Sorpresón: el Kashima llega a la final gracias al vídeoarbitraje
Los japoneses tumbaron al Nacional colombiano (0-3) con el primer penalti de la historia pitado gracias a la ayuda del video (el VAR), una novedad que está experimentando la FIFA.
Japón, AS
El Madrid podría tener un rival inesperado en la final del Mundial de Clubes en la primera aparición estelar del videoarbitraje. El Kashima Antlers japonés apeó al campeón de la Libertadores, el Atlético Nacional de Medellín, gracias a un penalti pitado por el húngaro Kassai gracias a la ayuda del video. Una asistencia tecnológica que está experimentando la FIFA que no sólo no acaba con las polémicas con los trencillas, más bien abre una nueva duda mefistofélica: ¿quién videoarbitra al videoarbitraje? En la jugada de la pena máxima del colombiano Berrío había un futbolista nipón en fuera de juego…
Revoluciones del reglamento a un lado, el batacazo de Nacional fue de aúpa. El Kashima se planta en la final siendo el equipo invitado al torneo, que jugaba su tercer partido en el Mundialito, que ha terminado ya la J-League y ante todo con un aura de equipo blando, moldeable y predecible. Le llovió ese 0-1 de penalti y se dedicó a capear como pudo las arremetidas colombianas, con sendos remates a la madera de Mosquera. El equipo de Reinaldo Rueda se agobió misteriosamente, quizá producto de la sobrecarga de partidos (83 lleva jugados en 2016) malogró ocasiones y se fue de Osaka con un 0-3 humillante con dos goles a los postres.
El Kashima es un equipo japonés podría decirse clásico. Casi de ‘Oliver y Benji’. Repleto de futbolistas nipones técnicamente correctos, algún pelotero que destaca (Shibasaki) y un brasileño de vuelta de todo. Hasta el autor del 0-3, Yuma, se llama igual que un personaje de la famosa serie de ‘anime’ que se coló en nuestros televisores durante los años noventa. Siempre ávidos de absorber todo lo venido de Occidente, celebró el tanto imitando la celebración de Cristiano. Zidane habrá podido tomar nota de que el campeón japonés ni vio venir a Matheus Uribe en la mayoría de sus subidas al ataque (vía libre para Modric e Isco), concedió una buena cuota de ocasiones a Borja, el nueve del Verde, y en los flancos puede sufrir las de Caín con las oleadas recurrentes de Carvajal y Marcelo. La duda es si Masatada Ishii tendrá valor para repetir en la medular con Ogasawara, que ya peina canas (37 años). Misma edad que tiene su portero, Sogahata, que, por cierto, le amargó la noche a los colombianos.
Fiesta grande en Japón, que cuela a su representante en la finalísima de Yokohama de este domingo. El Kashima, y probablemente el país entero, cruza los dedos para verse allí con el Madrid del Cristiano de oro. Veremos qué tiene que decir a eso el América de México.
Japón, AS
El Madrid podría tener un rival inesperado en la final del Mundial de Clubes en la primera aparición estelar del videoarbitraje. El Kashima Antlers japonés apeó al campeón de la Libertadores, el Atlético Nacional de Medellín, gracias a un penalti pitado por el húngaro Kassai gracias a la ayuda del video. Una asistencia tecnológica que está experimentando la FIFA que no sólo no acaba con las polémicas con los trencillas, más bien abre una nueva duda mefistofélica: ¿quién videoarbitra al videoarbitraje? En la jugada de la pena máxima del colombiano Berrío había un futbolista nipón en fuera de juego…
Revoluciones del reglamento a un lado, el batacazo de Nacional fue de aúpa. El Kashima se planta en la final siendo el equipo invitado al torneo, que jugaba su tercer partido en el Mundialito, que ha terminado ya la J-League y ante todo con un aura de equipo blando, moldeable y predecible. Le llovió ese 0-1 de penalti y se dedicó a capear como pudo las arremetidas colombianas, con sendos remates a la madera de Mosquera. El equipo de Reinaldo Rueda se agobió misteriosamente, quizá producto de la sobrecarga de partidos (83 lleva jugados en 2016) malogró ocasiones y se fue de Osaka con un 0-3 humillante con dos goles a los postres.
El Kashima es un equipo japonés podría decirse clásico. Casi de ‘Oliver y Benji’. Repleto de futbolistas nipones técnicamente correctos, algún pelotero que destaca (Shibasaki) y un brasileño de vuelta de todo. Hasta el autor del 0-3, Yuma, se llama igual que un personaje de la famosa serie de ‘anime’ que se coló en nuestros televisores durante los años noventa. Siempre ávidos de absorber todo lo venido de Occidente, celebró el tanto imitando la celebración de Cristiano. Zidane habrá podido tomar nota de que el campeón japonés ni vio venir a Matheus Uribe en la mayoría de sus subidas al ataque (vía libre para Modric e Isco), concedió una buena cuota de ocasiones a Borja, el nueve del Verde, y en los flancos puede sufrir las de Caín con las oleadas recurrentes de Carvajal y Marcelo. La duda es si Masatada Ishii tendrá valor para repetir en la medular con Ogasawara, que ya peina canas (37 años). Misma edad que tiene su portero, Sogahata, que, por cierto, le amargó la noche a los colombianos.
Fiesta grande en Japón, que cuela a su representante en la finalísima de Yokohama de este domingo. El Kashima, y probablemente el país entero, cruza los dedos para verse allí con el Madrid del Cristiano de oro. Veremos qué tiene que decir a eso el América de México.