Hollywood contra Trump: el fracaso de los triunfadores
Divos del cine y la música, de Madonna a Spielberg, apoyaron la campaña de Clinton
Ahora lamentan en las redes sociales la derrota de su mensaje
T. K.
Madrid
Hace meses, los Rolling Stones lamentaron que una de sus canciones sonara en un mitin de Donald Trump. Semanas después, ante la indiferencia del candidato republicano, volvieron a quejarse. “No le apoyamos”, afirmó la banda en julio en Twitter, y defendió que sus temas eran usados sin su permiso. Pero el magnate hizo oídos sordos y siguió por su camino. Daban igual las protestas de sus Satánicas Majestades. No importaba tampoco que otra quincena de célebres músicos, de Adele a Aerosmith, de R.E.M. a Elton John, atacara a Trump con los mismos argumentos. Ni mucho menos el aspirante a la presidencia se preocupó porque casi todo Hollywood respaldara públicamente la candidatura de Hillary Clinton. De nada sirvió. Las estrellas, los triunfadores habituales, perdieron. Y ganó Trump. De ahí que su primer discurso como nuevo presidente de EE UU se cerrara hoy con una canción que era todo un mensaje: You Can’t Always Get What You Want (No siempre puedes obtener lo que quieres), de los Rolling Stones.
Enseguida, Mick Jagger, líder del grupo, contestaba en Twitter: "Estaba viendo las noticias. Quizás me pidan que cante You Can’t Always Get What You Want en la inauguración. ¡Ja!". Y decenas de divos más se han apresurado a lamentar en la misma red social un resultado electoral que los ha dejado entre sorprendidos y hundidos, además de ninguneados. Porque muchos pesos pesados de música, cine y literatura de EE UU se movilizaron en los meses previos a las elecciones de ayer para favorecer el triunfo de la candidata demócrata. Steven Spielberg, J.J. Abrams, Quentin Tarantino, Beyoncé, Darren Aronofsky, James Cameron, John Grisham, George R. R. Martin, Leonardo DiCaprio, Roger Waters, Bon Jovi o Brian May son solo una pequeña parte de la lista de famosos que se opusieron a Trump. Hasta el último segundo: entre otros, Madonna celebró por sorpresa un concierto a favor de Hillary Clinton justo en la víspera del voto y Bruce Springsteen afirmó el día antes que la elección no podía ser “más clara”. Pero la mitad de los votantes no les hizo caso.
De hecho, en varios análisis que ya apuntan a que Trump fue capaz de derrotar a los pilares del sistema y sus voces (grandes medios, encuestas, analistas) también se incluye a los divos de EE UU. Por mucho que sus creaciones sean adoradas, su mensaje político no cundió. Así que ahora muchos oscilan entre lamerse las heridas y tratar de reaccionar con renovada fuerza. "Termine como termine esto, allí es donde empezamos”, afirmó en Twitter Michael Moore, autor de un documental contra Trump (Michael Moore in Trumpland) estrenado justo estos días, en un claro intento de dañar la campaña del republicano. Muchos han recordado además la serie Black Mirror, por sus tramas sobre un presente/futuro distópico y en concreto por el capítulo El momento Waldo, que en su momento pareció un delirio y hoy cobra cierto significado profético. Así que la cuenta oficial en Twitter de la serie de Charlie Brooker también ha comentado el resultado: “Esto no es un episodio. No es marketing. Es la realidad”.
“Un nuevo fuego se ilumina. Nunca nos rendimos. Nunca entregamos EE UU”, escribió Madonna esta mañana, cuando la victoria de Trump ya era cierta, en Twitter. “Reza, América”, comentó otra diva del pop, Lady Gaga, cuyo perfil en esa red social había sido rebautizado estos días “VoteForHillary”. Y J.K.Rowling, la autora de la saga de Harry Potter, intentó contestar con un mensaje de esperanza a una usuaria que se preguntaba qué se puede hacer ahora. “Estamos juntos. Desafiamos a los intolerantes. No dejamos que el discurso del odio se convierta en la normalidad. Aguantamos firmes”, sostuvo la escritora británica.
Entre otros comentarios, será interesante analizar los de cuántos afirmaron que dejarían EE UU si Trump ganaba. Cher ha vuelto a reafirmarse. “No puedo quedarme en Estados Unidos si ese cerdo gana”, reza uno de sus tuits de esta madrugada, cuando todo apuntaba a la victoria de Trump. "Hasta luego América", añadía más tarde en otro mensaje. Pero la lista es mucho más larga, de Miley Cirus a Amy Schumer, pasando por Bryan Cranston. Barbra Streisand afirmó tajantemente que no dudaría en irse a Canadá si Clinton no triunfaba. Y Samuel L. Jackson contó en una entrevista con Jimmy Kimmel que mudaría su “culo negro” a Sudáfrica.
En el fondo, ha sido habitual en estos meses percibir caras de vergüenza y preocupación cada vez que se le preguntaba a algún divo de Hollywood por Donald Trump. “No será presidente de los Estados Unidos, porque el miedo no es algo que sirva para manipular a nuestro país”, fue la profecía más que equivocada que George Clooney lanzó en el pasado festival de Cannes. Y Matt Damon aseguraba a este diario que ni su personaje Jason Bourne podría con un país gobernado por el magnate republicado. “Me da miedo. Y no tanto por sus políticas como por su carácter”, relataba el actor. Y recordaba cuando, en los ochenta, el periodista Graydon Carter contó en un artículo que Trump tenía las manos pequeñas. El que hoy es el nuevo presidente de EE UU no paró desde entonces de enviarle fotos de sus manos, hasta estos días. Así que Damon añadía: “Imagine que esto se junta con el poder que da la presidencia de los Estados Unidos”. Imagine.
Ahora lamentan en las redes sociales la derrota de su mensaje
T. K.
Madrid
Hace meses, los Rolling Stones lamentaron que una de sus canciones sonara en un mitin de Donald Trump. Semanas después, ante la indiferencia del candidato republicano, volvieron a quejarse. “No le apoyamos”, afirmó la banda en julio en Twitter, y defendió que sus temas eran usados sin su permiso. Pero el magnate hizo oídos sordos y siguió por su camino. Daban igual las protestas de sus Satánicas Majestades. No importaba tampoco que otra quincena de célebres músicos, de Adele a Aerosmith, de R.E.M. a Elton John, atacara a Trump con los mismos argumentos. Ni mucho menos el aspirante a la presidencia se preocupó porque casi todo Hollywood respaldara públicamente la candidatura de Hillary Clinton. De nada sirvió. Las estrellas, los triunfadores habituales, perdieron. Y ganó Trump. De ahí que su primer discurso como nuevo presidente de EE UU se cerrara hoy con una canción que era todo un mensaje: You Can’t Always Get What You Want (No siempre puedes obtener lo que quieres), de los Rolling Stones.
Enseguida, Mick Jagger, líder del grupo, contestaba en Twitter: "Estaba viendo las noticias. Quizás me pidan que cante You Can’t Always Get What You Want en la inauguración. ¡Ja!". Y decenas de divos más se han apresurado a lamentar en la misma red social un resultado electoral que los ha dejado entre sorprendidos y hundidos, además de ninguneados. Porque muchos pesos pesados de música, cine y literatura de EE UU se movilizaron en los meses previos a las elecciones de ayer para favorecer el triunfo de la candidata demócrata. Steven Spielberg, J.J. Abrams, Quentin Tarantino, Beyoncé, Darren Aronofsky, James Cameron, John Grisham, George R. R. Martin, Leonardo DiCaprio, Roger Waters, Bon Jovi o Brian May son solo una pequeña parte de la lista de famosos que se opusieron a Trump. Hasta el último segundo: entre otros, Madonna celebró por sorpresa un concierto a favor de Hillary Clinton justo en la víspera del voto y Bruce Springsteen afirmó el día antes que la elección no podía ser “más clara”. Pero la mitad de los votantes no les hizo caso.
De hecho, en varios análisis que ya apuntan a que Trump fue capaz de derrotar a los pilares del sistema y sus voces (grandes medios, encuestas, analistas) también se incluye a los divos de EE UU. Por mucho que sus creaciones sean adoradas, su mensaje político no cundió. Así que ahora muchos oscilan entre lamerse las heridas y tratar de reaccionar con renovada fuerza. "Termine como termine esto, allí es donde empezamos”, afirmó en Twitter Michael Moore, autor de un documental contra Trump (Michael Moore in Trumpland) estrenado justo estos días, en un claro intento de dañar la campaña del republicano. Muchos han recordado además la serie Black Mirror, por sus tramas sobre un presente/futuro distópico y en concreto por el capítulo El momento Waldo, que en su momento pareció un delirio y hoy cobra cierto significado profético. Así que la cuenta oficial en Twitter de la serie de Charlie Brooker también ha comentado el resultado: “Esto no es un episodio. No es marketing. Es la realidad”.
“Un nuevo fuego se ilumina. Nunca nos rendimos. Nunca entregamos EE UU”, escribió Madonna esta mañana, cuando la victoria de Trump ya era cierta, en Twitter. “Reza, América”, comentó otra diva del pop, Lady Gaga, cuyo perfil en esa red social había sido rebautizado estos días “VoteForHillary”. Y J.K.Rowling, la autora de la saga de Harry Potter, intentó contestar con un mensaje de esperanza a una usuaria que se preguntaba qué se puede hacer ahora. “Estamos juntos. Desafiamos a los intolerantes. No dejamos que el discurso del odio se convierta en la normalidad. Aguantamos firmes”, sostuvo la escritora británica.
Entre otros comentarios, será interesante analizar los de cuántos afirmaron que dejarían EE UU si Trump ganaba. Cher ha vuelto a reafirmarse. “No puedo quedarme en Estados Unidos si ese cerdo gana”, reza uno de sus tuits de esta madrugada, cuando todo apuntaba a la victoria de Trump. "Hasta luego América", añadía más tarde en otro mensaje. Pero la lista es mucho más larga, de Miley Cirus a Amy Schumer, pasando por Bryan Cranston. Barbra Streisand afirmó tajantemente que no dudaría en irse a Canadá si Clinton no triunfaba. Y Samuel L. Jackson contó en una entrevista con Jimmy Kimmel que mudaría su “culo negro” a Sudáfrica.
En el fondo, ha sido habitual en estos meses percibir caras de vergüenza y preocupación cada vez que se le preguntaba a algún divo de Hollywood por Donald Trump. “No será presidente de los Estados Unidos, porque el miedo no es algo que sirva para manipular a nuestro país”, fue la profecía más que equivocada que George Clooney lanzó en el pasado festival de Cannes. Y Matt Damon aseguraba a este diario que ni su personaje Jason Bourne podría con un país gobernado por el magnate republicado. “Me da miedo. Y no tanto por sus políticas como por su carácter”, relataba el actor. Y recordaba cuando, en los ochenta, el periodista Graydon Carter contó en un artículo que Trump tenía las manos pequeñas. El que hoy es el nuevo presidente de EE UU no paró desde entonces de enviarle fotos de sus manos, hasta estos días. Así que Damon añadía: “Imagine que esto se junta con el poder que da la presidencia de los Estados Unidos”. Imagine.