Policía argentina descubre tráfico de 5 niñas bolivianas en medio de animales
Argentina, Erbol
Todo es extraño en este caso. Dos hombres que viajaban a bordo de una camioneta utilitaria Partner negra, que remolcaba un pequeño trailer -donde transportaban a siete niñas bolivianas y varios animalitos- fueron detenidos, en la madrugada del lunes 31 de octubre, por efectivos del estratégico control que sobre la ruta nacional 34 tiene el Escuadrón 54 de Gendarmería Nacional en la localidad de Aguaray.
Dentro del utilitario viajaban 7 nenas -todas menores de edad– que, en ese primer momento, carecían de documentos personales. Los dos hombres mayores y una mujer -esposa del chofer- no pudieron acreditar ante los gendarmes, que las nenas fueran sus hijas, a pesar de que insistentemente dijeron que todos residían en la provincia de Buenos Aires y que ya estaban de regreso de un viaje que la familia había realizado a Bolivia.
El procedimiento, que causó verdadera sorpresa, se produjo a las 4 de la madrugada del lunes, según confirmaron fuentes de Gendarmería Nacional.
El vehículo con los 10 ocupantes -según fuentes de la fuerza- habría ingresado en territorio argentino por alguno de los tantos pasos no habilitados entre la frontera de Argentina con Bolivia, supuestamente para evitar los controles migratorios en el paso internacional Salvador Mazza – Pocitos.
Al transitar por la ruta nacional 34 -a 20 kilómetros de la Frontera- fueron detenidos por personal del Escuadrón 54.
Al no poder acreditar, a esa hora de la noche, suficientemente que el chofer y su esposa fueran los padres de las siete nenas, que tienen entre 4 y 17 años, ellas fueron puestas a disposición de la jueza de Menores con jurisdicción en el norte de la provincia.
La magistrada, mientras avanzaba la investigación, ordenó que las trasladaran al hogar de niños en tránsito Nueva Esperanza, de la localidad de Profesor Salvador Mazza.
SIN PAPELES
Las 10 personas viajaban en una camioneta utilitaria dominio HTT 660. Al momento de ser interrogados por el personal apostado en el control de Aguaray manifestaron que habían estado de visita en Bolivia y que ya regresaban a Pompeya, en la ciudad de Buenos Aires, donde residen. Ese populoso barrio porteño es conocido por la existencia de numerosos talleres textiles clandestinos.
El chofer y su esposa pudieron demostrar que son los padres de las dos nenas más chicas. No pudieron hacer lo mismo con las otras cinco de 17, 14, 10, 8 y 7 años. Presentaron papeles que para el juez federal de Orán, Gustavo Montoya, resultan claramente insuficientes.
Un dato llamativo es que el segundo hombre no tenía documentos. Extraoficialmente se indicó que él fue expulsado por Migraciones a su país de origen (Bolivia), por no contar con radicación legal en la Argentina. También habría formado parte de una banda delictiva que se habría dedicado a la trata de personas.
CONDICIONES DE VIAJE
Además de la falta de documentación de identidad de las niñas, el viaje en sí llamó la atención de los gendarmes y de la Justicia Federal.
En el trailer que era tirado por al utilitario viajaban las cinco chicas de entre 7 y 17 años, tapadas con una lona.
Cuando los gendarmes retiraron el cobertor, vieron que a las chicas las “acompañaban” en el carrito, una cabra, un mono y cuatro perros.
“Este es un caso que nunca se nos presentó”, dijo una fuente de la Gendarmería. “En los años que llevo en la fuerza es la primera vez que veo una situación tan inverosímil: cinco personas menores de edad transportadas sin documentación y a la vista de todos. Esto supera los estándares de razonabilidad”, añadió.
LA CAUSA JUDICIAL
Los tres adultos están libres, pero con una causa abierta, por ahora, como infracción a la ley de identidad. Es un delito leve que, en principio, no justificaba el arresto, según una fuente judicial.
Sin embargo, a medida que más detalles surgían de la investigación, se abrió la posibilidad de que los tres sean acusados del delito de supresión de identidad por retener u ocultar a menores, que tiene una pena que va de 3 a 10 años de prisión; o del delito de supresión y detención de menores que prevé una pena de 5 a 15 años de prisión. Los acusados deberán declarar ante el juez federal de Orán, Gustavo Montoya.
UNA NENA DIJO QUE NO QUIERE HABLAR POR MIEDO
Apenas el matrimonio no pudo mostrar los documentos de identidad de las niñas, la jueza de Menores, con jurisdicción en Salvador Mazza, las puso bajo la tutela del Estado provincial.
En todo momento, las niñas evitaron hablar de lo sucedido.
Claudia Subelza:
“Las chiquitas están bien, pero ninguna quiere hablar, ni siquiera la de 17 años”, explicó Claudia Subelza, secretaria de la Niñez del municipio de Salvador Mazza, quien al tomar conocimiento del tema se abocó a buscar el lugar de alojamiento para las menores.
“Una de las chiquitas, la de 10 años, nos llamó particularmente la atención porque fue la única que dijo que si ellas hablaban las iban a mandar a un hogar donde las iban a golpear, e iban a pasar hambre y sed”, señaló la funcionaria.
Pero la niña no se explayó mucho más. “No sabemos a qué se debe este comentario, si los mayores que las llevaban las tenían amenazada con ese argumento, si habrían estado en algún hogar en esas condiciones o qué es lo que realmente sucedió”, agregó.
Las nenas fueron alojadas en el hogar en tránsito “Nueva Esperanza” y están siendo asistidas por un equipo técnico conformado por una psicóloga, una asistente social y otras profesionales que prestan servicios en la institución.
Todo es extraño en este caso. Dos hombres que viajaban a bordo de una camioneta utilitaria Partner negra, que remolcaba un pequeño trailer -donde transportaban a siete niñas bolivianas y varios animalitos- fueron detenidos, en la madrugada del lunes 31 de octubre, por efectivos del estratégico control que sobre la ruta nacional 34 tiene el Escuadrón 54 de Gendarmería Nacional en la localidad de Aguaray.
Dentro del utilitario viajaban 7 nenas -todas menores de edad– que, en ese primer momento, carecían de documentos personales. Los dos hombres mayores y una mujer -esposa del chofer- no pudieron acreditar ante los gendarmes, que las nenas fueran sus hijas, a pesar de que insistentemente dijeron que todos residían en la provincia de Buenos Aires y que ya estaban de regreso de un viaje que la familia había realizado a Bolivia.
El procedimiento, que causó verdadera sorpresa, se produjo a las 4 de la madrugada del lunes, según confirmaron fuentes de Gendarmería Nacional.
El vehículo con los 10 ocupantes -según fuentes de la fuerza- habría ingresado en territorio argentino por alguno de los tantos pasos no habilitados entre la frontera de Argentina con Bolivia, supuestamente para evitar los controles migratorios en el paso internacional Salvador Mazza – Pocitos.
Al transitar por la ruta nacional 34 -a 20 kilómetros de la Frontera- fueron detenidos por personal del Escuadrón 54.
Al no poder acreditar, a esa hora de la noche, suficientemente que el chofer y su esposa fueran los padres de las siete nenas, que tienen entre 4 y 17 años, ellas fueron puestas a disposición de la jueza de Menores con jurisdicción en el norte de la provincia.
La magistrada, mientras avanzaba la investigación, ordenó que las trasladaran al hogar de niños en tránsito Nueva Esperanza, de la localidad de Profesor Salvador Mazza.
SIN PAPELES
Las 10 personas viajaban en una camioneta utilitaria dominio HTT 660. Al momento de ser interrogados por el personal apostado en el control de Aguaray manifestaron que habían estado de visita en Bolivia y que ya regresaban a Pompeya, en la ciudad de Buenos Aires, donde residen. Ese populoso barrio porteño es conocido por la existencia de numerosos talleres textiles clandestinos.
El chofer y su esposa pudieron demostrar que son los padres de las dos nenas más chicas. No pudieron hacer lo mismo con las otras cinco de 17, 14, 10, 8 y 7 años. Presentaron papeles que para el juez federal de Orán, Gustavo Montoya, resultan claramente insuficientes.
Un dato llamativo es que el segundo hombre no tenía documentos. Extraoficialmente se indicó que él fue expulsado por Migraciones a su país de origen (Bolivia), por no contar con radicación legal en la Argentina. También habría formado parte de una banda delictiva que se habría dedicado a la trata de personas.
CONDICIONES DE VIAJE
Además de la falta de documentación de identidad de las niñas, el viaje en sí llamó la atención de los gendarmes y de la Justicia Federal.
En el trailer que era tirado por al utilitario viajaban las cinco chicas de entre 7 y 17 años, tapadas con una lona.
Cuando los gendarmes retiraron el cobertor, vieron que a las chicas las “acompañaban” en el carrito, una cabra, un mono y cuatro perros.
“Este es un caso que nunca se nos presentó”, dijo una fuente de la Gendarmería. “En los años que llevo en la fuerza es la primera vez que veo una situación tan inverosímil: cinco personas menores de edad transportadas sin documentación y a la vista de todos. Esto supera los estándares de razonabilidad”, añadió.
LA CAUSA JUDICIAL
Los tres adultos están libres, pero con una causa abierta, por ahora, como infracción a la ley de identidad. Es un delito leve que, en principio, no justificaba el arresto, según una fuente judicial.
Sin embargo, a medida que más detalles surgían de la investigación, se abrió la posibilidad de que los tres sean acusados del delito de supresión de identidad por retener u ocultar a menores, que tiene una pena que va de 3 a 10 años de prisión; o del delito de supresión y detención de menores que prevé una pena de 5 a 15 años de prisión. Los acusados deberán declarar ante el juez federal de Orán, Gustavo Montoya.
UNA NENA DIJO QUE NO QUIERE HABLAR POR MIEDO
Apenas el matrimonio no pudo mostrar los documentos de identidad de las niñas, la jueza de Menores, con jurisdicción en Salvador Mazza, las puso bajo la tutela del Estado provincial.
En todo momento, las niñas evitaron hablar de lo sucedido.
Claudia Subelza:
“Las chiquitas están bien, pero ninguna quiere hablar, ni siquiera la de 17 años”, explicó Claudia Subelza, secretaria de la Niñez del municipio de Salvador Mazza, quien al tomar conocimiento del tema se abocó a buscar el lugar de alojamiento para las menores.
“Una de las chiquitas, la de 10 años, nos llamó particularmente la atención porque fue la única que dijo que si ellas hablaban las iban a mandar a un hogar donde las iban a golpear, e iban a pasar hambre y sed”, señaló la funcionaria.
Pero la niña no se explayó mucho más. “No sabemos a qué se debe este comentario, si los mayores que las llevaban las tenían amenazada con ese argumento, si habrían estado en algún hogar en esas condiciones o qué es lo que realmente sucedió”, agregó.
Las nenas fueron alojadas en el hogar en tránsito “Nueva Esperanza” y están siendo asistidas por un equipo técnico conformado por una psicóloga, una asistente social y otras profesionales que prestan servicios en la institución.