Trump arremete contra el recuento de votos de las elecciones: “Nada cambiará”

Esgrime que habría ganado el voto popular si "millones de personas" no hubieran votado ilegalmente


Joan Faus
Corresponsal en Estados Unidos
Washington, El País
El recuento de votos de las elecciones ha colmado la paciencia del republicano Donald Trump. El presidente electo de Estados Unidos aparcó este domingo su intento de mostrarse comedido y arremetió contra la iniciativa del Partido Verde, apoyada por el Demócrata de Hillary Clinton, de examinar los resultados en Wisconsin, donde se impuso por un estrecho margen frente a la ex secretaria de Estado. En un retorno a su discurso conspirativo en campaña, Trump esgrimió que "millones de personas votaron ilegalmente" en las elecciones y que, si se excluyeran, él habría ganado en número de votos emitidos frente a Clinton.


“Nada cambiará”, escribió Trump en Twitter, en uno de los siete mensajes que publicó esta mañana en una hora contra el nuevo cómputo de votos. El magnate inmobiliario acusó a los ecologistas de usar con fines propios el dinero recaudado para el recuento, subrayó que Clinton aceptó su derrota cuando lo llamó la noche electoral del pasado día 8 y recordó cómo, en el último debate televisivo, la demócrata dijo que aceptaría el resultado.

Es irónico que el mismo Trump rememore que, en ese debate, él declinó comprometerse a aceptar el resultado si le era desfavorable. En la recta final de la campaña, el republicano atizó el miedo a un posible fraude electoral e insistió en que el sistema estaba “amañado” en su contra.

Ahora es Trump el que está a la defensiva ante el runrún sobre unas hipotéticas irregularidades en el recuento, alimentado por un grupo de expertos que advierte que, pese a que la posibilidad es remota, no es descartable que los resultados hayan sido “manipulados o hackeados”.

A la mañana siguiente de las elecciones, Clinton aceptó públicamente su derrota y pidió un voto de confianza para Trump. El equipo de la demócrata se mueve en una fina línea: admite que no tiene evidencias de irregularidades, pero el sábado anunció que se sumaba a los esfuerzos del Partido Verde en Wisconsin y que podría hacerlo también en Pensilvania y Michigan.

En esos tres Estados, Trump se impuso por una diferencia total de unos 100.000 votos, lo que le permitió sumar los votos electorales necesarios para ganar los comicios pese a perder, por dos millones, en el cómputo de votos emitidos en el país. El republicano movilizó allí sobre todo a votantes de clase trabajadora gracias a su retórica contra el libre comercio.

Por la tarde, el multimillonario neoyorquino volvió a Twitter, su herramienta favorita en campaña para lanzar ataques, para minimizar la victoria de Clinton en votos populares.

El equipo de Trump teme que el creciente debate sobre el recuento eclipse su transición a la Casa Blanca y su victoria. Fue el candidato republicano más votado en unas presidenciales.

En varias entrevistas televisivas, Kellyanne Conway, asesora de Trump y su exjefa de campaña, también elevó este domingo el tono. Tildó de “llorones” a verdes y demócratas, y trazó un paralelismo con la decisión del republicano de incumplir su promesa de designar un fiscal especial que investigue a su exrival electoral. “Tienes a Donald Trump siendo bastante magnánimo con Hillary Clinton y la tienes a ella respondiendo uniéndose a este recuento”, dijo Conway.

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