La "doctrina Gerasimov": cómo hace Rusia para reclutar hackers de élite para su ciberguerra

Desde hace al menos tres años Moscú inició una intensa campaña para incorporar programadores a firmas controladas por el Ejército, que luego son utilizadas para tareas de espionaje

Infobae
El tema se instaló con fuerza durante la campaña electoral en los Estados Unidos, luego de que el Partido Demócrata denunciara que su Comité Nacional había sido hackeado para filtrar información al público y favorecer al candidato republicano, Donald Trump. Todos miraron inmediatamente a la Rusia de Vladimir Putin, que negó cualquier vinculación con los ataques. Trump terminó ganando las elecciones y elogió al líder del Kremlin.


El FBI publicó esta semana un informe que detalla cómo fue el ciberataque perpetrado por hackers rusos contra los demócratas. El documento, titulado "Grizzly Steppe" (oso de la estepa), sostiene que "dos actores de inteligencia rusos diferentes participaron en la intrusión en un partido político estadounidense". El primero, conocido como Advanced Persistent Threat 29 (APT 29), entró en los sistemas del partido en el verano de 2015, mientras que el segundo, conocido como APT 28, lo hizo en la primavera de 2016.

Los especialistas en inteligencia no se sorprendieron con estas revelaciones. Saben que desde hace por lo menos tres años Rusia se embarcó en una ofensiva para hacer espionaje en la web, como parte de su objetivo de recuperar la influencia perdida en el escenario global.

La decisión de prepararse para una ciberguerra se enmarca en la doctrina desarrollada por el General Valery V. Gerasimov, que sostiene que en el mundo contemporáneo la línea que separa a la guerra de la paz es difusa, razón por la cual hay que desarrollar tácticas que permitan trabajar en las sombras. La posibilidad de hackear blancos en otros países y manipular la información es una herramienta fundamental.

Esta guerra, como cualquier otra, requiere de buenos soldados. Por eso el Kremlin empezó a desarrollar una campaña de reclutamiento entre estudiantes universitarios, programadores e incluso entre piratas informáticos dedicados al crimen. Lo hace a través de compañías supuestamente dedicadas a brindar seguridad en los sistemas, pero que en realidad trabajan bajo la órbita de las Fuerzas Armadas.

Para convocar a los jóvenes más calificados, difunden publicidades en sitios especializados y en algunas redes sociales. El video que aquí se muestra es uno de los tantos que circulan. "Si te graduaste de la universidad, si eres un técnico especialista, si estás preparado para usar tu conocimiento, nosotros te podemos dar una oportunidad", dice el clip, que muestra las cómodas instalaciones en las que viven los jóvenes reclutas.

The New York Times contó en un artículo publicado este viernes el caso de Aleksandr B. Vyarya, un programador informático de 33 años al que le ofrecieron sumarse a estos escuadrones de hackers. Su trabajo era prevenir ataques informáticos, pero de pronto se encontró con que un ejecutivo de una de esas empresas de tecnología contratadas por el Ejército le proponían realizarlos. Vyarya se negó y al día siguiente se escapó del país y pidió asilo en Finlandia, consciente de las represalias que podía sufrir por rechazar la invitación.

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