La estrella más brillante de la historia es en realidad un agujero negro
El canibalismo cósmico causó el estallido de luz más intenso captado en la Tierra, según un estudio
Nuño Domínguez
El País
El año pasado, dos telescopios en Chile captaron un estallido de luz que nadie consiguió explicar. Los fotones habían pasado 3.800 millones de años viajando por el universo. Al llegar a la Tierra, eran 20 veces más brillantes que todas las estrellas de nuestra galaxia, la Vía Láctea.
Los científicos que detectaron la deflagración sugirieron que se trataba de una supernova superluminosa, de lejos la más brillante jamás observada. A renglón seguido reconocieron que con las leyes de la física en la mano no podían explicar de dónde podía salir tanta energía.
Ahora, otro equipo científico acaba de proponer una explicación alternativa. La estrella ASASSN-15lh no sería una supernova, sino una víctima del canibalismo cósmico.
“Creemos que lo que causó este evento fue un agujero negro supermasivo que devoró a la estrella, que pasó demasiado cerca”, explica Giorgos Leloudas, del Instituto Niels Bohr, en Dinamarca. Su equipo ha estado analizado el fenómeno durante 10 meses con telescopios terrestres y el Telescopio Espacial Hubble. Sus resultados, publicados hoy en Nature Astronomy, apuntan a que la intensa fuerza de la gravedad “desgarró” la estrella hasta convertirla en una masa de gas y esta después fue tragada por el agujero negro. “Esta es una forma muy eficiente de producir energía”, razona Leloudas, miembro del equipo de 50 astrónomos de más de 10 países, incluida España, que ha realizado el estudio.
El evento emitió en unos meses 30 veces más energía que la que contiene el Sol
Los investigadores creen que una estrella similar al Sol cruzó el llamado horizonte de sucesos, el punto de no retorno del agujero negro. Este monstruo tendría una masa 100 millones de veces mayor que el Sol. “La energía liberada en forma de luz visible y ultravioleta que hemos observado es unas 30 veces mayor que toda la energía que el Sol emitirá durante toda su vida”, resalta el astrónomo.
Un agujero negro normal no podría producir este fenómeno, porque la estrella caería al agujero como un bola de billar, sin tiempo a ser despedazada y emitir un estallido de luz como el observado, razona Leloudas. Según la teoría de la relatividad, sí sería posible si ese agujero negro está girando sobre sí mismo. Eso es exactamente lo que el equipo propone. El agujero negro estaría en el centro de su galaxia. Según el estudio, la composición del gas y la carga eléctrica de los átomos que se observan no es compatible con una explosión estelar, pero sí con un evento de desintegración.
La batalla por entender este fenómeno no acaba aquí. José Prieto, astrónomo del Instituto Milenio de Astrofísica en Chile, es uno de los descubridores del evento y propuso que se trataba de una supernova superluminosa en Science. “No estoy convencido con esta explicación, pero también reconozco que nuestra interpretación original ya no parece tan clara”, señala. “En ambos casos sería un evento muy extremo que no entra fácilmente en ninguna de las dos clasificaciones”. En cualquier caso, admite, “es un evento fascinante”. Aunque ha perdido fuerza, el fogonazo sigue siendo visible para los telescopios terrestres y ambos equipos lo seguirán estudiando para intentar desvelar su origen.
Nuño Domínguez
El País
El año pasado, dos telescopios en Chile captaron un estallido de luz que nadie consiguió explicar. Los fotones habían pasado 3.800 millones de años viajando por el universo. Al llegar a la Tierra, eran 20 veces más brillantes que todas las estrellas de nuestra galaxia, la Vía Láctea.
Los científicos que detectaron la deflagración sugirieron que se trataba de una supernova superluminosa, de lejos la más brillante jamás observada. A renglón seguido reconocieron que con las leyes de la física en la mano no podían explicar de dónde podía salir tanta energía.
Ahora, otro equipo científico acaba de proponer una explicación alternativa. La estrella ASASSN-15lh no sería una supernova, sino una víctima del canibalismo cósmico.
“Creemos que lo que causó este evento fue un agujero negro supermasivo que devoró a la estrella, que pasó demasiado cerca”, explica Giorgos Leloudas, del Instituto Niels Bohr, en Dinamarca. Su equipo ha estado analizado el fenómeno durante 10 meses con telescopios terrestres y el Telescopio Espacial Hubble. Sus resultados, publicados hoy en Nature Astronomy, apuntan a que la intensa fuerza de la gravedad “desgarró” la estrella hasta convertirla en una masa de gas y esta después fue tragada por el agujero negro. “Esta es una forma muy eficiente de producir energía”, razona Leloudas, miembro del equipo de 50 astrónomos de más de 10 países, incluida España, que ha realizado el estudio.
El evento emitió en unos meses 30 veces más energía que la que contiene el Sol
Los investigadores creen que una estrella similar al Sol cruzó el llamado horizonte de sucesos, el punto de no retorno del agujero negro. Este monstruo tendría una masa 100 millones de veces mayor que el Sol. “La energía liberada en forma de luz visible y ultravioleta que hemos observado es unas 30 veces mayor que toda la energía que el Sol emitirá durante toda su vida”, resalta el astrónomo.
Un agujero negro normal no podría producir este fenómeno, porque la estrella caería al agujero como un bola de billar, sin tiempo a ser despedazada y emitir un estallido de luz como el observado, razona Leloudas. Según la teoría de la relatividad, sí sería posible si ese agujero negro está girando sobre sí mismo. Eso es exactamente lo que el equipo propone. El agujero negro estaría en el centro de su galaxia. Según el estudio, la composición del gas y la carga eléctrica de los átomos que se observan no es compatible con una explosión estelar, pero sí con un evento de desintegración.
La batalla por entender este fenómeno no acaba aquí. José Prieto, astrónomo del Instituto Milenio de Astrofísica en Chile, es uno de los descubridores del evento y propuso que se trataba de una supernova superluminosa en Science. “No estoy convencido con esta explicación, pero también reconozco que nuestra interpretación original ya no parece tan clara”, señala. “En ambos casos sería un evento muy extremo que no entra fácilmente en ninguna de las dos clasificaciones”. En cualquier caso, admite, “es un evento fascinante”. Aunque ha perdido fuerza, el fogonazo sigue siendo visible para los telescopios terrestres y ambos equipos lo seguirán estudiando para intentar desvelar su origen.