Irán ha recuperado 40.000 millones gracias al acuerdo nuclear
A pesar de las críticas conservadoras, el pacto es la mejor baza de Rohaní ante las próximas elecciones
Ali Falahi
Teherán, El País
Al cumplirse un año de la puesta en práctica del acuerdo nuclear entre Irán y seis grandes potencias, el Gobierno de Hasan Rohaní defiende el pacto ante las críticas de los sectores más conservadores y de la opinión pública iraníes, a la vez que acusa a EE UU de no cumplir con sus compromisos y de poner pegas al levantamiento efectivo de las sanciones. Aun así, Teherán ha recuperado 42.600 millones de dólares (unos 40.000 millones de euros) gracias al acuerdo, que constituye la baza más valiosa de Rohaní ante las elecciones presidenciales del próximo mayo. Estos son los principales beneficios logrados:
Aumento de las exportaciones de petróleo. “Sin el Plan Integral de Acción Conjunta [PIAC, nombre formal del acuerdo], nuestras exportaciones de petróleo habrían caído a 250.000 barriles diarios”, apuntó Rohaní en una entrevista televisiva el pasado lunes. Las exportaciones de crudo habían descendido hasta un millón de barriles diarios en el momento de la implementación, en enero de 2016, y ahora, según Rohaní, Irán exporta “2,7 millones de barriles diarios”; además, cuenta con la autorización de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) del pasado 30 de noviembre en Viena para incrementar la producción hasta los 3,797 millones de barriles al día.
Desbloqueo de fondos iraníes en otros países. Dos años antes de la firma del PIAC, las seis potencias acordaron suavizar las sanciones como un incentivo tras la firma del acuerdo preliminar. Así se empezaron a desbloquear 700 millones de dólares mensuales de fondos iraníes que se encontraban congelados en bancos extranjeros en forma de lingotes de oro y divisas, hasta un total de 12.600 millones. Desde la implementación del acuerdo, Irán ha recuperado otros 30.000 millones obtenidos por la venta de petróleo que las sanciones le impedían repatriar. Aunque sin dar una cifra exacta, el portavoz del Ministerio de Exteriores iraní, Bahram Ghasemí, ha reconocido que esas transferencias “superan lo publicado”.
Crecimiento económico. Irán creció un 6,5 % en el primer semestre del año persa (que comienza el 21 de marzo), según la Organización de Estadísticas; mientras que en 2013, durante la presidencia de Mahmud Ahmadineyad y el auge de las sanciones internacionales, la tasa anual de crecimiento había caído al -1,9 %. “Si las sanciones hubieran continuado, ahora solo podríamos seguir pagando los sueldos públicos”, reconoció Rohaní. Aunque el Banco Mundial habla de un crecimiento real del producto interior bruto (PIB) de un 4,3 % en 2016, sus proyecciones para 2017 alcanzan un 4,8 %.
Renovación de la flota de aviones civiles. Después de casi cuatro décadas, Irán recibió el pasado miércoles el primer Airbus 321, del total de 100 aeronaves que ha encargado a esa compañía. Además, el pasado diciembre Boeing anunció la venta de otros 50 aviones a Homa, la compañía aérea de Irán, cuya primera entrega está prevista en 2018. El Gobierno de Rohaní aspira a que gran parte de los 4.000 millones de dólares anuales que los iraníes gastan en billetes de compañías aéreas extranjeras se queden en casa.
Derecho a enriquecer uranio. “Nuestra actividad de enriquecimiento era ilegal, pero ahora gracias al PIAC, no solo se nos ha reconocido este derecho, sino que colaboramos en el campo nuclear con Rusia y los países europeos”, declaró Rohaní en la citada entrevista. Irán ha importado durante el último año en torno a 200 kilos de óxido de uranio (el conocido como yellow cake, literalmente pastel amarillo) y ha exportado al menos 80 toneladas del agua pesada que produce en la planta de Arak.
A pesar de esos éxitos, el Gobierno de Rohaní sabe que este año no podrá seguir creciendo al mismo ritmo sin atraer la inversión extranjera. Por un lado, el sector petrolero ha dado su máximo salto, ya que su límite está en la cuota de la OPEP. Por otro, los esfuerzos para reducir la inflación por debajo del 10 % han provocado una recesión, algo que, a falta del mayor dinamismo, se traducirá en 400.000 parados más.
Ali Falahi
Teherán, El País
Al cumplirse un año de la puesta en práctica del acuerdo nuclear entre Irán y seis grandes potencias, el Gobierno de Hasan Rohaní defiende el pacto ante las críticas de los sectores más conservadores y de la opinión pública iraníes, a la vez que acusa a EE UU de no cumplir con sus compromisos y de poner pegas al levantamiento efectivo de las sanciones. Aun así, Teherán ha recuperado 42.600 millones de dólares (unos 40.000 millones de euros) gracias al acuerdo, que constituye la baza más valiosa de Rohaní ante las elecciones presidenciales del próximo mayo. Estos son los principales beneficios logrados:
Aumento de las exportaciones de petróleo. “Sin el Plan Integral de Acción Conjunta [PIAC, nombre formal del acuerdo], nuestras exportaciones de petróleo habrían caído a 250.000 barriles diarios”, apuntó Rohaní en una entrevista televisiva el pasado lunes. Las exportaciones de crudo habían descendido hasta un millón de barriles diarios en el momento de la implementación, en enero de 2016, y ahora, según Rohaní, Irán exporta “2,7 millones de barriles diarios”; además, cuenta con la autorización de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) del pasado 30 de noviembre en Viena para incrementar la producción hasta los 3,797 millones de barriles al día.
Desbloqueo de fondos iraníes en otros países. Dos años antes de la firma del PIAC, las seis potencias acordaron suavizar las sanciones como un incentivo tras la firma del acuerdo preliminar. Así se empezaron a desbloquear 700 millones de dólares mensuales de fondos iraníes que se encontraban congelados en bancos extranjeros en forma de lingotes de oro y divisas, hasta un total de 12.600 millones. Desde la implementación del acuerdo, Irán ha recuperado otros 30.000 millones obtenidos por la venta de petróleo que las sanciones le impedían repatriar. Aunque sin dar una cifra exacta, el portavoz del Ministerio de Exteriores iraní, Bahram Ghasemí, ha reconocido que esas transferencias “superan lo publicado”.
Crecimiento económico. Irán creció un 6,5 % en el primer semestre del año persa (que comienza el 21 de marzo), según la Organización de Estadísticas; mientras que en 2013, durante la presidencia de Mahmud Ahmadineyad y el auge de las sanciones internacionales, la tasa anual de crecimiento había caído al -1,9 %. “Si las sanciones hubieran continuado, ahora solo podríamos seguir pagando los sueldos públicos”, reconoció Rohaní. Aunque el Banco Mundial habla de un crecimiento real del producto interior bruto (PIB) de un 4,3 % en 2016, sus proyecciones para 2017 alcanzan un 4,8 %.
Renovación de la flota de aviones civiles. Después de casi cuatro décadas, Irán recibió el pasado miércoles el primer Airbus 321, del total de 100 aeronaves que ha encargado a esa compañía. Además, el pasado diciembre Boeing anunció la venta de otros 50 aviones a Homa, la compañía aérea de Irán, cuya primera entrega está prevista en 2018. El Gobierno de Rohaní aspira a que gran parte de los 4.000 millones de dólares anuales que los iraníes gastan en billetes de compañías aéreas extranjeras se queden en casa.
Derecho a enriquecer uranio. “Nuestra actividad de enriquecimiento era ilegal, pero ahora gracias al PIAC, no solo se nos ha reconocido este derecho, sino que colaboramos en el campo nuclear con Rusia y los países europeos”, declaró Rohaní en la citada entrevista. Irán ha importado durante el último año en torno a 200 kilos de óxido de uranio (el conocido como yellow cake, literalmente pastel amarillo) y ha exportado al menos 80 toneladas del agua pesada que produce en la planta de Arak.
A pesar de esos éxitos, el Gobierno de Rohaní sabe que este año no podrá seguir creciendo al mismo ritmo sin atraer la inversión extranjera. Por un lado, el sector petrolero ha dado su máximo salto, ya que su límite está en la cuota de la OPEP. Por otro, los esfuerzos para reducir la inflación por debajo del 10 % han provocado una recesión, algo que, a falta del mayor dinamismo, se traducirá en 400.000 parados más.