Los socialdemócratas alemanes presentan por sorpresa a Schulz para derrotar a Merkel

Sigmar Gabriel renuncia a la candidatura a canciller a la vista de las malas perspectivas

Luis Doncel
Berlín, El País
Angela Merkel ya conoce el nombre de su rival. Martin Schulz, un hombre forjado en la política europea, será el candidato del Partido Socialdemócrata (SPD) a las elecciones alemanas del 24 de septiembre. Sigmar Gabriel, líder socialdemócrata y durante los últimos cuatro años vicecanciller y ministro de Economía, renuncia a la candidatura para dar paso a alguien capaz de mejorar sus pobres expectativas electorales. Como ya ha ocurrido en tantas ocasiones, vuelve a cumplirse la maldición que acaba por abrasar a los compañeros de coalición de Merkel.


A ocho meses de las elecciones, Gabriel hace un movimiento sorpresa con el que confía en cambiar una dinámica que no auguraba nada bueno a los socialdemócratas. “Si continúo, voy a fallar. Y fallará también todo el SPD”, aseguró a la revista Stern, donde desveló sus planes. Pero nada asegura el éxito de la operación. En las anteriores elecciones, los socialdemócratas alemanes ya optaron por el candidato supuestamente más popular, Peer Steinbrück. Y acabó encajando una sonora derrota ante Merkel.

La jugada tiene varias derivadas. El hasta ahora vicecanciller abandonará también el liderazgo del partido –que ha ostentado los últimos siete años, un récord absoluto desde los tiempos del mítico Willy Brandt-, que asumirá Schulz. Gabriel cambiará además su puesto de ministro de Economía para hacerse cargo de Exteriores cuando el actual titular de esta cartera, Frank-Walter Steinmeier, se convierta en el próximo presidente federal de Alemania. El partido debe ahora confirmar esta propuesta de su hasta ahora líder.

Gabriel se despide con ataques a la que ha sido su jefa en el Gobierno los últimos cuatro años. “Las políticas de Angela Merkel y Wolfgang Schäuble han contribuido sin duda a la profunda crisis de la UE desde 2008, a la solead de un Gobierno alemán dominante y, a través de una insistencia en la austeridad, a elevadas tasas de desempleo fuera de Alemania”, aseguró en un comunicado. Pero estas palabras chocan con la dureza con la que a veces ha retado a Gobiernos como el de Grecia. Estos giros dialécticos en función de las circunstancias –tanto en la crisis del euro como en la de refugiados- han agravado los problemas de Gabriel para ganar impulso en las encuestas. Y ello pese a que puede reivindicar medidas adoptadas por el Gobierno gracias a la presión de los socialdemócratas, como la introducción del salario mínimo.

El candidato Schulz se presenta como una incógnita. A su favor cuenta con una mejor valoración en las encuestas. El hombre que trabajó como librero y más tarde se dedicó a la política local lleva más de dos décadas en el Parlamento Europeo, organismo que ha presidido hasta hace pocos días. En Estrasburgo y Bruselas ha ganado contactos por todo el Continente y talla política gracias a un discurso europeísta y de crítica feroz a los populismos. Pero al mismo tiempo resulta un político alejado de las preocupaciones del alemán medio. Y resulta difícil imaginar a un moderado como él pactando un tripartito de izquierdas en el que participen los poscomunistas de Die Linke, una de las pocas opciones realistas que permitiría a Alemania volver a tener un canciller socialdemócrata.

A Schulz le quedan ocho meses para convencer a sus conciudadanos de que es una alternativa fiable a la canciller Merkel. Tiene un gran reto por delante. Porque la crisis de la socialdemocracia que afecta a toda Europa y el ascenso de la derecha xenófoba han colocado a su partido en una situación de extrema debilidad. Las encuestas le otorgan una intención de voto en torno al 20%, lo que supondría el peor resultado del SPD en la historia moderna de Alemania. Ahora, es tarea suya darle la vuelta a estos negros presagios.

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