Rosberg: El millonario que pudo con Schumacher y Hamilton
Manuel Franco
Abu Dhabi, As
Se reía, se ríe mucho Nico Rosberg casi siempre. Y más ahora. La pregunta era sobre esa leyenda alimentada por algún rival de origen humilde de que los ricos no saben ganar. “Ya lo verás”, me dijo. Siguiente pregunta. Y seguimos hablando de una fiesta en Ibiza que tenía previsto montar a su llegada a su isla después de lograr su primer título. “Pero aunque no gane lo vamos a hacer”, repetía el rubio. Eso es lo bueno de poder hacer las cosas cuando quieras, cómo y por la razón que te de la gana. Y eso lo ha podido hacer Nico casi siempre. Millonario desde niño, alemán de Mónaco y Finlandia, hijo de campeón del mundo, un muchacho especial destinado a lograr cosas especiales, como ser campeón del mundo de Fórmula 1. Y lo ha conseguido… carrera a carrera.
Nico nació en Wiesbaden hace 31 años, se montó por primera vez en un kart en las calles de Montecarlo con dos y poco a poco llegó a la Fórmula 1 donde debutó con Williams en 2006, el equipo con el que Keke consiguió el título. Y en la escudería de Sir Frank fue sefundo en Singapur 2008, al lado de Alonso en aquella carrera de la polémica. Ese mismo año había sido tercero en Melbourne. Dos podios.
Pero su gran oportunidad llegó a partir de 2010 y también su reto más importante: enfrentarse al mejor de siempre para la estadística. Nico hacía equipo en Mercedes con Michael Schumacher. Y tras un par de años de transición en el equipo de la estrella llegó su primera victoria, GP de China en Shanghai. Hubo quien pensó en una casualidad. Pero al año siguiente ganó en las calles del Principado y en Inglaterra, dos circuitos de piloto. Para 2014 el Mercedes estaba listo para luchar por el campeonato. Pero con Schumacher ya retirado del todo el siguiente desafío también tenía nombre de leyenda: Lewis Hamilton.
Y el británico, amigo de infancia, compañero de equipo de kárting ha podido con Nico en los dos últimos años. El alemán ha sido subcampeón en 2014 y 2015, pero con muy buenos números: cinco victorias el primer año, seis en el segundo y este año se ha destapado con nueve triunfos para ganar el Mundial.
Nico pudo con Schumacher y ha podido con Hamilton. Incluso utilizando la guerra psicológica que tan buen resultado le había dado al inglés. Y aprovechando todas sus virtudes. Cuando Lewis se quejó de que Wolff y Lauda estaban del lado del germano llegó a decir que tendría que aprender alemán para comunicarse mejor con los jefes. “Que tenga suerte, ya lo intentó con el español y el italiano y…”, declaró Nico, poliglota que habla español, italiano, finlandés, francés, inglés y alemán. “Y algo de japonés”, suele contestar.
Pero sobre todo sabe pilotar. “Cuidado, es muy bueno también Nico”, nos dijo Alonso el pasado año an el peor momento del alemán el pasado año. Y esta temporada empezó tan metido en el campeonato como terminó 2015 y ganando. Victorias en Australia, Bahrain, China y Rusia, después llegó la reacción de Lewis, pero volvió a ganar en Bakú y tras las vacaciones de verano se impuso en Bélgica, Italia y Singapur. Y se supo aprovechar de abandono de su compañero en Malasia para ser tercero, ganó en Japón y aguantó a Hamilton en Estados Unidos y México. Llegó a Brasil con 19 puntos de diferencia. Y ha tenido que esperar a Abu Dhaibi, a la última carrera, demostrando que los ricos también saben ganar, que además de a Schumacher ha podido ganar a Hamilton y pensando en que las fiestas de Ibiza saben mejor cuando se celebra la victoria. Felicidades Nico. Ya nos dirás día y hora…
Abu Dhabi, As
Se reía, se ríe mucho Nico Rosberg casi siempre. Y más ahora. La pregunta era sobre esa leyenda alimentada por algún rival de origen humilde de que los ricos no saben ganar. “Ya lo verás”, me dijo. Siguiente pregunta. Y seguimos hablando de una fiesta en Ibiza que tenía previsto montar a su llegada a su isla después de lograr su primer título. “Pero aunque no gane lo vamos a hacer”, repetía el rubio. Eso es lo bueno de poder hacer las cosas cuando quieras, cómo y por la razón que te de la gana. Y eso lo ha podido hacer Nico casi siempre. Millonario desde niño, alemán de Mónaco y Finlandia, hijo de campeón del mundo, un muchacho especial destinado a lograr cosas especiales, como ser campeón del mundo de Fórmula 1. Y lo ha conseguido… carrera a carrera.
Nico nació en Wiesbaden hace 31 años, se montó por primera vez en un kart en las calles de Montecarlo con dos y poco a poco llegó a la Fórmula 1 donde debutó con Williams en 2006, el equipo con el que Keke consiguió el título. Y en la escudería de Sir Frank fue sefundo en Singapur 2008, al lado de Alonso en aquella carrera de la polémica. Ese mismo año había sido tercero en Melbourne. Dos podios.
Pero su gran oportunidad llegó a partir de 2010 y también su reto más importante: enfrentarse al mejor de siempre para la estadística. Nico hacía equipo en Mercedes con Michael Schumacher. Y tras un par de años de transición en el equipo de la estrella llegó su primera victoria, GP de China en Shanghai. Hubo quien pensó en una casualidad. Pero al año siguiente ganó en las calles del Principado y en Inglaterra, dos circuitos de piloto. Para 2014 el Mercedes estaba listo para luchar por el campeonato. Pero con Schumacher ya retirado del todo el siguiente desafío también tenía nombre de leyenda: Lewis Hamilton.
Y el británico, amigo de infancia, compañero de equipo de kárting ha podido con Nico en los dos últimos años. El alemán ha sido subcampeón en 2014 y 2015, pero con muy buenos números: cinco victorias el primer año, seis en el segundo y este año se ha destapado con nueve triunfos para ganar el Mundial.
Nico pudo con Schumacher y ha podido con Hamilton. Incluso utilizando la guerra psicológica que tan buen resultado le había dado al inglés. Y aprovechando todas sus virtudes. Cuando Lewis se quejó de que Wolff y Lauda estaban del lado del germano llegó a decir que tendría que aprender alemán para comunicarse mejor con los jefes. “Que tenga suerte, ya lo intentó con el español y el italiano y…”, declaró Nico, poliglota que habla español, italiano, finlandés, francés, inglés y alemán. “Y algo de japonés”, suele contestar.
Pero sobre todo sabe pilotar. “Cuidado, es muy bueno también Nico”, nos dijo Alonso el pasado año an el peor momento del alemán el pasado año. Y esta temporada empezó tan metido en el campeonato como terminó 2015 y ganando. Victorias en Australia, Bahrain, China y Rusia, después llegó la reacción de Lewis, pero volvió a ganar en Bakú y tras las vacaciones de verano se impuso en Bélgica, Italia y Singapur. Y se supo aprovechar de abandono de su compañero en Malasia para ser tercero, ganó en Japón y aguantó a Hamilton en Estados Unidos y México. Llegó a Brasil con 19 puntos de diferencia. Y ha tenido que esperar a Abu Dhaibi, a la última carrera, demostrando que los ricos también saben ganar, que además de a Schumacher ha podido ganar a Hamilton y pensando en que las fiestas de Ibiza saben mejor cuando se celebra la victoria. Felicidades Nico. Ya nos dirás día y hora…