La tregua en Siria entra en vigor a pesar de combates aislados
Las facciones insurrectas aprovechan la tregua para pactar un frente común
Natalia Sancha
Beirut, El País
La tregua fraguada por Ankara y Moscú que entró en vigor en la madrugada del jueves está siendo respetada en la mayoría de los frentes sirios aunque se ha visto empañada por algunos combates. Los ataques no han causado muertes de civiles, informó el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos, con sede en Londres. Es el primero de los tres alto el fuego que se han negociado este año en el que Estados Unidos no está involucrado. En el Consejo de Seguridad de la ONU, reunido este viernes a puerta cerrada, Rusia ha pedido a Naciones Unidas dar su visto bueno al frágil acuerdo que pretende terminar con seis años de guerra en Siria.
Los focos de combate de este viernes fueron especialmente cruentos, con combate en tierra y ataques aéreos. Tan solo dos horas después del inicio de la tregua, las fuerzas del régimen y grupos rebeldes islamistas combatieron en los alrededores de la población de Tella al Biyu, en el norte de Hama, y también lo hicieron en los suburbios de Damasco, la capital, con aviones y helicópteros de guerra. Aviones del régimen realizaron cerca de 20 bombardeos contra los rebeldes en Idlib y Hama, según el Observatorio. Al menos seis efectivos de las tropas de Bachar el Asad murieron en los enfrentamientos.
El ministro de Defensa ruso, Serguéi Shoigú, cifró en siete las facciones insurrectas que han ratificado el alto el fuego, cuyos combatientes sumarían un total de 60.000 hombres. Sin embargo, Ahrar el Sham, importante milicia salafista afincada en la provincia de Idlib que inicialmente se contó entre las facciones firmantes, rechazó a través de su cuenta oficial de Twitter su participación en el acuerdo. Y ello, alegando “ciertas reticencias” que no especificó.
Del acuerdo han quedado excluidos cuatro actores por ser considerados grupos terroristas por, al menos, una de las dos partes. Los yihadistas del Estado Islámico (ISIS); la antigua filial de Al Qaeda en Siria, Fatá al Sham; las Unidades de Protección Popular Kurdas (YPG), y las Defensas Democráticas Sirias (conglomerado de milicianos kurdos, árabes y turcomanos avalados por Washington) no forman parte de la tregua y continúan peleando.
En un proceso paralelo al auspiciado por Ankara y Moscú, las diferentes facciones insurgentes avaladas por Turquía mantienen conversaciones para establecer un frente común. Obligadas por el revés que ha supuesto la expulsión del Alepo oriental, estos grupos armados intentan aunar fuerzas en su lucha tanto política como militar contra al régimen sirio y las milicias chiíes que les apoyan. “Ahrar el Sham está de acuerdo con el alto el fuego pero no con la letra pequeña del acuerdo. Parte de sus combatientes quieren sumarse a Fatá al Sham, mientras que otros son más cercanos al Ejército Libre Sirio (ELS)”, dice al teléfono desde Idlib Abu Omar, nombre de guerra de quien combate en las filas de Ahrar el Sham.
Milicianos insurrectos confirmaron a este diario que el principal escollo en las negociaciones gira en torno a la exclusión del grupo yihadista Fatá al Sham tanto por Moscú como por Ankara de todo proceso de negociación en Siria. Fatá al Sham y Ahrar el Sham (cada grupo contaría con entre 10.000 y 15.000 combatientes) representan dos de las fuerzas más importantes del frente insurrecto que se enfrenta a las tropas regulares sirias en las provincias de Idlib y Alepo, ambos importantes bastiones rebeldes. Ankara ya advirtió la semana pasada de las trágicas consecuencias que acarrearía una fusión con Fatá al Sham. Advertencia que pone contra las cuerdas a Ahrar el Sham quien depende del acceso a las rutas de avituallamiento hacia territorio turco.
Por su parte, el ELS se comprometió a respetar el alto el fuego y señaló la salida de las milicias bajo control iraní de Siria (unas 40) como una de las condiciones que la oposición armada puso sobre la mesa. Condición de la que se hizo eco el brazo armado del partido-milicia chií libanés Hezbolá, aliado del Ejército sirio. “Hezbolá solo se retirará cuando considere que ha llegado el momento adecuado”, dijo ante la prensa libanesa el jeque Ibrahim Amín el Sayed, presidente del Consejo Político de Hezbolá. Para más tarde recordar que la presencia de la milicia en Siria depende de un acuerdo con el Gobierno sirio.
Se trata de la primera tregua negociada entre la potencia turca, valedora de las facciones insurrectas, y la rusa, aliada de el Asad, tras más de un lustro de guerra que se ha cobrado ya 312.000 vidas. El último alto el fuego, negociado por Moscú y Washington el pasado mes de septiembre, fracasó tras una semana de implementación.
El Consejo de Seguridad de la ONU se ha reunido este vienes a puerta cerrada durante una hora para examinar una propuesta de apoyo al alto el fuego en Siria. Según declaró a la prensa el representante ruso, Vitaly Churkin, el tema podría votarse tan pronto como el sábado, aunque los miembros del Consejo recomendaron cambios al borrador. "Yo creo que esas adecuaciones se pueden incluir fácilmente en el borrador", ha dicho. Según Reuters, no está claro que la resolución vaya a tener el apoyo suficiente.
Natalia Sancha
Beirut, El País
La tregua fraguada por Ankara y Moscú que entró en vigor en la madrugada del jueves está siendo respetada en la mayoría de los frentes sirios aunque se ha visto empañada por algunos combates. Los ataques no han causado muertes de civiles, informó el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos, con sede en Londres. Es el primero de los tres alto el fuego que se han negociado este año en el que Estados Unidos no está involucrado. En el Consejo de Seguridad de la ONU, reunido este viernes a puerta cerrada, Rusia ha pedido a Naciones Unidas dar su visto bueno al frágil acuerdo que pretende terminar con seis años de guerra en Siria.
Los focos de combate de este viernes fueron especialmente cruentos, con combate en tierra y ataques aéreos. Tan solo dos horas después del inicio de la tregua, las fuerzas del régimen y grupos rebeldes islamistas combatieron en los alrededores de la población de Tella al Biyu, en el norte de Hama, y también lo hicieron en los suburbios de Damasco, la capital, con aviones y helicópteros de guerra. Aviones del régimen realizaron cerca de 20 bombardeos contra los rebeldes en Idlib y Hama, según el Observatorio. Al menos seis efectivos de las tropas de Bachar el Asad murieron en los enfrentamientos.
El ministro de Defensa ruso, Serguéi Shoigú, cifró en siete las facciones insurrectas que han ratificado el alto el fuego, cuyos combatientes sumarían un total de 60.000 hombres. Sin embargo, Ahrar el Sham, importante milicia salafista afincada en la provincia de Idlib que inicialmente se contó entre las facciones firmantes, rechazó a través de su cuenta oficial de Twitter su participación en el acuerdo. Y ello, alegando “ciertas reticencias” que no especificó.
Del acuerdo han quedado excluidos cuatro actores por ser considerados grupos terroristas por, al menos, una de las dos partes. Los yihadistas del Estado Islámico (ISIS); la antigua filial de Al Qaeda en Siria, Fatá al Sham; las Unidades de Protección Popular Kurdas (YPG), y las Defensas Democráticas Sirias (conglomerado de milicianos kurdos, árabes y turcomanos avalados por Washington) no forman parte de la tregua y continúan peleando.
En un proceso paralelo al auspiciado por Ankara y Moscú, las diferentes facciones insurgentes avaladas por Turquía mantienen conversaciones para establecer un frente común. Obligadas por el revés que ha supuesto la expulsión del Alepo oriental, estos grupos armados intentan aunar fuerzas en su lucha tanto política como militar contra al régimen sirio y las milicias chiíes que les apoyan. “Ahrar el Sham está de acuerdo con el alto el fuego pero no con la letra pequeña del acuerdo. Parte de sus combatientes quieren sumarse a Fatá al Sham, mientras que otros son más cercanos al Ejército Libre Sirio (ELS)”, dice al teléfono desde Idlib Abu Omar, nombre de guerra de quien combate en las filas de Ahrar el Sham.
Milicianos insurrectos confirmaron a este diario que el principal escollo en las negociaciones gira en torno a la exclusión del grupo yihadista Fatá al Sham tanto por Moscú como por Ankara de todo proceso de negociación en Siria. Fatá al Sham y Ahrar el Sham (cada grupo contaría con entre 10.000 y 15.000 combatientes) representan dos de las fuerzas más importantes del frente insurrecto que se enfrenta a las tropas regulares sirias en las provincias de Idlib y Alepo, ambos importantes bastiones rebeldes. Ankara ya advirtió la semana pasada de las trágicas consecuencias que acarrearía una fusión con Fatá al Sham. Advertencia que pone contra las cuerdas a Ahrar el Sham quien depende del acceso a las rutas de avituallamiento hacia territorio turco.
Por su parte, el ELS se comprometió a respetar el alto el fuego y señaló la salida de las milicias bajo control iraní de Siria (unas 40) como una de las condiciones que la oposición armada puso sobre la mesa. Condición de la que se hizo eco el brazo armado del partido-milicia chií libanés Hezbolá, aliado del Ejército sirio. “Hezbolá solo se retirará cuando considere que ha llegado el momento adecuado”, dijo ante la prensa libanesa el jeque Ibrahim Amín el Sayed, presidente del Consejo Político de Hezbolá. Para más tarde recordar que la presencia de la milicia en Siria depende de un acuerdo con el Gobierno sirio.
Se trata de la primera tregua negociada entre la potencia turca, valedora de las facciones insurrectas, y la rusa, aliada de el Asad, tras más de un lustro de guerra que se ha cobrado ya 312.000 vidas. El último alto el fuego, negociado por Moscú y Washington el pasado mes de septiembre, fracasó tras una semana de implementación.
El Consejo de Seguridad de la ONU se ha reunido este vienes a puerta cerrada durante una hora para examinar una propuesta de apoyo al alto el fuego en Siria. Según declaró a la prensa el representante ruso, Vitaly Churkin, el tema podría votarse tan pronto como el sábado, aunque los miembros del Consejo recomendaron cambios al borrador. "Yo creo que esas adecuaciones se pueden incluir fácilmente en el borrador", ha dicho. Según Reuters, no está claro que la resolución vaya a tener el apoyo suficiente.