Las 5 claves de la mejoría de Rafa Nadal en Australia

Jesús Mínguez
As
El termómetro para saber si Nadal estaba a tope, ha sido siempre su drive, especialmente el paralelo. Esos tiros enroscados, envenenados, que le servían para definir muchos puntos. “Era uno de mis grandes objetivos, recuperar el drive. El año pasado, me fue imposible por la mano (lesión en la muñeca)”, reconoció Nadal tras encajar 39 golpes ganadores a Florian Mayer, de los que 27 salieron de su drive.


Saque.

El año 2010, marcado por sus triunfos en Roland Garros, Wimbledon y el US Open, estuvo marcado por la mejoría en el saque. “De las rodillas se ha encontrado bien y ha podido trabajar más”, cuenta su técnico Francis Roig. En Australia, tiene una efectividad del 70% en primeros. Ha ganado un 74% de puntos con primer saque y un gran 63% con segundos. Este último apartado es fundamental, pues por ahí venían las roturas el año pasado. A la vez, ha elevado en unos diez km/h la velocidad media de ese segundo servicio.

Carlos Moyá.

El ex número uno le ha instado a ser más agresivo. Ha introducido entrenamientos más específicos y le ha animado también a realizar saques al cuerpo. Sus consejos fueron determinantes a la hora de restar a Milos Raonic, al que Moyá entrenó hasta noviembre pasado.

En forma.

Liberado de los problemas de ansiedad de 2015, su mente no es problema. El físico, tampoco. Su preparador físico, Joan Forcades, ha recuperado en pretemporada la velocidad de sus piernas.

Raqueta.

Ha colocado unos gramos (no más de tres) de plomo en la punta de la cabeza de su Babolat para, con más inercia, conseguir más potencia. El riesgo era perder control, pero no se ha notado. "Cuando tienes algo más de peso, la raqueta pasa más rápida y la pelota corre más", explicó.

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