James y su calvario 2016: de la persecución policial al banquillo
Sandra del Estal
As
Si hay una persona contenta de que acabe 2016 es James. Y es que el colombiano cierra un año horrible que ya empezó mal (perseguido el 1 de enero por la Policía a la entrada de Valdebebas por conducir a alta velocidad) y en cuya sucesión de meses ha ido diluyéndose su presencia en el Real Madrid hasta acabar siendo suplente de suplentes. Aquí una sucesión de los hechos de un 2016 a olvidar para James.
Perseguido por la Policía
El año comenzó mal desde el primer momento. Y es que el día 1 de enero entró a Valdebebas perseguido por la Policía por conducir "a más de 200 kilómetros por hora por la M-40" madrileña. El coche de los agentes le pidió que parara, pero él no lo hizo y le persiguieron hasta la entrada del recinto madridista. Según informó El Confidencial el pasado mes de octubre James declaró en el juicio y negó todas las acusaciones policiales.
Mal inicio con Zidane
Cuando Benítez fue cesado como entrenador del Real Madrid el 4 de enero de 2016 un mundo lleno de oportunidades se abría para James. Su relación con el exentrenador blanco era pésima y se escenificó en dos desencuentros públicos: tras una sustitución en Liga ante el Eibar y tras un partido de Champions ante el PSG en el que Benítez dijo que no jugaba por tener "problemas físicos" y él le replicó en los medios de comunicación que hacía "15 días que ya estaba bien".
Pero el cambio de entrenador no hizo que las cosas mejoraran para James. Siguió sin contar con la confianza del técnico. Ya el 17 de enero Zidane le recriminó que no siguiera calentando después de que Bale se lesionara y saliera Jesé a sustituirle en vez de él. A partir de entonces su presencia se fue diluyendo hasta el final de temporada. Así, en Champions sólo jugó cuatro de ocho partidos y sólo dos de titular (los dos de octavos ante el Roma). No jugó ni un minuto de la final de Milán. Él no dudó de quejarse ante los medios. "Cuando juegas y tienes el apoyo de todos es más fácil", dijo en marzo.
Copa América
Colombia ha sido para James refugio en sus horas bajas con el Real Madrid. Sin embargo en la Copa América Centenario no logró brillar. Marcó dos goles al inicio del torneo (ante Estados Unidos y Paraguay) que le llevaron a sus famosas declaraciones "Aquí juego hasta cojo", pero a partir de ahí se desdibujó. Colombia perdió la semifinal ante Chile.
Cada vez menos peso en el Real Madrid
Tras un verano de idas y venidas la situación de James cada vez es más débil en el Real Madrid. Sólo ha disputado 378 minutos en Liga en ocho partidos de 15 posibles en los que ha marcado un gol. Ocupa la vigésima posición en la lista de jugadores más utilizados por Zidane esta temporada, siendo superado por Lucas Vázquez o Isco. Se ha convertido en suplente de suplentes.
Y termina el año con la rajada del Mundialito
James cerró el círculo de su año horrible en Japón. El Madrid había ganado el Mundial de Clubes y todo era felicidad en el vestuario blanco. Menos para James, que tras un partido en el que no jugó ni un minuto decidió declarar ante los medios americanos que tenía "siete días" para pensar sobre su futuro. La queja de fondo era la de siempre: "Quiero estar en el Real Madrid, pero quiero jugar más".
As
Si hay una persona contenta de que acabe 2016 es James. Y es que el colombiano cierra un año horrible que ya empezó mal (perseguido el 1 de enero por la Policía a la entrada de Valdebebas por conducir a alta velocidad) y en cuya sucesión de meses ha ido diluyéndose su presencia en el Real Madrid hasta acabar siendo suplente de suplentes. Aquí una sucesión de los hechos de un 2016 a olvidar para James.
Perseguido por la Policía
El año comenzó mal desde el primer momento. Y es que el día 1 de enero entró a Valdebebas perseguido por la Policía por conducir "a más de 200 kilómetros por hora por la M-40" madrileña. El coche de los agentes le pidió que parara, pero él no lo hizo y le persiguieron hasta la entrada del recinto madridista. Según informó El Confidencial el pasado mes de octubre James declaró en el juicio y negó todas las acusaciones policiales.
Mal inicio con Zidane
Cuando Benítez fue cesado como entrenador del Real Madrid el 4 de enero de 2016 un mundo lleno de oportunidades se abría para James. Su relación con el exentrenador blanco era pésima y se escenificó en dos desencuentros públicos: tras una sustitución en Liga ante el Eibar y tras un partido de Champions ante el PSG en el que Benítez dijo que no jugaba por tener "problemas físicos" y él le replicó en los medios de comunicación que hacía "15 días que ya estaba bien".
Pero el cambio de entrenador no hizo que las cosas mejoraran para James. Siguió sin contar con la confianza del técnico. Ya el 17 de enero Zidane le recriminó que no siguiera calentando después de que Bale se lesionara y saliera Jesé a sustituirle en vez de él. A partir de entonces su presencia se fue diluyendo hasta el final de temporada. Así, en Champions sólo jugó cuatro de ocho partidos y sólo dos de titular (los dos de octavos ante el Roma). No jugó ni un minuto de la final de Milán. Él no dudó de quejarse ante los medios. "Cuando juegas y tienes el apoyo de todos es más fácil", dijo en marzo.
Copa América
Colombia ha sido para James refugio en sus horas bajas con el Real Madrid. Sin embargo en la Copa América Centenario no logró brillar. Marcó dos goles al inicio del torneo (ante Estados Unidos y Paraguay) que le llevaron a sus famosas declaraciones "Aquí juego hasta cojo", pero a partir de ahí se desdibujó. Colombia perdió la semifinal ante Chile.
Cada vez menos peso en el Real Madrid
Tras un verano de idas y venidas la situación de James cada vez es más débil en el Real Madrid. Sólo ha disputado 378 minutos en Liga en ocho partidos de 15 posibles en los que ha marcado un gol. Ocupa la vigésima posición en la lista de jugadores más utilizados por Zidane esta temporada, siendo superado por Lucas Vázquez o Isco. Se ha convertido en suplente de suplentes.
Y termina el año con la rajada del Mundialito
James cerró el círculo de su año horrible en Japón. El Madrid había ganado el Mundial de Clubes y todo era felicidad en el vestuario blanco. Menos para James, que tras un partido en el que no jugó ni un minuto decidió declarar ante los medios americanos que tenía "siete días" para pensar sobre su futuro. La queja de fondo era la de siempre: "Quiero estar en el Real Madrid, pero quiero jugar más".