Trump lucha contra los buenos datos de empleo
La agenda del magnate y su familia se multiplica en la recta final por los puntos calientes de su campaña
Amanda Mars
Filadelfia, El País
En su frenética campaña en los Estados más disputados, el candidato republicano Donald Trump intentó desactivar este viernes el potencial efecto positivo para los demócratas de las estadísticas de empleo de octubre, que marcaron un descenso del paro al 4,9%. “Nadie se cree esas cifras. Lo que publican es un fraude”, sostuvo el magnate en un mitin en New Hampshire.
La agenda de Trump y su familia también se multiplica en los puntos calientes del país: además de varias ciudades de New Hampshire, el magnate hizo campaña el viernes por Carolina del Norte y Pensilvania, mientras que el sábado repetirá en Carolina (a donde volverá además el último día). Volará también a Nevada, Iowa, Wisconsin, Colorado... La apoteosis final, el último mitin la víspera de las elecciones, el lunes por la noche, será en Manchester, la principal ciudad de New Hampshire. La demócrata Hillary Clinton tendrá su particular traca final en Filadelfia, subiendo al escenario a los Obama, a su marido y a su hija Chelsea.
Trump parte como favorito en un Estado considerado clave para la victoria electoral nacional: Ohio, aupado por el malestar de la clase blanca trabajadora. Pero el resultado que arrojan las encuestas es muy ajustado en Florida. Los datos de voto anticipado en Arizona, Florida y Nevada inquietan a sus filas, por el peso del voto latino a favor de su rival, Hillary Clinton. Al mismo tiempo, en Carolina del Norte, Georgia y también Florida se percibe una menor movilización de los afroamericanos, lo que perjudica a la demócrata.
A tres días de las elecciones, el mapa político estadounidense se puede simplificar así: la costa oeste (California, Oregón, el Estado de Washington) y el nordeste (Nueva York, Vermont, Maine, Nueva Jersey o Connecticut) son territorio demócrata; mientras que la zona central es principalmente republicana. Luego, algunos grandes Estados son más proclives a cambiar de unas presidenciales a otras (Florida, Nevada, Colorado u Ohio) y allí es donde los candidatos se remangan para conseguir que las urnas se pongan de su lado.
En este 2016, los datos arrojados hasta ahora, agrupados y analizados por Real Clear Politics, identifican alrededor de una veintena de campos de batalla, es decir, Estados en los que la diferencia de apoyo entre los aspirantes a la Casa Blanca mantiene las opciones de ambos abiertas.
De estos, Colorado, Carolina del Norte, Iowa, Florida, Nevada, Arizona y Ohio arrojan una brecha inferior al 2,5%.
Amanda Mars
Filadelfia, El País
En su frenética campaña en los Estados más disputados, el candidato republicano Donald Trump intentó desactivar este viernes el potencial efecto positivo para los demócratas de las estadísticas de empleo de octubre, que marcaron un descenso del paro al 4,9%. “Nadie se cree esas cifras. Lo que publican es un fraude”, sostuvo el magnate en un mitin en New Hampshire.
La agenda de Trump y su familia también se multiplica en los puntos calientes del país: además de varias ciudades de New Hampshire, el magnate hizo campaña el viernes por Carolina del Norte y Pensilvania, mientras que el sábado repetirá en Carolina (a donde volverá además el último día). Volará también a Nevada, Iowa, Wisconsin, Colorado... La apoteosis final, el último mitin la víspera de las elecciones, el lunes por la noche, será en Manchester, la principal ciudad de New Hampshire. La demócrata Hillary Clinton tendrá su particular traca final en Filadelfia, subiendo al escenario a los Obama, a su marido y a su hija Chelsea.
Trump parte como favorito en un Estado considerado clave para la victoria electoral nacional: Ohio, aupado por el malestar de la clase blanca trabajadora. Pero el resultado que arrojan las encuestas es muy ajustado en Florida. Los datos de voto anticipado en Arizona, Florida y Nevada inquietan a sus filas, por el peso del voto latino a favor de su rival, Hillary Clinton. Al mismo tiempo, en Carolina del Norte, Georgia y también Florida se percibe una menor movilización de los afroamericanos, lo que perjudica a la demócrata.
A tres días de las elecciones, el mapa político estadounidense se puede simplificar así: la costa oeste (California, Oregón, el Estado de Washington) y el nordeste (Nueva York, Vermont, Maine, Nueva Jersey o Connecticut) son territorio demócrata; mientras que la zona central es principalmente republicana. Luego, algunos grandes Estados son más proclives a cambiar de unas presidenciales a otras (Florida, Nevada, Colorado u Ohio) y allí es donde los candidatos se remangan para conseguir que las urnas se pongan de su lado.
En este 2016, los datos arrojados hasta ahora, agrupados y analizados por Real Clear Politics, identifican alrededor de una veintena de campos de batalla, es decir, Estados en los que la diferencia de apoyo entre los aspirantes a la Casa Blanca mantiene las opciones de ambos abiertas.
De estos, Colorado, Carolina del Norte, Iowa, Florida, Nevada, Arizona y Ohio arrojan una brecha inferior al 2,5%.