Donald Trump, día 1: los 8 desafíos más urgentes que deberá afrontar el Presidente de Estados Unidos
El flamante mandatario enfrenta un contexto interno y externo repleto de dificultades que pondrán a prueba su capacidad de liderazgo y de gestión
Darío Mizrahi
dmizrahi@infobae.com
Donald Trump, el hombre que prometió "volver a hacer grande a Estados Unidos", ya es el presidente de la primera potencia mundial. Ahora deberá demostrar que es capaz de hacer realidad ese futuro de esplendor que anticipó.
Para eso tendrá que superar exitosamente una serie de desafíos muy complejos. Algunos son externos y otros internos. Pero todos ellos pondrán a prueba si es tan buen líder como dice ser. Infobae consultó a economistas, politólogos y especialistas en relaciones internacionales para identificar los ocho retos más urgentes a los que Trump deberá hacer frente al comienzo de su presidencia. Éstos son.
1. Aprender a gobernar
"Trump no tiene ninguna experiencia de gobierno. Lo mismo ocurre con muchos de los que lo rodean. La nueva administración necesitará experimentar una curva de aprendizaje muy empinada. Trump ha demostrado que puede dirigir una campaña electoral, pero el ritmo del gobierno puede ser muy diferente", explicó Jacob Neiheisel, profesor de ciencia política en la Universidad de Buffalo.
No hay entrenamiento posible para el cargo de presidente. Por eso todos los mandatarios del mundo pasan por un necesario proceso de adaptación. Pero puede que ese camino sea más difícil para Trump que para otros. Primero, porque la presidencia será su primer cargo político, lo que supone un salto muy grande. Segundo, porque su estilo genera desconfianza: si se maneja en la administración pública con el nivel de improvisación e incontinencia que lo hizo en la campaña, puede tener serios problemas.
"Trump ganó la elección como un peronista estadounidense, un líder populista fuerte que se asumió como la encarnación de la voluntad popular en contra de sus enemigos. El Gobierno estadounidense no está bien organizado para este tipo de liderazgo. Quizás uno de los interrogantes más interesantes es si continuará presentándose a sí mismo como el hombre del pueblo que lucha contra los intereses especiales, incluso contra elementos de su propio partido", dijo James A. Morone, director del Centro Taubman para el Estudio de la Política Estadounidense, de la Universidad Brown.
2. Conquistar a la opinión pública
"Trump pone mucho en juego, más que un mandatario entrante normal —continuó Morone—. El público y la prensa no lo quieren, y sus niveles de aprobación son más bajos que los de cualquier presidente electo anterior. Los mercados de apuestas le dan sólo un 50% de probabilidades de completar su mandato, algo también inédito. Y sólo ganó por las intrincadas reglas electorales estadounidenses, en particular por el Colegio Electoral. Después de todo, perdió el sufragio popular por más de dos millones de votos".
Es sabido que la fascinación que generan los ganadores, sumada al voto de confianza que se le suele dar al que comienza un mandato, le ofrecen a los presidentes entrantes una "luna de miel". Un crédito que los habilita a cometer errores en los primeros meses de gestión, sin pagar demasiados costos. Trump no contará con esa ventaja. Eso lo obliga a ejecutar acciones concretas para conquistar a la opinión pública rápidamente. De lo contrario, no le será sencillo gobernar.
"La aprobación del público le da a los presidentes el capital político que necesitar para que sus agendas avancen en el Congreso —dijo Neiheisel—. Sin un gran apoyo popular, le resultará difícil convencer a algunos legisladores de que aprobar sus propuestas es una buena idea".
3. Lidiar con un país dividido
"Los Estados Unidos están profundamente divididos. Del lado blanco, los ciudadanos que se sienten dejados de lado por la economía moderna culpan a los negros y a los inmigrantes. Del otro lado, hay una creciente población negra e inmigrante. Trump hizo campaña alentando mucho la polarización. ¿Tratará ahora de remediar esas divisiones, o simplemente las exacerbará?", se preguntó Morone.
Es cierto que polarizar es una estrategia política que le ha dado mucho resultado a diferentes líderes autoritarios a lo largo de la historia. Pero es peligrosa. No sólo porque genera violencia e inestabilidad. También porque para ser exitosa necesita que la mayoría esté con el que gobierna y que los adversarios estén muy fragmentados. No parece ser el caso.
"En el frente doméstico hay muchos retos urgentes, como la epidemia de opiáceos, las relaciones raciales y la inmigración. Todo esto se vuelve un desafío aún más grande porque el país emerge muy polarizado de los comicios, tanto al nivel del gobierno como de la población. Es un ambiente político complejo para trabajar. Las palabras y el comportamiento de Trump no auguran que vaya a mejorar", afirmó el politólogo James M. Glaser, decano de la Escuela de Artes y Ciencias de la Universidad Tufts.
4. La crisis del sistema de salud
"Es su mayor desafío a nivel doméstico, porque su propuesta de derogar y reemplazar el Obamacare, la Affordable Care Act, fue la pieza central de su agenda interior. Prometió extender la cobertura, reducir los costos y eliminar la regulación estatal. Muchos creen que ésa es una trinidad imposible", sostuvo Benjamin J. Cohen, profesor de economía política internacional en la Universidad de California, Santa Bárbara.
La reforma del sistema de salud fue uno de los proyectos más ambiciosos del gobierno de Barack Obama, quien pretendía que fuera su mayor legado. Si bien logró incluir a mucha gente que estaba excluida, sus problemas de diseño y su elevado costo fiscal lo hicieron muy impopular. Por eso Trump tuvo éxito oponiéndose a este plan. Pero no le será nada fácil encontrar una alternativa superadora.
"Su promesa de reemplazar el Obamacare será un gran reto —dijo Glaser—. Derogar la ley es lo más sencillo. Lo difícil será cambiarla por otra política que le permita mantener algunos de los aspectos muy positivos del Obamacare, que le dio un seguro médico a 20 millones de personas que no lo tenían. No está claro cómo va a conseguir eso la propuesta de Trump y de los republicanos".
5. Generar empleo de calidad
Obama, que tomó las riendas del país cuando atravesaba su peor crisis económica en más de medio siglo, pudo sacarlo del pozo. Al cabo de ocho años, el PIB volvió a crecer sostenidamente y el desempleo bajó a menos del 5 por ciento. Sin embargo, gran parte del trabajo creado es precario y paga bajos salarios, lo que dejó a mucha gente muy descontenta. Es el caso de los ex obreros industriales, a los que Trump prometió devolver los empleos perdidos.
"La desocupación es bastante baja a nivel nacional, pero la distribución del empleo, especialmente de su calidad, es un gran problema. Su receta, que es limitar el libre comercio, no ataca la causa principal de la pérdida de puestos de trabajo industriales, que tiene más que ver con la tecnología y la automatización. La desigualdad de ingresos sigue creciendo, y en la medida en que llegue a niveles grotescos, significará un reto al liderazgo en Estados Unidos y en cualquier parte", afirmó Glaser.
6. Rusia
Los desafíos en política exterior son también mayúsculos. Lo primero que deberá resolver es cómo manejar la relación con Moscú, que quedó en el ojo de la tormenta por lo sucedido durante y después de la campaña electoral.
"En sus tuits Trump ha dicho que tanto la OTAN como la Unión Europea son obsoletos —dijo Cohen—. Es prácticamente una invitación a Vladimir Putin para que expanda la influencia de su país en Europa Central y del Este. La geopolítica, como la naturaleza, aborrece el vacío. ¿Podrán los amigos de Estados Unidos en Europa ser salvados del dominio ruso?".
Si bien el flamante presidente manifiesta su admiración por Putin y su vocación de mejorar las relaciones con Rusia, la confirmación de que activó una operación de ciberespionaje para perjudicar al Partido Demócrata comprometieron su plan. Las revelaciones de los organismos de inteligencia demuestran que el Kremlin puede ser una amenaza para la seguridad de Washington, así que Trump deberá replantear su estrategia.
7. China
"Trump se ha enfrentado innecesariamente a China con sus contactos con Taiwán y sus amenazas de aplicar aranceles punitivos a sus productos, al mismo tiempo que debilitó la posición de Estados Unidos en el Pacífico al rechazar el TPP (Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica). China tiene muchas maneras de tomar represalias, particularmente en los mares del este y del sur de China. ¿Podrán los amigos de Estados Unidos en Asia del Este ser salvados del dominio chino?", se preguntó Cohen.
El magnate lleva menos de un día como presidente y el vínculo con China ya escaló a niveles de tensión sin muchos precedentes. En respuesta a los movimientos de Trump, el China Daily, periódico que responde a la línea del régimen, anticipó "un período de interacciones feroces y perjudiciales, ya que Beijing no tendrá más remedio que quitarse los guantes" .
8. Medio Oriente
"Trump le ha declarado la guerra al islam, cuando ya hay otras guerras que continúan en muchos países, desde Libia hasta Afganistán. Mientras el mundo siga funcionando en base al petróleo, Medio Oriente seguirá siendo de vital interés para Estados Unidos. En este momento, la región parece estar en llamas", dijo Cohen.
Fue el mayor dolor de cabeza de la Administración Obama, especialmente desde que estalló la guerra civil en Siria e irrumpió el terror del Estado Islámico. Trump cuestionó duramente la estrategia de su antecesor e incluso a los mandos militares, y aseguró que tenía un plan para derrotar a ISIS, pero nunca dio demasiadas precisiones.
Darío Mizrahi
dmizrahi@infobae.com
Donald Trump, el hombre que prometió "volver a hacer grande a Estados Unidos", ya es el presidente de la primera potencia mundial. Ahora deberá demostrar que es capaz de hacer realidad ese futuro de esplendor que anticipó.
Para eso tendrá que superar exitosamente una serie de desafíos muy complejos. Algunos son externos y otros internos. Pero todos ellos pondrán a prueba si es tan buen líder como dice ser. Infobae consultó a economistas, politólogos y especialistas en relaciones internacionales para identificar los ocho retos más urgentes a los que Trump deberá hacer frente al comienzo de su presidencia. Éstos son.
1. Aprender a gobernar
"Trump no tiene ninguna experiencia de gobierno. Lo mismo ocurre con muchos de los que lo rodean. La nueva administración necesitará experimentar una curva de aprendizaje muy empinada. Trump ha demostrado que puede dirigir una campaña electoral, pero el ritmo del gobierno puede ser muy diferente", explicó Jacob Neiheisel, profesor de ciencia política en la Universidad de Buffalo.
No hay entrenamiento posible para el cargo de presidente. Por eso todos los mandatarios del mundo pasan por un necesario proceso de adaptación. Pero puede que ese camino sea más difícil para Trump que para otros. Primero, porque la presidencia será su primer cargo político, lo que supone un salto muy grande. Segundo, porque su estilo genera desconfianza: si se maneja en la administración pública con el nivel de improvisación e incontinencia que lo hizo en la campaña, puede tener serios problemas.
"Trump ganó la elección como un peronista estadounidense, un líder populista fuerte que se asumió como la encarnación de la voluntad popular en contra de sus enemigos. El Gobierno estadounidense no está bien organizado para este tipo de liderazgo. Quizás uno de los interrogantes más interesantes es si continuará presentándose a sí mismo como el hombre del pueblo que lucha contra los intereses especiales, incluso contra elementos de su propio partido", dijo James A. Morone, director del Centro Taubman para el Estudio de la Política Estadounidense, de la Universidad Brown.
2. Conquistar a la opinión pública
"Trump pone mucho en juego, más que un mandatario entrante normal —continuó Morone—. El público y la prensa no lo quieren, y sus niveles de aprobación son más bajos que los de cualquier presidente electo anterior. Los mercados de apuestas le dan sólo un 50% de probabilidades de completar su mandato, algo también inédito. Y sólo ganó por las intrincadas reglas electorales estadounidenses, en particular por el Colegio Electoral. Después de todo, perdió el sufragio popular por más de dos millones de votos".
Es sabido que la fascinación que generan los ganadores, sumada al voto de confianza que se le suele dar al que comienza un mandato, le ofrecen a los presidentes entrantes una "luna de miel". Un crédito que los habilita a cometer errores en los primeros meses de gestión, sin pagar demasiados costos. Trump no contará con esa ventaja. Eso lo obliga a ejecutar acciones concretas para conquistar a la opinión pública rápidamente. De lo contrario, no le será sencillo gobernar.
"La aprobación del público le da a los presidentes el capital político que necesitar para que sus agendas avancen en el Congreso —dijo Neiheisel—. Sin un gran apoyo popular, le resultará difícil convencer a algunos legisladores de que aprobar sus propuestas es una buena idea".
3. Lidiar con un país dividido
"Los Estados Unidos están profundamente divididos. Del lado blanco, los ciudadanos que se sienten dejados de lado por la economía moderna culpan a los negros y a los inmigrantes. Del otro lado, hay una creciente población negra e inmigrante. Trump hizo campaña alentando mucho la polarización. ¿Tratará ahora de remediar esas divisiones, o simplemente las exacerbará?", se preguntó Morone.
Es cierto que polarizar es una estrategia política que le ha dado mucho resultado a diferentes líderes autoritarios a lo largo de la historia. Pero es peligrosa. No sólo porque genera violencia e inestabilidad. También porque para ser exitosa necesita que la mayoría esté con el que gobierna y que los adversarios estén muy fragmentados. No parece ser el caso.
"En el frente doméstico hay muchos retos urgentes, como la epidemia de opiáceos, las relaciones raciales y la inmigración. Todo esto se vuelve un desafío aún más grande porque el país emerge muy polarizado de los comicios, tanto al nivel del gobierno como de la población. Es un ambiente político complejo para trabajar. Las palabras y el comportamiento de Trump no auguran que vaya a mejorar", afirmó el politólogo James M. Glaser, decano de la Escuela de Artes y Ciencias de la Universidad Tufts.
4. La crisis del sistema de salud
"Es su mayor desafío a nivel doméstico, porque su propuesta de derogar y reemplazar el Obamacare, la Affordable Care Act, fue la pieza central de su agenda interior. Prometió extender la cobertura, reducir los costos y eliminar la regulación estatal. Muchos creen que ésa es una trinidad imposible", sostuvo Benjamin J. Cohen, profesor de economía política internacional en la Universidad de California, Santa Bárbara.
La reforma del sistema de salud fue uno de los proyectos más ambiciosos del gobierno de Barack Obama, quien pretendía que fuera su mayor legado. Si bien logró incluir a mucha gente que estaba excluida, sus problemas de diseño y su elevado costo fiscal lo hicieron muy impopular. Por eso Trump tuvo éxito oponiéndose a este plan. Pero no le será nada fácil encontrar una alternativa superadora.
"Su promesa de reemplazar el Obamacare será un gran reto —dijo Glaser—. Derogar la ley es lo más sencillo. Lo difícil será cambiarla por otra política que le permita mantener algunos de los aspectos muy positivos del Obamacare, que le dio un seguro médico a 20 millones de personas que no lo tenían. No está claro cómo va a conseguir eso la propuesta de Trump y de los republicanos".
5. Generar empleo de calidad
Obama, que tomó las riendas del país cuando atravesaba su peor crisis económica en más de medio siglo, pudo sacarlo del pozo. Al cabo de ocho años, el PIB volvió a crecer sostenidamente y el desempleo bajó a menos del 5 por ciento. Sin embargo, gran parte del trabajo creado es precario y paga bajos salarios, lo que dejó a mucha gente muy descontenta. Es el caso de los ex obreros industriales, a los que Trump prometió devolver los empleos perdidos.
"La desocupación es bastante baja a nivel nacional, pero la distribución del empleo, especialmente de su calidad, es un gran problema. Su receta, que es limitar el libre comercio, no ataca la causa principal de la pérdida de puestos de trabajo industriales, que tiene más que ver con la tecnología y la automatización. La desigualdad de ingresos sigue creciendo, y en la medida en que llegue a niveles grotescos, significará un reto al liderazgo en Estados Unidos y en cualquier parte", afirmó Glaser.
6. Rusia
Los desafíos en política exterior son también mayúsculos. Lo primero que deberá resolver es cómo manejar la relación con Moscú, que quedó en el ojo de la tormenta por lo sucedido durante y después de la campaña electoral.
"En sus tuits Trump ha dicho que tanto la OTAN como la Unión Europea son obsoletos —dijo Cohen—. Es prácticamente una invitación a Vladimir Putin para que expanda la influencia de su país en Europa Central y del Este. La geopolítica, como la naturaleza, aborrece el vacío. ¿Podrán los amigos de Estados Unidos en Europa ser salvados del dominio ruso?".
Si bien el flamante presidente manifiesta su admiración por Putin y su vocación de mejorar las relaciones con Rusia, la confirmación de que activó una operación de ciberespionaje para perjudicar al Partido Demócrata comprometieron su plan. Las revelaciones de los organismos de inteligencia demuestran que el Kremlin puede ser una amenaza para la seguridad de Washington, así que Trump deberá replantear su estrategia.
7. China
"Trump se ha enfrentado innecesariamente a China con sus contactos con Taiwán y sus amenazas de aplicar aranceles punitivos a sus productos, al mismo tiempo que debilitó la posición de Estados Unidos en el Pacífico al rechazar el TPP (Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica). China tiene muchas maneras de tomar represalias, particularmente en los mares del este y del sur de China. ¿Podrán los amigos de Estados Unidos en Asia del Este ser salvados del dominio chino?", se preguntó Cohen.
El magnate lleva menos de un día como presidente y el vínculo con China ya escaló a niveles de tensión sin muchos precedentes. En respuesta a los movimientos de Trump, el China Daily, periódico que responde a la línea del régimen, anticipó "un período de interacciones feroces y perjudiciales, ya que Beijing no tendrá más remedio que quitarse los guantes" .
8. Medio Oriente
"Trump le ha declarado la guerra al islam, cuando ya hay otras guerras que continúan en muchos países, desde Libia hasta Afganistán. Mientras el mundo siga funcionando en base al petróleo, Medio Oriente seguirá siendo de vital interés para Estados Unidos. En este momento, la región parece estar en llamas", dijo Cohen.
Fue el mayor dolor de cabeza de la Administración Obama, especialmente desde que estalló la guerra civil en Siria e irrumpió el terror del Estado Islámico. Trump cuestionó duramente la estrategia de su antecesor e incluso a los mandos militares, y aseguró que tenía un plan para derrotar a ISIS, pero nunca dio demasiadas precisiones.