Los liberales holandeses endurecen el discurso para frenar a la ultraderecha

El primer ministro holandés invita a marcharse de país a los que no se sientan integrados para atraer a los votantes de Wilders

Isabel Ferrer
La Haya, El País
La campaña electoral holandesa para las legislativas del próximo 15 de marzo ha entrado en el cuerpo a cuerpo. El Partido de la Libertad de Geert Wilders, el líder antimusulmán, y los liberales de derecha, el grupo del actual primer ministro Mark Rutte que en los últimos días está apelando a un discurso más nacionalista, se disputan el poder. Según un sondeo de Ipsos, ambos permanecen empatados a dos meses de las elecciones (27 de 150 escaños para cada partido).


Es el momento adecuado, según Rutte, para subrayar que la posibilidad de gobernar en coalición con El Partido de la Libertad es "nula”. Sin embargo, el mandatario ha tendido la mano al electorado proclive a Wilders, el único político holandés que pide la salida de la UE y el abandono del euro, así como el cierre de mezquitas y de fronteras para la inmigración musulmana, a la vez que prohibir el Corán.

En un intento de presentarse con una opción válida también para ellos, Rutte ha aconsejado que se vayan todos los que rechacen las normas y valores de Holanda. “A todos los que no sean capaces de mostrar respeto y comportarse con dignidad, es decir, con normalidad”, dijo. Aunque no los nombra se refiere a los nuevos migrantes y solicitantes de asilo.

Estrategias de campaña aparte, la tradición holandesa no es el bipartidismo, sino los Gobiernos de coalición, y esta vez el panorama político presenta calvas notables. La socialdemocracia, por ejemplo, ha cambiado de líder y apenas supera los 11 escaños (en 2012 tenía 38) según el mismo sondeo de Ipsos. Ahora gobiernan con Rutte, pero los liberales de izquierda y la democracia cristiana le llevan la delantera, con 18 diputados.

Los ecologistas sumarían 12 de celebrarse ahora los comicios, y el partido de los pensionistas (50 Plus) llegaría hasta 11 (hoy tienen 2). Al baile de escaños, todos a gran distancia de Rutte y Wilders, se añaden las nuevas agrupaciones que esperan cumplir los requisitos para acceder al nuevo Parlamento. Hay 18 de nueva planta, varias críticas con la UE, y deseosas de captar el voto joven: unos 850.000 holandeses menores de 35 años. Intentan seducirlos, entre otros, el Foro para la Democracia, partidario de convocar múltiples referéndum. O bien Geen Peil (algo así como Inclasificable), dispuesto a “controlar el poder” y atraer “a la generación de Internet saneando la democracia desde dentro”.

El primer ministro holandés no practica el populismo descarnado de Wilders, muy crecido estos días tras su exhibición de unidad con el resto de candidatos ultras europeos en Coblenza (Alemania). El estilo de Mark Rutte es más formal, y la invitación a marcharse dirigida a los que no encajen figura en una entrevista concedida al matutino Algemeen Dagblad. En el resto de grandes cabeceras nacionales, ha publicado a su vez una carta abierta “A todos los holandeses”, que abunda en las palabras vertidas en el diario y donde constata que “algo no marcha en nuestro país”.

Se pregunta, en primer lugar, “¿cómo es posible que haya gente capaz de tirar por la borda todo lo que como holandeses nos ha costado tanto conseguir?”. A continuación, reconoce “un malestar creciente ante la gente que abusa de nuestra libertad para destruir, cuando en realidad vinieron a nuestra casa en busca de esa misma libertad”. “Gentes”, sigue diciendo, “que no quieren adaptarse a nuestras maneras y valores y molestan a los homosexuales, acosan a las mujeres que llevan minifalda y califican de racistas a holandeses corrientes”. Al final de la misiva, asegura que dicho comportamiento “nunca será tenido por lógico en nuestra tierra y la solución no es dividir”. “Es una cuestión de mentalidad y debemos dejar claro que consideramos normal: dar la mano, igualdad de trato, respeto generalizado… Y lo que no lo es”.

Como Rutte hace referencia a un nutrido grupo de población “llegada de fuera” y en su mayoría de credo musulmán, rechazado de plano por Wilders, este le ha respondido de inmediato. En un tuit lo ha llamado “el hombre de las fronteras abiertas, del tsunami de los asilados, la inmigración masiva, la islamización, la mentiras y el engaño”. Luego ha añadido a su cuenta de Twitter una foto de Rutte con una peluca oxigenada sobre su cabello oscuro. Aquí, el lema ha sido el siguiente: “El original es siempre mejor”.

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