia) y 20’ al uruguayo (dos goles). PSG, colíder con un partido más.

Juan Jiménez
As
Si Luis Enrique no lo vio porque estaba aterrizando en Vitoria, se lo contarían rápido. Bajo un frío de ley en Burdeos, Cavani y Di María se merendaron a un moribundo Girondins, pusieron al PSG colíder en espera del Mónaco-Metz y mandaron algo más que un avisó al Barça con vistas al martes. El uruguayo, un martillo pilón toda la temporada, firmó dos goles que simbolizaron toda la fe que se tiene en este momento con dos voleas de impresión. Dos gestos técnicos dificilísimos que ejecutó con precisión de cirujano. Cavani lleva 25 goles en 23 partidos de Ligue 1 y 31 en 30 partidos oficiales. Su voracidad en el césped impresiona. Sus registros, más. Di María, dormido toda la temporada hasta que curiosamente llegó Draxler, se ha puesto fino para la cita del año. En 63 minutos hizo un gol de exquisita factura (templó suavemente sobre Carrasso), dio un pase de gol y corrió como un demonio. La sociedad Cavani-Di María es, de lejos, el gran peligro del PSG.

Convencional como viene siendo su estilo de un tiempo a esta parte, Emery, que se dejó en París a Thiago Silva y reservó a Matuidi para la batalla del Barça, jugó con un 4-3-3 lleno de lógica. Trapp volvió a la portería después de lesionarse ante el Mónaco. Meunier, jugador de gran despliegue físico, ha pasado por delante de Aurier (recién llegado de la Copa de África) en el lateral derecho y, en el medio, Motta jugó de stopper con Verratti, otro que volvía (aún corto de ‘reprise’ pero un fuoriclasse con el balón) y Rabiot en los interiores. Ojo a la ausencia del italo-brasileño el martes, jugador básico en el engranaje parisino. En principio, y con Krychowiak (33 millones de traspaso) recuperándose con el filial, Rabiot ocupará su sitio. Lucas Moura, jugador protegido por Emery, aporta el equilibrio necesario en los balances. Unai dosificó a sus estrellas y empieza a ver algo que se parece a lo que pensó cuando llegó a París. Ojo, Barça.

Entradas populares