Rusia denuncia un doble ataque con morteros contra su embajada en Siria

Grupos insurrectos sirios multiplican los ataques contra objetivos diplomáticos rusos tras el acercamiento de Moscú y Ankara

Natalia Sancha
Beirut, El País
La Embajada rusa en Damasco, la capital siria, ha sido atacada este miércoles por fuego de mortero, según ha informado en un comunicado el Ministerio de Exteriores ruso. “Los ataques sucedieron a las 10.00 y 10.19 de la mañana [hora local, una menos que en la península]”, precisa la nota ministerial recogida por la Agencia de noticias rusa Tass.


Las autoridades rusas explicaron que un grupo de zapadores se apresuró a desactivar uno de los morteros que aterrizó sin detonar en el patio interno de las instalaciones. El segundo obús estalló en las cercanías del conglomerado diplomático, sin que Moscú precisara la existencia de heridos o víctimas mortales.

Moscú responsabilizó del ataque a los grupos insurrectos activos en la Gouta Oriental, periferia este de Damasco. Esta bolsa de combatientes insurrectos afincados en la periferia se sitúa a tan solo cuatro kilómetros de distancia de la Embajada rusa. El Kremlin acusó a los “extremistas de intentar torpedear los esfuerzos en pro de una solución pacífica al conflicto sirio”.

El ataque tuvo lugar el mismo día en el que Turquía y Rusia anunciaron avances en las negociaciones que mantienen desde hace días junto a Irán para buscar una solución política al conflicto que asola al país desde marzo de 2011. El reciente acercamiento del presidente turco Recep Tayyip Erdogan hacia su homólogo ruso, Vladimir Putin, mantiene divididos a los diferentes grupos rebeldes avalados por Ankara. “Hay discusiones en marcha, con el patrocino turco, pero el enemigo ruso está intentado excluir a la Gouta Oriental de Damasco de cualquier intento de alto el fuego en Siria”, dijo este miércoles Munir Al Sayal, miembro del grupo islamista Ahrar al Sham, en declaraciones recogidas por la agencia de noticias Reuters.

Por su parte, los grupos insurrectos denuncian el apoyo militar ruso que ha supuesto un vuelco crucial en el campo de batalla a favor de las tropas de El Asad. Hace poco más de un año que Rusia desplegó sus bombarderos junto con centenares de asesores militares en el país, en cuyas costas mantiene una importante base marítima, para respaldar al Ejército regular sirio. La reciente normalización de las relaciones entre Ankara y Moscú ha convertido a las delegaciones diplomáticas rusas en objetivo de ataques terroristas. El pasado 20 de diciembre, el embajador ruso en Ankara, Andréi Kárlov, fue asesinado por un policía turco que clamó “venganza para Alepo” antes de ser abatido por las fuerzas de seguridad locales.

No se trata tampoco de la primera vez que la misión diplomática moscovita en Damasco es objetivo del fuego de obuses por parte de grupos rebeldes. Hace tan solo un mes que el embajador ruso en Siria, Alexander Kinshchak, advirtió de las peligrosas condiciones en las que trabaja el personal diplomático presente en la capital siria. A pesar de los esfuerzos realizados en materia de seguridad, el pasado 22 de noviembre, tres proyectiles alcanzaron la Embajada rusa y sus alrededores durante la visita de una misión diplomática en la que se encontraba el vice primer ministro ruso Dimitry Rogozin.

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