Trump atacará en sus primeros 100 días la reforma sanitaria de Obama
El presidente electo prometió un plan para derrotar al ISIS en el primer mes, entre otras medidas inmediatas
Amanda Mars
Nueva York, El País
Cuando los mercados financieros abrieron al día siguiente de las elecciones presidenciales, algunas compañías de servicios sanitarios empezaron a subir en Bolsa, una señal de que, dentro de todas las promesas rupturistas de Donald Trump, una que parece verosímil e inmediata es el fin de la reforma sanitaria de Obama, que buscó una cobertura asequible para todos. Pero en su “contrato” con los americanos para sus 100 primeros días de Gobierno también ha anunciado planes importantes, como uno para acabar con el terrorismo del ISIS. Durante la campaña, Donald Trump colgó en su página web un “contrato con los americanos”, que lleva su firma, para sus primeros 100 días de Gobierno, donde detalla sus principales promesas.
Acabar con el ISIS. No será en los primeros 100 días de Gobierno sino en el primer mes cuando el presidente electo, según prometió en la campaña, acabe con el autodenominado Estado Islámico (ISIS, en sus siglas en inglés). El plazo es más concreto que el método, ya que en su programa solo menciona mayor colaboración militar con los aliados árabes y más controles migratorios para evitar la entrada de terroristas. Trump también ha bramado contra el pacto nuclear entre Estados Unidos e Irán, pero el presidente iraní, Hasan Rohaní, manifestó el martes que éste no puede desmantelarse por la decisión de un Gobierno.
Mano de hierro en inmigración. Trump ha prometido deportar a todos los inmigrantes irregulares (hay 11 millones) y, en concreto, liquidar una orden ejecutiva de Obama por la cual los extranjeros que entraron ilegalmente en el país siendo niños, y que han crecido y se han integrado en EE UU, pueden quedarse con permisos de trabajo que se renuevan cada dos años. Ahora, 700.000 personas ya acogidas al programa volverán a estar en peligro de deportación. No parece que la construcción del muro de separación con México pueda ser una de las medidas inminentes de Trump (pese a que figura en ese contrato de los 100 primeros días), pero sí dice que garantizará la financiación necesaria (ha asegurado que México será quien lo pague). También plantea dos años de cárcel para quien intente entrar de forma ilegal en el país, después de una primera deportación.
Adiós a Obamacare. Una de las promesas más repetidas y aplaudidas en los mítines ha sido la de poner fin a Obamacare, la reforma sanitaria que pretendía que todo el mundo tuviera acceso a un seguro médico asequible, uno de los grandes proyectos de Obama. Muchos votantes de Trump critican que eso ha supuesto un encarecimiento de las primas para la mayoría de estadounidenses. Trump propone que los ciudadanos puedan abrir cuentas de ahorros sanitarios (similar a un plan de pensiones) donde hacer contribuciones exentas de impuestos para contribuir a pagar los seguros. La subida en Bolsa de las compañías privadas refleja que el mercado sí cree en ese compromiso.
“Drenar el pantano” de Washington
“Vamos a drenar el pantano…”, coreaban el Trump candidato y sus seguidores en los mítines, en referencia a acabar con la corrupción en la capital (situada sobre un antiguo pantano), sede del Gobierno y de los lobbies.
En el contrato de los 100 primeros días, esto se traduce en una enmienda constitucional para imponer límites al mandato de los congresistas y la prohibición de por vida de que los parlamentarios puedan trabajar para los lobbies. Prohibirá, además, que los extranjeros puedan captar dinero en las elecciones.
Juez para el Supremo. Es el presidente el que tiene la potestad de nombrar a los jueces del Supremo, cuyas sentencias tienen una influencia crítica en las políticas, aunque luego debe refrendarse por los congresistas. En manos de Trump queda ahora el nombramiento del sustituto del juez conservador Antonin Scalia, fallecido hace ocho meses. Obama nominó a Merrick Garland pero los republicanos lo bloquearon.
Amanda Mars
Nueva York, El País
Cuando los mercados financieros abrieron al día siguiente de las elecciones presidenciales, algunas compañías de servicios sanitarios empezaron a subir en Bolsa, una señal de que, dentro de todas las promesas rupturistas de Donald Trump, una que parece verosímil e inmediata es el fin de la reforma sanitaria de Obama, que buscó una cobertura asequible para todos. Pero en su “contrato” con los americanos para sus 100 primeros días de Gobierno también ha anunciado planes importantes, como uno para acabar con el terrorismo del ISIS. Durante la campaña, Donald Trump colgó en su página web un “contrato con los americanos”, que lleva su firma, para sus primeros 100 días de Gobierno, donde detalla sus principales promesas.
Acabar con el ISIS. No será en los primeros 100 días de Gobierno sino en el primer mes cuando el presidente electo, según prometió en la campaña, acabe con el autodenominado Estado Islámico (ISIS, en sus siglas en inglés). El plazo es más concreto que el método, ya que en su programa solo menciona mayor colaboración militar con los aliados árabes y más controles migratorios para evitar la entrada de terroristas. Trump también ha bramado contra el pacto nuclear entre Estados Unidos e Irán, pero el presidente iraní, Hasan Rohaní, manifestó el martes que éste no puede desmantelarse por la decisión de un Gobierno.
Mano de hierro en inmigración. Trump ha prometido deportar a todos los inmigrantes irregulares (hay 11 millones) y, en concreto, liquidar una orden ejecutiva de Obama por la cual los extranjeros que entraron ilegalmente en el país siendo niños, y que han crecido y se han integrado en EE UU, pueden quedarse con permisos de trabajo que se renuevan cada dos años. Ahora, 700.000 personas ya acogidas al programa volverán a estar en peligro de deportación. No parece que la construcción del muro de separación con México pueda ser una de las medidas inminentes de Trump (pese a que figura en ese contrato de los 100 primeros días), pero sí dice que garantizará la financiación necesaria (ha asegurado que México será quien lo pague). También plantea dos años de cárcel para quien intente entrar de forma ilegal en el país, después de una primera deportación.
Adiós a Obamacare. Una de las promesas más repetidas y aplaudidas en los mítines ha sido la de poner fin a Obamacare, la reforma sanitaria que pretendía que todo el mundo tuviera acceso a un seguro médico asequible, uno de los grandes proyectos de Obama. Muchos votantes de Trump critican que eso ha supuesto un encarecimiento de las primas para la mayoría de estadounidenses. Trump propone que los ciudadanos puedan abrir cuentas de ahorros sanitarios (similar a un plan de pensiones) donde hacer contribuciones exentas de impuestos para contribuir a pagar los seguros. La subida en Bolsa de las compañías privadas refleja que el mercado sí cree en ese compromiso.
“Drenar el pantano” de Washington
“Vamos a drenar el pantano…”, coreaban el Trump candidato y sus seguidores en los mítines, en referencia a acabar con la corrupción en la capital (situada sobre un antiguo pantano), sede del Gobierno y de los lobbies.
En el contrato de los 100 primeros días, esto se traduce en una enmienda constitucional para imponer límites al mandato de los congresistas y la prohibición de por vida de que los parlamentarios puedan trabajar para los lobbies. Prohibirá, además, que los extranjeros puedan captar dinero en las elecciones.
Juez para el Supremo. Es el presidente el que tiene la potestad de nombrar a los jueces del Supremo, cuyas sentencias tienen una influencia crítica en las políticas, aunque luego debe refrendarse por los congresistas. En manos de Trump queda ahora el nombramiento del sustituto del juez conservador Antonin Scalia, fallecido hace ocho meses. Obama nominó a Merrick Garland pero los republicanos lo bloquearon.