El Nápoles se impone al Milán y mete presión a la Juventus
Mirko Calemme
As
El Nápoles de Sarri sigue imparable: los azzurri triunfaron en San Siro derrotando 1-2 al Milán en un partido que empezaron dominando y acabaron pidiendo la hora. Una victoria fundamental (la tercera consecutiva, séptima en las últimas diez jornadas) ante un rival directo para los puestos de Champions, que ahora está más lejos (siete puntos, aunque con una jornada disputada menos).
Comienzo de ensueño para los de Sarri, que parecían haber sentenciado la contienda en apenas nueve minutos. En el 6', Mertens armó un gran contragolpe lanzando a Insigne solo ante Donnarumma, al que el punta partenopeo batió con un zurdazo. Poco después, siempre el imparable belga firmó otra asistencia, sirviendo a Callejón que, col el esférico casi en la línea de fondo, superó al jovencísimo meta rossonero haciéndoselo pasar entre las piernas. Fue la octava diana en este campeonato para el español.
Pensando tener la victoria ya en el bolsillo, el Nápoles empezó a relajarse, pasando de un efectivo juego de toque verticales a una estéril posesión del balón. Así, hizo crecer a los de Montella, que recortaron distancias poco antes del descanso aprovechando un error de Jorginho: Kucka le robó el balón al italobrasileño e infló la red con el exterior del pie derecho.
El gol, obviamente, encendió San Siro e ilusionó el Milán con la remontada: la reanudación, de hecho, se abrió con la mejor ocasión rossonera para poner las tablas, un testarazo de Pasalic que se topó con el travesaño. A partir de entonces, no obstante, los locales sí se quedaron con el control del juego, pero dejaron a sus rivales alguna oportunidad para sentenciar y, en cambio, por mucho que lo intentaran, casi no asustaron a Reina.
El Milán buscó el 2-2 hasta el último instante de los cinco minutos de tiempo añadido, e increíblemente fue Donnarumma que estuvo cerca del gol en el asalto final con un testarazo que Reina bloqueó sin apuros. Los partenopei aguantaron con algo de sufrimiento y se llevaron bajo el Vesuvio tres puntos vitales: la Juve, que mañana jugará ante el Lazio y debe recuperar un partido, está a un punto, mientras que el Roma (que recibirá este domingo al Cagliari), marcha con los mismos puntos de los sureños. La batalla para el podio del Calcio se hace cada vez más interesante.
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El Nápoles de Sarri sigue imparable: los azzurri triunfaron en San Siro derrotando 1-2 al Milán en un partido que empezaron dominando y acabaron pidiendo la hora. Una victoria fundamental (la tercera consecutiva, séptima en las últimas diez jornadas) ante un rival directo para los puestos de Champions, que ahora está más lejos (siete puntos, aunque con una jornada disputada menos).
Comienzo de ensueño para los de Sarri, que parecían haber sentenciado la contienda en apenas nueve minutos. En el 6', Mertens armó un gran contragolpe lanzando a Insigne solo ante Donnarumma, al que el punta partenopeo batió con un zurdazo. Poco después, siempre el imparable belga firmó otra asistencia, sirviendo a Callejón que, col el esférico casi en la línea de fondo, superó al jovencísimo meta rossonero haciéndoselo pasar entre las piernas. Fue la octava diana en este campeonato para el español.
Pensando tener la victoria ya en el bolsillo, el Nápoles empezó a relajarse, pasando de un efectivo juego de toque verticales a una estéril posesión del balón. Así, hizo crecer a los de Montella, que recortaron distancias poco antes del descanso aprovechando un error de Jorginho: Kucka le robó el balón al italobrasileño e infló la red con el exterior del pie derecho.
El gol, obviamente, encendió San Siro e ilusionó el Milán con la remontada: la reanudación, de hecho, se abrió con la mejor ocasión rossonera para poner las tablas, un testarazo de Pasalic que se topó con el travesaño. A partir de entonces, no obstante, los locales sí se quedaron con el control del juego, pero dejaron a sus rivales alguna oportunidad para sentenciar y, en cambio, por mucho que lo intentaran, casi no asustaron a Reina.
El Milán buscó el 2-2 hasta el último instante de los cinco minutos de tiempo añadido, e increíblemente fue Donnarumma que estuvo cerca del gol en el asalto final con un testarazo que Reina bloqueó sin apuros. Los partenopei aguantaron con algo de sufrimiento y se llevaron bajo el Vesuvio tres puntos vitales: la Juve, que mañana jugará ante el Lazio y debe recuperar un partido, está a un punto, mientras que el Roma (que recibirá este domingo al Cagliari), marcha con los mismos puntos de los sureños. La batalla para el podio del Calcio se hace cada vez más interesante.