Una mujer violada y empalada fallece tras horas de agonía en Argentina
El aberrante feminicidio conmociona a la provincia de Misiones, en el noreste del país
Mar Centenera
Buenos Aires, El País
La argentina Irma Ferreyra da Rocha no logró sobrevivir al aberrante ataque sexual al que fue sometida en la madrugada del pasado sábado en la provincia nororiental de Misiones. Un vecino de la localidad de Villa Bonita alertó a la Policía tras encontrar a una mujer moribunda, pidiendo auxilio, en una carretera secundaria. "Tenía los pantalones por la rodilla y una rama hendida 30 centímetros por vía anal", dice por teléfono un portavoz policial. "El sangrado que tuvo allí fue determinante para su muerte", agrega. Ferreyra da Rocha agonizaba cuando la trasladaron de urgencia a un hospital. Fue sometida a tres operaciones quirúrgicas, pero no pudieron salvarla y falleció en la tarde del domingo por un paro cardiorrespiratorio.
Su feminicidio ha vuelto a conmocionar a Argentina, donde una mujer es asesinada en promedio cada 30 horas por violencia machista. La Policía detuvo este lunes a A. E., de 27 años, como presunto autor del crimen. Según la investigación, el sospechoso, apodado El Porteño, había llegado meses atrás de Buenos Aires y mantenía una relación con la víctima, de 47 años y madre de siete hijos. La Policía investiga si Ferreyra da Rocha abandonó con él la fiesta donde fue vista por última vez y la condujo al túnel donde perpetró la agresión sexual.
Mabel da Rocha relató al diario local Misiones On Line las últimas horas de su hermana, las que pasó hospitalizada: "Gritaba como un animal de dolor. Eso no se me va a ir nunca [...] Tenía sangre en la cara, toda golpeada. Le dije 'Irma te amo, poné fuerza'. Ella me dijo 'no puedo más".
Argentina ha salido masivamente a la calle en los últimos años para repudiar la violencia contra la mujer y exigir al Gobierno que tome medidas para poner fin a este delito. El colectivo Ni Una Menos, que organizó las manifestaciones, emitió un duro comunicado en el que destaca la crueldad del último asesinato, que se suma a los más de 230 registrados en lo que va de año, según la ONG Casa del Encuentro.
"Ante la pregunta reiterada sobre si hay más femicidios o más visibilidad, aquí se repite la escena de un cuerpo torturado y roto: hay crueldad. No alcanza con violar, no alcanza con matar. Disciplinar es ir más lejos, es aplicar sobre las víctimas el terror del victimario con una violencia que no está destinada solamente a matar, sino también a aterrorizar. ¿Llama la atención un "método" de la inquisición, una práctica colonial aplicada sobre el cuerpo de las mujeres? ¿Qué hacemos frente a la reiteración de un modo de matar?", se preguntan las integrantes del colectivo, formado mayoritariamente por periodistas y escritoras.
Estamos ante una guerra contra las mujeres. Contra todas nuestras formas de autonomía", agrega el texto, que considera que el Estado argentino es "responsable de cada una de las muertes por violencia machista, su silencio, su inoperancia, lo vuelve cómplice y legitimador de las prácticas más cruentas y femicidas".
El crimen de Ferreyra da Rocha remite al de la adolescente Lucía Pérez, de 16 años, que fue violada, empalada y asesinada el pasado octubre en la ciudad costera de Mar del Plata. Días después de ese brutal crimen, decenas de miles de mujeres realizaron una huelga de una hora y tomaron las calles de las principales ciudades del país vestidas de negro contra los feminicidios.
Ante la creciente preocupación social por estos crímenes, la Corte Suprema de Justicia comenzó a elaborar el año pasado un Registro Nacional de Femicidios. Según las estadísticas oficiales, en 2015 fueron asesinadas un total de 235 mujeres por el hecho de ser mujeres. Sin embargo, la Relatora especial de Naciones Unidas para la Violencia contra la mujer, Dubravka Simonovic, sostuvo que los datos están incompletos: excluyen los casos en los que el agresor se suicida tras cometer el crimen y también aquellos en que la víctima era transexual pero no había formalizado su cambio de género. La Casa del Encuentro eleva hasta 286 la cifra de feminicidios perpetrados en Argentina en 2015.
Mar Centenera
Buenos Aires, El País
La argentina Irma Ferreyra da Rocha no logró sobrevivir al aberrante ataque sexual al que fue sometida en la madrugada del pasado sábado en la provincia nororiental de Misiones. Un vecino de la localidad de Villa Bonita alertó a la Policía tras encontrar a una mujer moribunda, pidiendo auxilio, en una carretera secundaria. "Tenía los pantalones por la rodilla y una rama hendida 30 centímetros por vía anal", dice por teléfono un portavoz policial. "El sangrado que tuvo allí fue determinante para su muerte", agrega. Ferreyra da Rocha agonizaba cuando la trasladaron de urgencia a un hospital. Fue sometida a tres operaciones quirúrgicas, pero no pudieron salvarla y falleció en la tarde del domingo por un paro cardiorrespiratorio.
Su feminicidio ha vuelto a conmocionar a Argentina, donde una mujer es asesinada en promedio cada 30 horas por violencia machista. La Policía detuvo este lunes a A. E., de 27 años, como presunto autor del crimen. Según la investigación, el sospechoso, apodado El Porteño, había llegado meses atrás de Buenos Aires y mantenía una relación con la víctima, de 47 años y madre de siete hijos. La Policía investiga si Ferreyra da Rocha abandonó con él la fiesta donde fue vista por última vez y la condujo al túnel donde perpetró la agresión sexual.
Mabel da Rocha relató al diario local Misiones On Line las últimas horas de su hermana, las que pasó hospitalizada: "Gritaba como un animal de dolor. Eso no se me va a ir nunca [...] Tenía sangre en la cara, toda golpeada. Le dije 'Irma te amo, poné fuerza'. Ella me dijo 'no puedo más".
Argentina ha salido masivamente a la calle en los últimos años para repudiar la violencia contra la mujer y exigir al Gobierno que tome medidas para poner fin a este delito. El colectivo Ni Una Menos, que organizó las manifestaciones, emitió un duro comunicado en el que destaca la crueldad del último asesinato, que se suma a los más de 230 registrados en lo que va de año, según la ONG Casa del Encuentro.
"Ante la pregunta reiterada sobre si hay más femicidios o más visibilidad, aquí se repite la escena de un cuerpo torturado y roto: hay crueldad. No alcanza con violar, no alcanza con matar. Disciplinar es ir más lejos, es aplicar sobre las víctimas el terror del victimario con una violencia que no está destinada solamente a matar, sino también a aterrorizar. ¿Llama la atención un "método" de la inquisición, una práctica colonial aplicada sobre el cuerpo de las mujeres? ¿Qué hacemos frente a la reiteración de un modo de matar?", se preguntan las integrantes del colectivo, formado mayoritariamente por periodistas y escritoras.
Estamos ante una guerra contra las mujeres. Contra todas nuestras formas de autonomía", agrega el texto, que considera que el Estado argentino es "responsable de cada una de las muertes por violencia machista, su silencio, su inoperancia, lo vuelve cómplice y legitimador de las prácticas más cruentas y femicidas".
El crimen de Ferreyra da Rocha remite al de la adolescente Lucía Pérez, de 16 años, que fue violada, empalada y asesinada el pasado octubre en la ciudad costera de Mar del Plata. Días después de ese brutal crimen, decenas de miles de mujeres realizaron una huelga de una hora y tomaron las calles de las principales ciudades del país vestidas de negro contra los feminicidios.
Ante la creciente preocupación social por estos crímenes, la Corte Suprema de Justicia comenzó a elaborar el año pasado un Registro Nacional de Femicidios. Según las estadísticas oficiales, en 2015 fueron asesinadas un total de 235 mujeres por el hecho de ser mujeres. Sin embargo, la Relatora especial de Naciones Unidas para la Violencia contra la mujer, Dubravka Simonovic, sostuvo que los datos están incompletos: excluyen los casos en los que el agresor se suicida tras cometer el crimen y también aquellos en que la víctima era transexual pero no había formalizado su cambio de género. La Casa del Encuentro eleva hasta 286 la cifra de feminicidios perpetrados en Argentina en 2015.