Unos 1.000 militares realizarán inspecciones en las cárceles de Brasil
Brasil, AFP
Unos 1.000 militares de las Fuerzas Armadas brasileñas (FAB) participarán en las inspecciones en los presidios de Brasil, siempre y cuando sea solicitado por los estados, precisó hoy el ministro de Defensa, Raúl Jungmann.
El Ejército comenzará a desplegarse en unos ocho o diez días, después de que el presidente de Brasil, Michel Temer, pusiera a disposición las Fuerzas Armadas para contener la crisis desatada en los presidios de Brasil.
La tarea principal de los militares será la de detectar “objetos ilícitos” en el interior de las cárceles, como armas, drogas o teléfonos móviles, con el fin de reducir la criminalidad, según explicó el ministro.
“Lo que ha sucedido en los presidios es una tragedia humana. El vector es la pose de armas, las barras de hierro, los revólveres… Eso no es la única causa, pero amplifica la tragedia humana que estamos asistiendo”, señaló Jungmann en una rueda de prensa en Brasilia.
El ministro destacó que las Fuerzas Armadas actuarán “bajo demanda” de los estados, los cuales viven una ola de violencia desde comienzos del año, cuando se desató una guerra entre facciones que ha dejado más de cien muertos en las cárceles del país.
El titular de Defensa recalcó que los militares no “controlarán” ni “operarán” los presidios, sino que se encargarán de realizar las revisiones periódicas, y aseveró que esa función es responsabilidad de los agentes locales.
“Les corresponde a los estados que la limpieza permanezca entre visita y visita”, aclaró Jungmann, quien señaló que el presupuesto inicial será de diez millones de reales (unos 3,1 millones de dólares).
Los militares, aseguró, no tendrán “contacto” directo con los reos, ya que los presos serán trasladados a otros pabellones cuando las Fuerzas Armadas entren en el interior de las cárceles.
El Gobierno ha admitido que la crisis penitenciaria ha alcanzado “dimensiones nacionales” y, por ello, Temer se reunirá hoy con los gobernadores de seis estados de la región norte y centro-oeste del país para analizar la crítica situación de los presidios.
Unos 1.000 militares de las Fuerzas Armadas brasileñas (FAB) participarán en las inspecciones en los presidios de Brasil, siempre y cuando sea solicitado por los estados, precisó hoy el ministro de Defensa, Raúl Jungmann.
El Ejército comenzará a desplegarse en unos ocho o diez días, después de que el presidente de Brasil, Michel Temer, pusiera a disposición las Fuerzas Armadas para contener la crisis desatada en los presidios de Brasil.
La tarea principal de los militares será la de detectar “objetos ilícitos” en el interior de las cárceles, como armas, drogas o teléfonos móviles, con el fin de reducir la criminalidad, según explicó el ministro.
“Lo que ha sucedido en los presidios es una tragedia humana. El vector es la pose de armas, las barras de hierro, los revólveres… Eso no es la única causa, pero amplifica la tragedia humana que estamos asistiendo”, señaló Jungmann en una rueda de prensa en Brasilia.
El ministro destacó que las Fuerzas Armadas actuarán “bajo demanda” de los estados, los cuales viven una ola de violencia desde comienzos del año, cuando se desató una guerra entre facciones que ha dejado más de cien muertos en las cárceles del país.
El titular de Defensa recalcó que los militares no “controlarán” ni “operarán” los presidios, sino que se encargarán de realizar las revisiones periódicas, y aseveró que esa función es responsabilidad de los agentes locales.
“Les corresponde a los estados que la limpieza permanezca entre visita y visita”, aclaró Jungmann, quien señaló que el presupuesto inicial será de diez millones de reales (unos 3,1 millones de dólares).
Los militares, aseguró, no tendrán “contacto” directo con los reos, ya que los presos serán trasladados a otros pabellones cuando las Fuerzas Armadas entren en el interior de las cárceles.
El Gobierno ha admitido que la crisis penitenciaria ha alcanzado “dimensiones nacionales” y, por ello, Temer se reunirá hoy con los gobernadores de seis estados de la región norte y centro-oeste del país para analizar la crítica situación de los presidios.