Bruselas presiona a Grecia para que acoja más asilados
Los países europeos solo se han repartido el 5% de los refugiados previstos
Lucía Abellán
Bruselas, El País
Grecia deberá acoger más demandantes de asilo si el resto de socios europeos siguen las recomendaciones de Bruselas. La Comisión Europea ha abierto este jueves la vía para reanudar los retornos a Grecia de refugiados que acceden a la UE por ese país pero que piden protección en otro Estado. La decisión añade más presión a un territorio ya desbordado. Mientras, el reparto de refugiados desde Grecia e Italia a otros Estados apenas avanza: solo se han reubicado un 5,1% de los previstos.
Toda Europa reconoce que el actual marco de asilo no funciona. Por eso los países miembros tratan de pactar nuevas reglas, pero la Comisión insiste en que, hasta que se aprueben, deben aplicarse las vigentes. El llamado sistema de Dublín exige que cada demandante de asilo lo solicite en el primer país europeo al que llega, una norma siempre incumplida. Pero a partir de 2011, los Estados se quedaron sin posibilidad de reenviar a Grecia a quienes procedieran de allí porque una sentencia del Tribunal de Justicia de la UE consideró que el sistema griego no cumplía los estándares europeos.
Bruselas considera que ahora sí los cumple y recomienda comenzar de nuevo esas transferencias de potenciales asilados a partir del próximo 15 de marzo. “Los demandantes de asilo deben saber que no se pueden reubicar ellos mismos y que, si lo hacen, serán retornados [a Grecia]”, justificó el comisario europeo de Migración, Dimitris Avramopoulos.
La medida, en cualquier caso, tendrá un impacto muy limitado. Solo se podrá transferir a los extranjeros llegados a Grecia —y más tarde desplazados a otros países— a partir de ese mes. Y ahora apenas se registran llegadas a suelo griego por el pacto migratorio con Turquía. Además, no se podrán reenviar todos: solo los que Grecia se comprometa “individualmente” a acoger según los criterios comunitarios y en ningún caso menores no acompañados.
La recomendación choca frontalmente con la realidad que dibujan los datos de reubicación presentados también este jueves. De los 160.000 asilados que debían trasladarse de Grecia a Italia a otros Estados menos presionados antes de octubre de 2017, sólo lo han hecho 8.162 (el 5,1% del cupo total). La mayoría (6.212) procedían de Grecia, pero representan una mínima parte de los 62.000 que permanecen bloqueados en el país por el cierre de la ruta de los Balcanes, que desde el pasado marzo impide a estos extranjeros seguir el camino para pedir asilo en el norte de Europa.
Los ministros del Interior de la UE se reúnen hoy para debatir de nuevo sobre el controvertido modelo de reparto de refugiados para crisis futuras. Se trata de encontrar un nexo entre quienes exigen que la solidaridad se exprese en todos los ámbitos de la migración (incluida la acogida de personas llegadas a los países de primera línea) y quienes piden que cada país contribuya de la manera que elija (por ejemplo, ayudando a deportar a quienes no tengan derecho a asilo). La presidencia eslovaca plantea varias consideraciones, entre ellas “medidas adicionales” para evitar esos desplazamientos entre países. Y entre ellas cita “la detención, cuando fuera necesaria y proporcionada” de quienes solicitan protección internacional en un país europeo.
Lucía Abellán
Bruselas, El País
Grecia deberá acoger más demandantes de asilo si el resto de socios europeos siguen las recomendaciones de Bruselas. La Comisión Europea ha abierto este jueves la vía para reanudar los retornos a Grecia de refugiados que acceden a la UE por ese país pero que piden protección en otro Estado. La decisión añade más presión a un territorio ya desbordado. Mientras, el reparto de refugiados desde Grecia e Italia a otros Estados apenas avanza: solo se han reubicado un 5,1% de los previstos.
Toda Europa reconoce que el actual marco de asilo no funciona. Por eso los países miembros tratan de pactar nuevas reglas, pero la Comisión insiste en que, hasta que se aprueben, deben aplicarse las vigentes. El llamado sistema de Dublín exige que cada demandante de asilo lo solicite en el primer país europeo al que llega, una norma siempre incumplida. Pero a partir de 2011, los Estados se quedaron sin posibilidad de reenviar a Grecia a quienes procedieran de allí porque una sentencia del Tribunal de Justicia de la UE consideró que el sistema griego no cumplía los estándares europeos.
Bruselas considera que ahora sí los cumple y recomienda comenzar de nuevo esas transferencias de potenciales asilados a partir del próximo 15 de marzo. “Los demandantes de asilo deben saber que no se pueden reubicar ellos mismos y que, si lo hacen, serán retornados [a Grecia]”, justificó el comisario europeo de Migración, Dimitris Avramopoulos.
La medida, en cualquier caso, tendrá un impacto muy limitado. Solo se podrá transferir a los extranjeros llegados a Grecia —y más tarde desplazados a otros países— a partir de ese mes. Y ahora apenas se registran llegadas a suelo griego por el pacto migratorio con Turquía. Además, no se podrán reenviar todos: solo los que Grecia se comprometa “individualmente” a acoger según los criterios comunitarios y en ningún caso menores no acompañados.
La recomendación choca frontalmente con la realidad que dibujan los datos de reubicación presentados también este jueves. De los 160.000 asilados que debían trasladarse de Grecia a Italia a otros Estados menos presionados antes de octubre de 2017, sólo lo han hecho 8.162 (el 5,1% del cupo total). La mayoría (6.212) procedían de Grecia, pero representan una mínima parte de los 62.000 que permanecen bloqueados en el país por el cierre de la ruta de los Balcanes, que desde el pasado marzo impide a estos extranjeros seguir el camino para pedir asilo en el norte de Europa.
Los ministros del Interior de la UE se reúnen hoy para debatir de nuevo sobre el controvertido modelo de reparto de refugiados para crisis futuras. Se trata de encontrar un nexo entre quienes exigen que la solidaridad se exprese en todos los ámbitos de la migración (incluida la acogida de personas llegadas a los países de primera línea) y quienes piden que cada país contribuya de la manera que elija (por ejemplo, ayudando a deportar a quienes no tengan derecho a asilo). La presidencia eslovaca plantea varias consideraciones, entre ellas “medidas adicionales” para evitar esos desplazamientos entre países. Y entre ellas cita “la detención, cuando fuera necesaria y proporcionada” de quienes solicitan protección internacional en un país europeo.