Seis muertos en un atentado terrorista en una mezquita en Quebec
La Policía de Canadá mantiene detenido a un sospechoso
Joan Faus
Quebec, El País
El multicultural Canadá se despertó este lunes conmocionado y en busca de razones al ataque a una mezquita en Quebec en el que murieron seis personas y ocho más resultaron heridas, cinco de ellas en estado crítico, y que ha sido condenado por las más altas autoridades del país como un ataque terrorista dirigido contra musulmanes.
Un joven franco-canadiense arrestado poco después del tiroteo fue acusado este lunes formalmente por el ataque, del que se considera es el único autor. Alexandre Bissonnette, de 27 años, tendrá que responder ante la justicia por seis cargos de asesinato premeditado y cinco más de intento de asesinato que se le impusieron en su primera comparecencia ante un juez. Otro joven, de origen marroquí, que había sido arrestado también el domingo fue puesto en libertad horas más tarde, después de que la policía comprobara que no era más que un testigo del acto que las máximas autoridades del país han condenado como un acto terrorista.
Así lo calificó desde el domingo el primer ministro canadiense, Justin Trudeau, que condenó sin ambages el "ataque terrorista a musulmanes”.
“La diversidad es nuestra fuerza, y la tolerancia religiosa es un valor que nosotros, como canadienses, valoramos mucho”, agregó Trudeau en un comunicado, en el que reiteró que los musulmanes canadienses son una “parte importante del tejido nacional”. En un discurso ante el Congreso este lunes, el primer ministro, que esta noche tenía previsto participar en una vigilia en Quebec, insistió en que el tiroteo ha sido "un acto terrorista contra Canadá y todos los canadienses" y dijo que ante "el miedo y el odio", el país responderá siempre "con amor y compasión".
La mezquita, parte del Centro Cultural Islámico de Quebec, ha sido víctima de actos vandálicos y mensajes xenófobos en los últimos meses. En junio, en plena época del Ramadán, una cabeza de cerdo fue arrojada dentro del edificio, según la cadena canadiense CBC.
Las víctimas mortales tenían entre 35 y 70 años. En total, había 39 personas en el momento en que se produjo el ataque.
El tiroteo tiene lugar en un momento de tensión para la comunidad musulmana. Trudeau reiteró este fin de semana la política de su Gobierno de puertas abiertas a refugiados e inmigrantes de Oriente Próximo. Fue su respuesta al decreto firmado el viernes por el presidente estadounidense, Donald Trump, que prohíbe durante tres meses la entrada a Estados Unidos a visitantes de siete países de mayoría musulmana y durante cuatro meses a los solicitantes de asilo de cualquier país.
Vigilias y homenajes
Las banderas nacionales y locales ondean a media asta desde este lunes en una señal de luto en muchas partes del país. También se han convocado numerosas vigilias a través de las redes sociales, tanto en Quebec como en otras partes de Canadá.
Desde la noche del domingo, se ha incrementado la presencia policial en todas las mezquitas del país para evitar nuevos ataques. El primer ministro de Quebec, Phillippe Couillard, que también calificó el ataque como un “acto terrorista”, dijo que solo en la ciudad una decena de centros de culto musulmán contaban ya con una vigilancia policial mayor. También hay más policías vigilando la Universidad de Laval, cercana a donde se produjo el ataque y donde estudian muchos jóvenes procedentes de países árabes.
Una medida que ha replicado, al otro lado de la frontera, la ciudad de Nueva York. Su alcalde, Bill de Blasio, condenó duramente el “terrible ataque”, que no es un hecho aislado ni un fenómeno que suceda solo en Canadá, subrayó en la red social Twitter, donde ligó su mensaje a una noticia sobre la quema de una mezquita, el fin de semana, en Texas. “A mis conciudadanos neoyorquinos que son musulmanes: la ciudad de Nueva York os va a proteger. La policía de Nueva York os va a proteger. Combatiremos todo el odio y los prejuicios”, agregó, en un mensaje que también acepta una lectura interna tras el veto migratorio del Gobierno de Trump que, pese a sus reiterados desmentidos, ha sido ampliamente percibido como un veto a los musulmanes. Nueva York ha sido sede de algunas de las protestas más masivas durante el fin de semana tras la publicación de la orden ejecutiva.
El lunes, Trump llamó a Trudeau para enviar sus condolencias y ofrecer ayuda a Canadá. El portavoz de la Casa Blanca, Sean Spicer, aseguró que Washington condena “en los términos más fuertes posibles” un ataque que, agregó, “constituye un terrible recordatorio de por qué debemos permanecer vigilantes y por qué el presidente está dando pasos para ser proactivos en vez de reactivos en materia de seguridad del país”.
El presidente de Francia, Francois Hollande, ha condenado el atentado, que, ha asegurado, quiere golpear "el espíritu de paz y apertura del pueblo de Quebec". El jefe del Estado subrayó que Francia está junto a las víctimas y sus familias y dijo que había enviado "un mensaje de simpatía, de afección y de solidaridad" al primer ministro de Québec, Philippe Couillard, y al de Canadá, Justin Trudeau.
La representante de la diplomacia europea, Federica Mogherini, también ha condenado los hechos y ha expresado este lunes su apoyo a Canadá. "La UE comparte", se lee en el comunicado, "la firme defensa de la libertad religiosa y de la diversidad como herramienta para fortalecer la sociedad". "El atentado de este domingo ha demostrado una vez más que el terrorismo es una amenaza para todos [...], no depende de la religión, de la fe o de la nacionalidad", ha recalcado Mogherini.
Joan Faus
Quebec, El País
El multicultural Canadá se despertó este lunes conmocionado y en busca de razones al ataque a una mezquita en Quebec en el que murieron seis personas y ocho más resultaron heridas, cinco de ellas en estado crítico, y que ha sido condenado por las más altas autoridades del país como un ataque terrorista dirigido contra musulmanes.
Un joven franco-canadiense arrestado poco después del tiroteo fue acusado este lunes formalmente por el ataque, del que se considera es el único autor. Alexandre Bissonnette, de 27 años, tendrá que responder ante la justicia por seis cargos de asesinato premeditado y cinco más de intento de asesinato que se le impusieron en su primera comparecencia ante un juez. Otro joven, de origen marroquí, que había sido arrestado también el domingo fue puesto en libertad horas más tarde, después de que la policía comprobara que no era más que un testigo del acto que las máximas autoridades del país han condenado como un acto terrorista.
Así lo calificó desde el domingo el primer ministro canadiense, Justin Trudeau, que condenó sin ambages el "ataque terrorista a musulmanes”.
“La diversidad es nuestra fuerza, y la tolerancia religiosa es un valor que nosotros, como canadienses, valoramos mucho”, agregó Trudeau en un comunicado, en el que reiteró que los musulmanes canadienses son una “parte importante del tejido nacional”. En un discurso ante el Congreso este lunes, el primer ministro, que esta noche tenía previsto participar en una vigilia en Quebec, insistió en que el tiroteo ha sido "un acto terrorista contra Canadá y todos los canadienses" y dijo que ante "el miedo y el odio", el país responderá siempre "con amor y compasión".
La mezquita, parte del Centro Cultural Islámico de Quebec, ha sido víctima de actos vandálicos y mensajes xenófobos en los últimos meses. En junio, en plena época del Ramadán, una cabeza de cerdo fue arrojada dentro del edificio, según la cadena canadiense CBC.
Las víctimas mortales tenían entre 35 y 70 años. En total, había 39 personas en el momento en que se produjo el ataque.
El tiroteo tiene lugar en un momento de tensión para la comunidad musulmana. Trudeau reiteró este fin de semana la política de su Gobierno de puertas abiertas a refugiados e inmigrantes de Oriente Próximo. Fue su respuesta al decreto firmado el viernes por el presidente estadounidense, Donald Trump, que prohíbe durante tres meses la entrada a Estados Unidos a visitantes de siete países de mayoría musulmana y durante cuatro meses a los solicitantes de asilo de cualquier país.
Vigilias y homenajes
Las banderas nacionales y locales ondean a media asta desde este lunes en una señal de luto en muchas partes del país. También se han convocado numerosas vigilias a través de las redes sociales, tanto en Quebec como en otras partes de Canadá.
Desde la noche del domingo, se ha incrementado la presencia policial en todas las mezquitas del país para evitar nuevos ataques. El primer ministro de Quebec, Phillippe Couillard, que también calificó el ataque como un “acto terrorista”, dijo que solo en la ciudad una decena de centros de culto musulmán contaban ya con una vigilancia policial mayor. También hay más policías vigilando la Universidad de Laval, cercana a donde se produjo el ataque y donde estudian muchos jóvenes procedentes de países árabes.
Una medida que ha replicado, al otro lado de la frontera, la ciudad de Nueva York. Su alcalde, Bill de Blasio, condenó duramente el “terrible ataque”, que no es un hecho aislado ni un fenómeno que suceda solo en Canadá, subrayó en la red social Twitter, donde ligó su mensaje a una noticia sobre la quema de una mezquita, el fin de semana, en Texas. “A mis conciudadanos neoyorquinos que son musulmanes: la ciudad de Nueva York os va a proteger. La policía de Nueva York os va a proteger. Combatiremos todo el odio y los prejuicios”, agregó, en un mensaje que también acepta una lectura interna tras el veto migratorio del Gobierno de Trump que, pese a sus reiterados desmentidos, ha sido ampliamente percibido como un veto a los musulmanes. Nueva York ha sido sede de algunas de las protestas más masivas durante el fin de semana tras la publicación de la orden ejecutiva.
El lunes, Trump llamó a Trudeau para enviar sus condolencias y ofrecer ayuda a Canadá. El portavoz de la Casa Blanca, Sean Spicer, aseguró que Washington condena “en los términos más fuertes posibles” un ataque que, agregó, “constituye un terrible recordatorio de por qué debemos permanecer vigilantes y por qué el presidente está dando pasos para ser proactivos en vez de reactivos en materia de seguridad del país”.
El presidente de Francia, Francois Hollande, ha condenado el atentado, que, ha asegurado, quiere golpear "el espíritu de paz y apertura del pueblo de Quebec". El jefe del Estado subrayó que Francia está junto a las víctimas y sus familias y dijo que había enviado "un mensaje de simpatía, de afección y de solidaridad" al primer ministro de Québec, Philippe Couillard, y al de Canadá, Justin Trudeau.
La representante de la diplomacia europea, Federica Mogherini, también ha condenado los hechos y ha expresado este lunes su apoyo a Canadá. "La UE comparte", se lee en el comunicado, "la firme defensa de la libertad religiosa y de la diversidad como herramienta para fortalecer la sociedad". "El atentado de este domingo ha demostrado una vez más que el terrorismo es una amenaza para todos [...], no depende de la religión, de la fe o de la nacionalidad", ha recalcado Mogherini.