Italia bate otro récord con 180.000 migrantes rescatados en el Mediterráneo en 2016
Cerca de 25.000 menores no acompañados llegaron a la costa italiana, el doble que un año antes
María Salas Oraá
Roma, El País
El año 2016 ha marcado un nuevo récord con casi 180.000 migrantes socorridos frente a las costas de Libia por la Guardia Costera italiana, que ofreció este martes un balance anual de su actividad como coordinadora de las labores de salvamento en el Mediterráneo central.
En total, desembarcaron en los puertos de Italia 179.624 personas, de los cuales la mayoría fueron hombres (más de 127.500). A diferencia del año pasado, en 2016 llegaron más menores (28.019) que mujeres (23.932), y una de las preocupaciones es que se han duplicado las llegadas de menores no acompañados: 24.929 este año frente a los 12.360 del pasado.
La emergencia de los menores no acompañados plantea uno de los retos más urgentes de la crisis migratoria. La protección de los niños es una de las reclamaciones más fuertes de las ONG y en su asistencia colabora también UNICEF. Las historias se repiten a diario. La última de ellas fue el pasado 11 de diciembre, cuando Médicos Sin Fronteras anunció que una mujer dio a luz a un bebé a bordo del barco Aquarius, después de ser rescatada de una embarcación a punto de naufragar. “Que Europa trate a este dulce niño y a su orgullosa madre con la amabilidad que merecen”, pedía la organización a través de su cuenta de Twitter para el recién nacido, al que llamaron “Favour” (Favor, en inglés).
Además de alcanzar la cifra más alta de rescatados y de menores, también se ha superado la de fallecidos: en 2016 murieron al menos 4.646 personas en el Mediterráneo central, arriba de 1.000 más que en 2015 (3.522 muertos). Se debe, en parte, al deterioro de las condiciones de las travesías. “En 2016 se ha asistido a un empeoramiento neto de las condiciones de partida de los migrantes desde Libia”, señala el informe. Entre los principales problemas, los guardacostas señalan que las embarcaciones están cada vez más llenas. “Las barcas que antes llevaban a 100 migrantes ahora se llenan hasta superar las 200 personas, con la consiguiente mayor probabilidad de naufragar”. Se suma que los viajes se emprendieron “con condiciones marítimas adversas y durante las horas nocturnas” y el hecho de que cada vez es menos frecuente que los migrantes dispongan de un teléfono móvil por satélite, el único medio para pedir auxilio. Sin estos dispositivos, ni pueden pedir ayuda ni ser localizados y solo les queda la opción de esperar a que un helicóptero aviste la embarcación a la deriva y movilice las naves de rescate, que pueden tardar varias horas en acudir.
En todo el año, hubo 1.400 operaciones de salvamento, una media de casi cuatro al día y un 55% más que en 2015. Todas ellas fueron coordinadas por la Guardia Costera italiana, responsable de los 500.000 kilómetros cuadrados de mar —aproximadamente el doble del territorio italiano— en los que se desarrollan los rescates. Dirige las operaciones y participa en los salvamentos —tiene helicópteros con capacidad de búsqueda nocturna, más de 500 patrulleras con sistema antivuelco que permite operar con mar de fuerza 8—, pero no es la única que socorre a personas en el mar. También operan la Marina Militar italiana, naves de la misión comunitaria EUNAVFORMED —destinada a combatir el negocio de la inmigración irregular— y varias ONG, como Médicos Sin Fronteras, SOS Mediterranèe, Save the Children o MOAS.
María Salas Oraá
Roma, El País
El año 2016 ha marcado un nuevo récord con casi 180.000 migrantes socorridos frente a las costas de Libia por la Guardia Costera italiana, que ofreció este martes un balance anual de su actividad como coordinadora de las labores de salvamento en el Mediterráneo central.
En total, desembarcaron en los puertos de Italia 179.624 personas, de los cuales la mayoría fueron hombres (más de 127.500). A diferencia del año pasado, en 2016 llegaron más menores (28.019) que mujeres (23.932), y una de las preocupaciones es que se han duplicado las llegadas de menores no acompañados: 24.929 este año frente a los 12.360 del pasado.
La emergencia de los menores no acompañados plantea uno de los retos más urgentes de la crisis migratoria. La protección de los niños es una de las reclamaciones más fuertes de las ONG y en su asistencia colabora también UNICEF. Las historias se repiten a diario. La última de ellas fue el pasado 11 de diciembre, cuando Médicos Sin Fronteras anunció que una mujer dio a luz a un bebé a bordo del barco Aquarius, después de ser rescatada de una embarcación a punto de naufragar. “Que Europa trate a este dulce niño y a su orgullosa madre con la amabilidad que merecen”, pedía la organización a través de su cuenta de Twitter para el recién nacido, al que llamaron “Favour” (Favor, en inglés).
Además de alcanzar la cifra más alta de rescatados y de menores, también se ha superado la de fallecidos: en 2016 murieron al menos 4.646 personas en el Mediterráneo central, arriba de 1.000 más que en 2015 (3.522 muertos). Se debe, en parte, al deterioro de las condiciones de las travesías. “En 2016 se ha asistido a un empeoramiento neto de las condiciones de partida de los migrantes desde Libia”, señala el informe. Entre los principales problemas, los guardacostas señalan que las embarcaciones están cada vez más llenas. “Las barcas que antes llevaban a 100 migrantes ahora se llenan hasta superar las 200 personas, con la consiguiente mayor probabilidad de naufragar”. Se suma que los viajes se emprendieron “con condiciones marítimas adversas y durante las horas nocturnas” y el hecho de que cada vez es menos frecuente que los migrantes dispongan de un teléfono móvil por satélite, el único medio para pedir auxilio. Sin estos dispositivos, ni pueden pedir ayuda ni ser localizados y solo les queda la opción de esperar a que un helicóptero aviste la embarcación a la deriva y movilice las naves de rescate, que pueden tardar varias horas en acudir.
En todo el año, hubo 1.400 operaciones de salvamento, una media de casi cuatro al día y un 55% más que en 2015. Todas ellas fueron coordinadas por la Guardia Costera italiana, responsable de los 500.000 kilómetros cuadrados de mar —aproximadamente el doble del territorio italiano— en los que se desarrollan los rescates. Dirige las operaciones y participa en los salvamentos —tiene helicópteros con capacidad de búsqueda nocturna, más de 500 patrulleras con sistema antivuelco que permite operar con mar de fuerza 8—, pero no es la única que socorre a personas en el mar. También operan la Marina Militar italiana, naves de la misión comunitaria EUNAVFORMED —destinada a combatir el negocio de la inmigración irregular— y varias ONG, como Médicos Sin Fronteras, SOS Mediterranèe, Save the Children o MOAS.