Irving decide un partidazo con polémica final que dispara la rivalidad Cavaliers-Warriors

Manuel de la Torre Sanz
As
Los Cavaliers se apuntaron con un canastón de Kyrie Irving un señor partido ante los Warriors (109-108) al que no le faltó la polémica final. Con 3 segundos en el reloj de posesión y los visitantes atacando en el aro de Cleveland, Kevin Durant recibió el balón encimado por Richard Jefferson. Tras un más que aparente empujón de este último, KD se desequilibró equilibrio, yéndose al suelo. Una acción que los árbitros no penalizaron con personal. Nuevo episodio que añadir a la rivalidad que ha marcado la NBA en las últimas temporadas. Clásico moderno.


Más allá de esa última jugada que pudo decantar el partido del lado de los californianos (la falta resulta evidente), el día de Navidad nos trajo consigo encuentro más propio de los Playoffs que de la Temporada Regular. Todo un regalo para el aficionado —17 mates incluidos— en el que, durante muchos minutos, Durant (36 puntos, 15 rebotes —primer 35+15 navideño desde Pippen en 1994— y 3 asistencias) marcó la diferencia. Justo lo contrario que su compañero Stephen Curry. En su versión más gris de la temporada, el base no entró en ritmo en ningún momento y cometió varios despistes defensivos que acabaron costando muy caro a los suyos. Los 25 de diciembre de diciembre no son para él: nunca ha conseguido llegar a la veintena de puntos. Se dice pronto. Quien sí tuvo una actuación más vistosa su 'hermano' Klay Thompson, aunque desapareció en ataque cuando el marcador se apretó.

Justo lo contrario que LeBron (31+13+4) y, sobre todo, Irving. El base, quien cedió todo protagonismo a James y Love en los tres primeros actos, tomó las riendas del equipo cuando peor pintaban las cosas para los campeones. Con 14 abajo (80-94 tras canasta de Durant) y entrados en los 10 últimos minutos, arrancó con su particular exhibición ofensiva que coronó con dos espectaculares acciones que pusieron en pie a todo Ohio. 14 de sus 25 puntos (amén de 10 asistencias, 7 robos —mejor marca de siempre en Un Christmas Day— y 6 rebotes por tan sólo dos pérdidas) llegaron en un último cuarto en el que los Cavs estuvieron muy bien y los Warriors muy mal. No sabemos si este preocupante bajón de los de La Bahía obedece a la fe de los locales en la remontada o un autocortocircuito. Más probable esta última opción, aunque sin restar mérito alguno a los de Lue. Muy pocos equipos son capaces de frenar de la forma en que lo hicieron a uno de los mejores ataques de todos los tiempos. Y más allá de esa última posesión de la que se hablara largo y tendido, y del póster que le firmó en mayúsculas a Klay a sus 36 años, destacar la aportación defensiva de Jefferson. Impagable esfuerzo.

El cuarto triunfo consecutivo de los Cavaliers ante Golden State se explica a través de distintos factores: el rebote ofensivo (18-5), fundamental para mantenerse con vida en la primera mitad, un mejor cuidado del balón (perdieron 8 balones menos), y la no concesión de tiros abiertos cómodos. Los de Steve Kerr firmaron un 9/29 en triples. Cuando llegan a la decena marchan 21-1 este curso. No fue así esta noche. Pese a que los locales tuvieron un 10% menos de acierto en el lanzamiento y únicamente estuvieron por delante en el marcador durante 42 segundos, los californianos no encontraron la forma de sentenciar. Lo pagaron caro. No sólo tuvieron que soportar ver a su llegada una imagen —el tapón de LeBron a Iguodala— de tan ingrato recuerdo desde su vestuario del Quicken Loans Arena, sino que abandonaron Cleveland con la celebración (otra más) en la retina de los Cavs sobre el parqué. No ganaron un título, aunque casi lo pareciese.

Vimos de todo cuanto podíamos esperar: espectáculo, una remontada, polémica final... Gasolina para engrandecer más a la rivalidad que estos días marca el paso en la NBA. Es de agradecer. Apunten esta fecha, el próximo 16 de enero, nuevo asalto. No se lo pierdan. Como sea la mitad de buen partido que el de hoy, ya habrá merecido la pena.

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