Peña Nieto: “Ni confrontación ni sumisión con Trump”
El presidente mexicano presenta un decálogo de objetivos rumbo a la negociación del Tratado de Libre Comercio con EE UU
Luis Pablo Beauregard
México, El País
México se prepara para la tormenta que viene. El Gobierno mexicano fijó este lunes su postura dos días antes de que emisarios del Gobierno de Enrique Peña Nieto arriben a Washington para renegociar con la Administración de Donald Trump el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN). Peña Nieto dijo que ante el proteccionismo de Estados Unidos, México seguirá la apertura del libre mercado. La realidad obligará al país a ampliar sus miras buscando nuevos destinos para sus exportaciones y a entablar el diálogo político con otras naciones. De esta forma se pretende reducir su dependencia de su vecino del norte, con quien México tiene un comercio diario de 1.400 millones de dólares. “A Estados Unidos le conviene que a México le vaya bien”, dijo el presidente.
El Gobierno mexicano anunció un decálogo de objetivos para la negociación con Trump. Los emisarios, los secretarios de Relaciones Exteriores y de Economía, exigirán a Estados Unidos respetar los derechos humanos de los mexicanos indocumentados. México también pedirá a la contraparte “no dificultar” el libre flujo de remesas. Se teme que Trump quiera utilizar este dinero enviado por inmigrantes en Estados Unidos a sus familias en México para financiar su muro fronterizo. En 2016, estos recursos sumaron más de 24.000 millones de dólares. “México no cree en los muros”, dijo Peña Nieto, que se reunirá con su homólogo estadounidense el 31 de enero.
El presidente insistió en su visión de que el TLCAN debe seguir con vida permitiendo el comercio sin aranceles entre Estados Unidos, Canadá y México. El acuerdo, sin embargo, debe ser ampliado para incluir los sectores de telecomunicaciones, energía y de comercio electrónico. Canadá dio a conocer este lunes que su equipo negociador irá por la libre y no formará equipo con los mexicanos.
El Gobierno mexicano teme que Trump comience deportaciones masivas. México pedirá en sus negociaciones respetar los protocolos de expulsiones instrumentadas en los ocho años de Barack Obama en la Casa Blanca, cuando fueron devueltos a México tres millones de personas. “Las repatriaciones deben ser de manera coordinada y se debe mantener el trato digno y respetuoso” a los deportados, pidió Peña. El papel de México a la crisis migratoria ha disminuido. El número de mexicanos que intentaban ingresar ilegalmente a Estados Unidos pasó de 380.000 en 2009 a 80.000 en 2014. En cambio, ha incrementado el número de migrantes no mexicanos. En 2016 fue medio millón de personas.
El mandatario estuvo cobijado en el evento en Los Pinos por miembros de su gabinete, los presidentes del Congreso, gobernadores y líderes empresariales. Todos los oradores llamaron a la unidad nacional para afrontar la amenaza de Trump, quien se ha mostrado abiertamente hostil con los mexicanos incluso antes de entrar en la Casa Blanca. El presidente dijo que en el trato con el nuevo gobierno de EE UU no habrá “confrontación ni sumisión”. “La solución es el diálogo y la negociación”, agregó.
Peña Nieto ha sido presionado para encarar al magnate con una posición más férrea. Andrés Manuel López Obrador, líder del izquierdista Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) y puntero en las encuestas rumbo a las presidenciales de 2018, pidió el viernes al Gobierno acabar con la “pasividad” y tomar la iniciativa para defender la soberanía.
La apuesta del Gobierno Peña Nieto es la conciliación. El canciller Luis Videgaray, uno de los emisarios de Peña junto al secretario de Economía, Ildefonso Guajardo, dijo este lunes que México se sentará con mucha confianza en la mesa de discusión sobre el TLC. “México es indispensable para Estados Unidos”, dijo el secretario de Exteriores. Videgaray recordó que varias entidades de EE UU, incluso algunas que dieron la victoria a Trump en noviembre, dependen de las exportaciones al sur. El canciller aseguró que más de 1.2 millones de empleos en California, Texas, Indiana y Wisconsin están vinculados a las exportaciones a México.
El plan B del presidente Peña Nieto es fortalecer las relaciones políticas y comerciales con América Latina, Europa y Asia. México tiene firmados tratados de libre comercio con 46 países en tres continentes. El presidente anunció que el país buscará acuerdos bilaterales con diez países que iban a conformar el Tratado de Asociación Transpacífico, que recibió este lunes el tiro de gracia después de que Trump retirara a Estados Unidos. Peña Nieto prometió también acercamientos con Argentina y Brasil, la economía más grande de la región, además de fortalecer la Alianza del Pacífico, conformada por Colombia, Perú, Chile y México.
Peña Nieto tendrá la oportunidad de iniciar la apertura de México al mundo este miércoles durante la quinta edición de la Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) de República Dominicana. En la reunión, Peña Nieto tocará temas de seguridad y migración con sus homólogos de Guatemala, Honduras y El Salvador.
Luis Pablo Beauregard
México, El País
México se prepara para la tormenta que viene. El Gobierno mexicano fijó este lunes su postura dos días antes de que emisarios del Gobierno de Enrique Peña Nieto arriben a Washington para renegociar con la Administración de Donald Trump el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN). Peña Nieto dijo que ante el proteccionismo de Estados Unidos, México seguirá la apertura del libre mercado. La realidad obligará al país a ampliar sus miras buscando nuevos destinos para sus exportaciones y a entablar el diálogo político con otras naciones. De esta forma se pretende reducir su dependencia de su vecino del norte, con quien México tiene un comercio diario de 1.400 millones de dólares. “A Estados Unidos le conviene que a México le vaya bien”, dijo el presidente.
El Gobierno mexicano anunció un decálogo de objetivos para la negociación con Trump. Los emisarios, los secretarios de Relaciones Exteriores y de Economía, exigirán a Estados Unidos respetar los derechos humanos de los mexicanos indocumentados. México también pedirá a la contraparte “no dificultar” el libre flujo de remesas. Se teme que Trump quiera utilizar este dinero enviado por inmigrantes en Estados Unidos a sus familias en México para financiar su muro fronterizo. En 2016, estos recursos sumaron más de 24.000 millones de dólares. “México no cree en los muros”, dijo Peña Nieto, que se reunirá con su homólogo estadounidense el 31 de enero.
El presidente insistió en su visión de que el TLCAN debe seguir con vida permitiendo el comercio sin aranceles entre Estados Unidos, Canadá y México. El acuerdo, sin embargo, debe ser ampliado para incluir los sectores de telecomunicaciones, energía y de comercio electrónico. Canadá dio a conocer este lunes que su equipo negociador irá por la libre y no formará equipo con los mexicanos.
El Gobierno mexicano teme que Trump comience deportaciones masivas. México pedirá en sus negociaciones respetar los protocolos de expulsiones instrumentadas en los ocho años de Barack Obama en la Casa Blanca, cuando fueron devueltos a México tres millones de personas. “Las repatriaciones deben ser de manera coordinada y se debe mantener el trato digno y respetuoso” a los deportados, pidió Peña. El papel de México a la crisis migratoria ha disminuido. El número de mexicanos que intentaban ingresar ilegalmente a Estados Unidos pasó de 380.000 en 2009 a 80.000 en 2014. En cambio, ha incrementado el número de migrantes no mexicanos. En 2016 fue medio millón de personas.
El mandatario estuvo cobijado en el evento en Los Pinos por miembros de su gabinete, los presidentes del Congreso, gobernadores y líderes empresariales. Todos los oradores llamaron a la unidad nacional para afrontar la amenaza de Trump, quien se ha mostrado abiertamente hostil con los mexicanos incluso antes de entrar en la Casa Blanca. El presidente dijo que en el trato con el nuevo gobierno de EE UU no habrá “confrontación ni sumisión”. “La solución es el diálogo y la negociación”, agregó.
Peña Nieto ha sido presionado para encarar al magnate con una posición más férrea. Andrés Manuel López Obrador, líder del izquierdista Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) y puntero en las encuestas rumbo a las presidenciales de 2018, pidió el viernes al Gobierno acabar con la “pasividad” y tomar la iniciativa para defender la soberanía.
La apuesta del Gobierno Peña Nieto es la conciliación. El canciller Luis Videgaray, uno de los emisarios de Peña junto al secretario de Economía, Ildefonso Guajardo, dijo este lunes que México se sentará con mucha confianza en la mesa de discusión sobre el TLC. “México es indispensable para Estados Unidos”, dijo el secretario de Exteriores. Videgaray recordó que varias entidades de EE UU, incluso algunas que dieron la victoria a Trump en noviembre, dependen de las exportaciones al sur. El canciller aseguró que más de 1.2 millones de empleos en California, Texas, Indiana y Wisconsin están vinculados a las exportaciones a México.
El plan B del presidente Peña Nieto es fortalecer las relaciones políticas y comerciales con América Latina, Europa y Asia. México tiene firmados tratados de libre comercio con 46 países en tres continentes. El presidente anunció que el país buscará acuerdos bilaterales con diez países que iban a conformar el Tratado de Asociación Transpacífico, que recibió este lunes el tiro de gracia después de que Trump retirara a Estados Unidos. Peña Nieto prometió también acercamientos con Argentina y Brasil, la economía más grande de la región, además de fortalecer la Alianza del Pacífico, conformada por Colombia, Perú, Chile y México.
Peña Nieto tendrá la oportunidad de iniciar la apertura de México al mundo este miércoles durante la quinta edición de la Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) de República Dominicana. En la reunión, Peña Nieto tocará temas de seguridad y migración con sus homólogos de Guatemala, Honduras y El Salvador.