Obama garantiza ante Trump la continuidad democrática de Estados Unidos
El presidente electo declara su respeto para el presidente saliente en la reunión para preparar el traspaso de poderes
Marc Bassets
Washington, El País
Barack Obama se reunió este jueves con su sucesor, Donald Trump, para iniciar el traspaso de poderes entre ambas presidencias. Tras una reunión de una hora y media, el demócrata Obama, sentado junto al republicano Trump en el Despacho Oval, envió un mensaje de estabilidad: la transición será fluida y respetuosa, el sistema funciona pese a la victoria en las elecciones del martes de un populista que ha cuestionado este mismo sistema. Trump declaró su respeto por el presidente saliente y dijo que buscará su consejo en el futuro. La liturgia democrática, más allá de las personas y las ideas, por muy amenazantes que sean, se sintió con todo su peso.
Washington vivió una de las jornadas más extraordinarias en tiempos recientes, el inicio del desembarco de un hombre de negocios y showman televisivo que contra pronóstico ganó las elecciones del martes tras una campaña de insultos y mentiras, nacionalismo y xenofobia.
Lado a lado, en el espacio casi sagrado del Despacho Oval de la Casa Blanca, donde durante los próximos cuatro años dirigirá los destinos del país más poderoso del planeta, el presidente-electo Trump se reunió con Obama, el hombre al que acusó de haber fundado el Estado Islámico, el presidente cuya legitimidad cuestionó durante años lanzando falsas teorías conspirativas sobre su lugar de nacimiento.
Durante la campaña, Obama dijo que Trump no estaba cualificado para ser presidente y alertó del peligro que sería tenerle cerca del botón nuclear. Ya está a un paso de ahí, y todos comienzan a adaptarse a la nueva realidad. Obama pasará el bastón de mando a Trump el próximo 20 de enero.
“Mi prioridad número uno en los próximos dos meses de facilitar una transición que garantice que nuestro presidente-electo tenga éxito”, dijo Obama. “Y me ha alentado, creo, el interés del presidente electo Trump en querer trabajar con mi equipo sobre los muchos asuntos que este gran país afronta. Y creo que es importante para todos, independientemente del partido y de las preferencias políticas, que nos unamos, que trabajemos juntos, que afrontemos los muchos desafíos que tenemos enfrente.”
El presidente saliente dijo que él y la primera dama, Michelle Obama, se esforzarían por que los Trump —Donald, y la futura primera dama Melania— se sientan bienvenidos en su nuevo hogar.
“Sobre todo, quiere insistirle, señor presidente electo, que ahora queremos hacer todo lo que podamos para ayudarle a tener éxito. Porque si usted tiene éxito, el país tendrá éxito”, concluyó.
El tono fue cordial, pero frío. No se llamaron por su nombre, Donald y Barack, sino con el distante “señor presidente” y “señor presidente electo”, que en mundo de habla hispana equivaldría al trato de usted. Tampoco hubo, como en otras ocasiones en que ha comenzado el traspaso de poderes, una foto de ambas familias.
Trump reveló en su intervención que nunca se había reunido con Obama. “Siento un gran respeto”, dijo. “Hemos hablado de muchas situaciones diferentes, algunas maravillosas y algunas dificultades”.
El presidente electo dijo que, en la reunión, Obama le explicó algunos de los logros de su presidencia, un legado que él puede destruir parcialmente si aplica su programa. Y añadió que buscaría su consejo en el futuro.
Tras una elecciones que han sacudido el orden establecido y expresado el deseo de ruptura de una parte del país, el mensaje fue de continuidad. Trump, como ha hecho en las horas posteriores a su victoria, buscó un tono presidencial y respetuoso, opuesto al que adoptó en la campaña. Obama habló a los demócratas que se sienten devastados por la derrota de Hillary Clinton ante Trump y a los estos días protestan en las calles: la democracia funciona así y hay que respetarla. Y envió un mensaje a los socios y rivales en el internacionales que pueden creer que la llegada de Trump al Despacho Oval augura una etapa inestabilidad en Washington y el resto del mundo: las instituciones democráticas son sólidas, Estados Unidos seguirá siendo Estados Unidos.
Marc Bassets
Washington, El País
Barack Obama se reunió este jueves con su sucesor, Donald Trump, para iniciar el traspaso de poderes entre ambas presidencias. Tras una reunión de una hora y media, el demócrata Obama, sentado junto al republicano Trump en el Despacho Oval, envió un mensaje de estabilidad: la transición será fluida y respetuosa, el sistema funciona pese a la victoria en las elecciones del martes de un populista que ha cuestionado este mismo sistema. Trump declaró su respeto por el presidente saliente y dijo que buscará su consejo en el futuro. La liturgia democrática, más allá de las personas y las ideas, por muy amenazantes que sean, se sintió con todo su peso.
Washington vivió una de las jornadas más extraordinarias en tiempos recientes, el inicio del desembarco de un hombre de negocios y showman televisivo que contra pronóstico ganó las elecciones del martes tras una campaña de insultos y mentiras, nacionalismo y xenofobia.
Lado a lado, en el espacio casi sagrado del Despacho Oval de la Casa Blanca, donde durante los próximos cuatro años dirigirá los destinos del país más poderoso del planeta, el presidente-electo Trump se reunió con Obama, el hombre al que acusó de haber fundado el Estado Islámico, el presidente cuya legitimidad cuestionó durante años lanzando falsas teorías conspirativas sobre su lugar de nacimiento.
Durante la campaña, Obama dijo que Trump no estaba cualificado para ser presidente y alertó del peligro que sería tenerle cerca del botón nuclear. Ya está a un paso de ahí, y todos comienzan a adaptarse a la nueva realidad. Obama pasará el bastón de mando a Trump el próximo 20 de enero.
“Mi prioridad número uno en los próximos dos meses de facilitar una transición que garantice que nuestro presidente-electo tenga éxito”, dijo Obama. “Y me ha alentado, creo, el interés del presidente electo Trump en querer trabajar con mi equipo sobre los muchos asuntos que este gran país afronta. Y creo que es importante para todos, independientemente del partido y de las preferencias políticas, que nos unamos, que trabajemos juntos, que afrontemos los muchos desafíos que tenemos enfrente.”
El presidente saliente dijo que él y la primera dama, Michelle Obama, se esforzarían por que los Trump —Donald, y la futura primera dama Melania— se sientan bienvenidos en su nuevo hogar.
“Sobre todo, quiere insistirle, señor presidente electo, que ahora queremos hacer todo lo que podamos para ayudarle a tener éxito. Porque si usted tiene éxito, el país tendrá éxito”, concluyó.
El tono fue cordial, pero frío. No se llamaron por su nombre, Donald y Barack, sino con el distante “señor presidente” y “señor presidente electo”, que en mundo de habla hispana equivaldría al trato de usted. Tampoco hubo, como en otras ocasiones en que ha comenzado el traspaso de poderes, una foto de ambas familias.
Trump reveló en su intervención que nunca se había reunido con Obama. “Siento un gran respeto”, dijo. “Hemos hablado de muchas situaciones diferentes, algunas maravillosas y algunas dificultades”.
El presidente electo dijo que, en la reunión, Obama le explicó algunos de los logros de su presidencia, un legado que él puede destruir parcialmente si aplica su programa. Y añadió que buscaría su consejo en el futuro.
Tras una elecciones que han sacudido el orden establecido y expresado el deseo de ruptura de una parte del país, el mensaje fue de continuidad. Trump, como ha hecho en las horas posteriores a su victoria, buscó un tono presidencial y respetuoso, opuesto al que adoptó en la campaña. Obama habló a los demócratas que se sienten devastados por la derrota de Hillary Clinton ante Trump y a los estos días protestan en las calles: la democracia funciona así y hay que respetarla. Y envió un mensaje a los socios y rivales en el internacionales que pueden creer que la llegada de Trump al Despacho Oval augura una etapa inestabilidad en Washington y el resto del mundo: las instituciones democráticas son sólidas, Estados Unidos seguirá siendo Estados Unidos.