El izquierdista Hamon se convierte en el candidato socialista al Elíseo tras ganar las primarias
El futuro político de Valls queda en entredicho al perder el pulso contra el exministro del ala crítica
Carlos Yárnoz
París, El País
Los dos socialismos de Francia han saldado cuentas este domingo y una mayoría de sus votantes ha retirado su confianza al reformista para entregarlo al izquierdista. El rebelde exministro Benoît Hamon es ya el candidato de la izquierda al Elíseo tras superar en la segunda y definitiva vuelta de las primarias al exprimer ministro Manuel Valls, que dimitió en diciembre para alistarse en la carrera. Hamon afronta ahora la difícil tarea de unir a los progresistas y Valls, una dura travesía en su complicado futuro político.
“La izquierda levanta la cabeza”, ha declarado Hamon tras conocer los resultados. Ahora intentará una alianza con los radicales de Jean-Luc Mélenchon, apoyado por los comunistas, y una rama de Los Verdes. Hamon, que ha prometido un salario social universal de 800 euros, ha dicho que quiere construir “la protección social del siglo XXI”.
“Las derrotas forman parte de la vida política y la democracia”, ha comentado Valls al asumir su fracaso por el que, dijo, no guarda “rencor alguno”. El exprimer ministro se ha reunido después en la sede del Partido Socialista con “el candidato de nuestra familia política”, como ha denominado a Hamon. A este le corresponde, señaló Valls, “el objetivo de la unidad”.
Con el triunfo de Hamon, que ha capitaneado revueltas internas contra “la deriva liberal” de François Hollande y a Valls, queda zanjado provisionalmente un ajuste de cuentas pendiente durante buena parte de esta legislatura. El rebelde exministro de Educación hasta agosto de 2014, logró el 59% de los votos frente al 41% de Valls, según datos provisionales tras el recuento de dos tercios de las 7.000 mesas electorales.
Con afirmaciones como “mi corazón está a la izquierda” o “quiero redistribuir la riqueza” y promesas de un salario social universal de 800 euros, impuestos a los robots o la derogación de la reforma laboral, Hamon ha superado con holgura a Valls, que ha defendido la cultura del trabajo, el esfuerzo y el crecimiento económico. El inesperado ganador, que partió con desventaja en las encuestas, tendrá que liderar un Partido Socialista que atraviesa una de las peores crisis de sus 112 años de historia.
La tensión entre las dos izquierdas irreconciliables quedó patente cuando en numerosos colegios electorales aparecieron este domingo en varios colegios papeletas de Valls rotas a la entrada de los centros de votación o junto a las urnas. Su derrota en la primera vuelta hace una semana -36% frente al 31%- se ha visto ahora ampliada por una mayor participación: 1,65 millones de votantes el día 22 frente a los dos millones estimados este domingo.
El resultado deja en el aire el futuro político de Valls, ascendente e imparable hasta hace unos meses. Su derrota a manos de uno de sus peores rivales políticos -el diputado socialista Hamon llegó a firmar mociones de censura contra su primer ministro-, se agrava porque Valls era apoyado por la mayoría de ministros y diputados socialistas, así como por la cúpula del partido, por el aparato.
Ahora, el político nacido en Barcelona pasa a un oscuro e incierto plano político cuando hace solo dos meses era el prestigioso jefe del Gobierno al que las encuestas situaban como candidato socialista al Elíseo. En caso de derrota, anunció al final de la campaña, “me borraré, no podré defender su programa”, el de Hamon. Tras conocer los resultados, no dio pista alguna.
Estas primarias son también un ajuste de cuentas de esas dos concepciones de la izquierda
Engrosa así Valls la lista de ilustres fracasados y expulsados por el sistema de primarias. En todos los casos, los grandes perdedores han sido los apoyados por los aparatos de los partidos, por el correspondiente poder establecido, y los preferidos según las encuestas.
Esa lista estaba encabezada hasta ahora por el expresidente Nicolas Sarkozy, presidente de Los Republicanos con todo el aparato del partido detrás. Fue eliminado en la primera vuelta. Y después de él, lo fue el exprimer ministro Alain Juppé, el preferido en los sondeos y perdedor ante François Fillon.
Cécile Duflot, la aspirante oficial a candidata como presidenta de Los Verdes también fue eliminada en la primera vuelta. Y el propio presidente Hollande ha sido víctima de las primarias al decidir no presentarse a las mismas ante la seguridad de ser derrotado en las urnas.
Pese a la alegría de Hamon por ganar las primarias, lo cierto es que los sondeos apuntan a que el elegido no solo no tendrá ninguna opción a suceder a François Hollande, sino que quedará en quinta posición, por detrás de la derecha, la ultraderecha, la izquierda radical de Jean-Luc Mélenchon y el centroizquierda de Emmanuel Macron.
Colaboradores de Hamon, a quien denominan el Astérix de Europa, habían señalado que su líder negociaría un acuerdo con Mélenchon. Así lo asumió anoche el triunfador en las urnas, que intentará con Mélenchon y el candidato ecologista Yannick Jadot “una mayoría gubernamental coherente, social, económica y democrática”.
Por el contrario, muchos de sus detractores ya prevén apoyar a Macron. Al exministro de Economía ya le han declarado lealtad una veintena de diputados socialistas. Hasta la poderosa ministra de Medio Ambiente, Ségolène Royal, ha declarado su simpatía con él y la conveniencia de negociar una candidatura conjunta de la izquierda moderada.
Carlos Yárnoz
París, El País
Los dos socialismos de Francia han saldado cuentas este domingo y una mayoría de sus votantes ha retirado su confianza al reformista para entregarlo al izquierdista. El rebelde exministro Benoît Hamon es ya el candidato de la izquierda al Elíseo tras superar en la segunda y definitiva vuelta de las primarias al exprimer ministro Manuel Valls, que dimitió en diciembre para alistarse en la carrera. Hamon afronta ahora la difícil tarea de unir a los progresistas y Valls, una dura travesía en su complicado futuro político.
“La izquierda levanta la cabeza”, ha declarado Hamon tras conocer los resultados. Ahora intentará una alianza con los radicales de Jean-Luc Mélenchon, apoyado por los comunistas, y una rama de Los Verdes. Hamon, que ha prometido un salario social universal de 800 euros, ha dicho que quiere construir “la protección social del siglo XXI”.
“Las derrotas forman parte de la vida política y la democracia”, ha comentado Valls al asumir su fracaso por el que, dijo, no guarda “rencor alguno”. El exprimer ministro se ha reunido después en la sede del Partido Socialista con “el candidato de nuestra familia política”, como ha denominado a Hamon. A este le corresponde, señaló Valls, “el objetivo de la unidad”.
Con el triunfo de Hamon, que ha capitaneado revueltas internas contra “la deriva liberal” de François Hollande y a Valls, queda zanjado provisionalmente un ajuste de cuentas pendiente durante buena parte de esta legislatura. El rebelde exministro de Educación hasta agosto de 2014, logró el 59% de los votos frente al 41% de Valls, según datos provisionales tras el recuento de dos tercios de las 7.000 mesas electorales.
Con afirmaciones como “mi corazón está a la izquierda” o “quiero redistribuir la riqueza” y promesas de un salario social universal de 800 euros, impuestos a los robots o la derogación de la reforma laboral, Hamon ha superado con holgura a Valls, que ha defendido la cultura del trabajo, el esfuerzo y el crecimiento económico. El inesperado ganador, que partió con desventaja en las encuestas, tendrá que liderar un Partido Socialista que atraviesa una de las peores crisis de sus 112 años de historia.
La tensión entre las dos izquierdas irreconciliables quedó patente cuando en numerosos colegios electorales aparecieron este domingo en varios colegios papeletas de Valls rotas a la entrada de los centros de votación o junto a las urnas. Su derrota en la primera vuelta hace una semana -36% frente al 31%- se ha visto ahora ampliada por una mayor participación: 1,65 millones de votantes el día 22 frente a los dos millones estimados este domingo.
El resultado deja en el aire el futuro político de Valls, ascendente e imparable hasta hace unos meses. Su derrota a manos de uno de sus peores rivales políticos -el diputado socialista Hamon llegó a firmar mociones de censura contra su primer ministro-, se agrava porque Valls era apoyado por la mayoría de ministros y diputados socialistas, así como por la cúpula del partido, por el aparato.
Ahora, el político nacido en Barcelona pasa a un oscuro e incierto plano político cuando hace solo dos meses era el prestigioso jefe del Gobierno al que las encuestas situaban como candidato socialista al Elíseo. En caso de derrota, anunció al final de la campaña, “me borraré, no podré defender su programa”, el de Hamon. Tras conocer los resultados, no dio pista alguna.
Estas primarias son también un ajuste de cuentas de esas dos concepciones de la izquierda
Engrosa así Valls la lista de ilustres fracasados y expulsados por el sistema de primarias. En todos los casos, los grandes perdedores han sido los apoyados por los aparatos de los partidos, por el correspondiente poder establecido, y los preferidos según las encuestas.
Esa lista estaba encabezada hasta ahora por el expresidente Nicolas Sarkozy, presidente de Los Republicanos con todo el aparato del partido detrás. Fue eliminado en la primera vuelta. Y después de él, lo fue el exprimer ministro Alain Juppé, el preferido en los sondeos y perdedor ante François Fillon.
Cécile Duflot, la aspirante oficial a candidata como presidenta de Los Verdes también fue eliminada en la primera vuelta. Y el propio presidente Hollande ha sido víctima de las primarias al decidir no presentarse a las mismas ante la seguridad de ser derrotado en las urnas.
Pese a la alegría de Hamon por ganar las primarias, lo cierto es que los sondeos apuntan a que el elegido no solo no tendrá ninguna opción a suceder a François Hollande, sino que quedará en quinta posición, por detrás de la derecha, la ultraderecha, la izquierda radical de Jean-Luc Mélenchon y el centroizquierda de Emmanuel Macron.
Colaboradores de Hamon, a quien denominan el Astérix de Europa, habían señalado que su líder negociaría un acuerdo con Mélenchon. Así lo asumió anoche el triunfador en las urnas, que intentará con Mélenchon y el candidato ecologista Yannick Jadot “una mayoría gubernamental coherente, social, económica y democrática”.
Por el contrario, muchos de sus detractores ya prevén apoyar a Macron. Al exministro de Economía ya le han declarado lealtad una veintena de diputados socialistas. Hasta la poderosa ministra de Medio Ambiente, Ségolène Royal, ha declarado su simpatía con él y la conveniencia de negociar una candidatura conjunta de la izquierda moderada.