Hartos de pandilleros, vecinos de Cochabamba saquean chicherías
El fin de semana dos personas murieron a manos de estos grupos
La Razón (Edición Impresa) / Carlos Vásquez / Cochabamba
Vecinos de Villa Pagador, Cochabamba, saquearon y quemaron los muebles de tres chicherías tras la muerte, el domingo, de Rubén Darío Ramírez Mamani (24), brutalmente golpeado por pandilleros por auxiliar a una joven que era asaltada. Dos niños quedaron huérfanos.
La turba enardecida ingresó a los locales y destrozó los ambientes; rompió los recipientes de chicha y lanzó a la calle sillas, mesas y equipos de sonido, y les prendió fuego.
“Las chicherías tienen que cerrarse”, demandó Juan Vargas, quien advirtió que “en los internet que funcionan durante toda la noche, se reúnen los delincuentes”.
Los jóvenes se citan en estos locales para consumir bebidas alcohólicas y luego cometer delitos, añadió.
Tras la atroz muerte de Javier Canchi Choque, de 17 años, quien fue quemado vivo el sábado por cinco pandilleros, los pobladores de Alto Sivingani, con pancartas, petardos y gritos, protestaron frente a una Estación Policial Integral exigiendo que se dé con los autores intelectuales y materiales del asesinato.
El director de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen, coronel Gualberto Díaz, llegó hasta la comunidad de Alto Sivingani para calmar los ánimos de los ciudadanos.
La noche del sábado 29 de octubre, Delia, exenamorada del estudiante del colegio María Auxiliadora, lo citó en Alto Sivingani, zona sur de la ciudad de Cochabamba. Allí le aguardaban los pandilleros, quienes le golpearon, le maniataron, le rociaron con gasolina y prendieron fuego.
“Por favor dénme agua, quiero agua, échenme agua”. “Si puedes matáme, ya no quiero sufrir”, le dijo el colegial al vecino que le auxilió.
Sin embargo, no resistió las graves lesiones y murió el domingo debido a una falla multiorgánica.
La Razón (Edición Impresa) / Carlos Vásquez / Cochabamba
Vecinos de Villa Pagador, Cochabamba, saquearon y quemaron los muebles de tres chicherías tras la muerte, el domingo, de Rubén Darío Ramírez Mamani (24), brutalmente golpeado por pandilleros por auxiliar a una joven que era asaltada. Dos niños quedaron huérfanos.
La turba enardecida ingresó a los locales y destrozó los ambientes; rompió los recipientes de chicha y lanzó a la calle sillas, mesas y equipos de sonido, y les prendió fuego.
“Las chicherías tienen que cerrarse”, demandó Juan Vargas, quien advirtió que “en los internet que funcionan durante toda la noche, se reúnen los delincuentes”.
Los jóvenes se citan en estos locales para consumir bebidas alcohólicas y luego cometer delitos, añadió.
Tras la atroz muerte de Javier Canchi Choque, de 17 años, quien fue quemado vivo el sábado por cinco pandilleros, los pobladores de Alto Sivingani, con pancartas, petardos y gritos, protestaron frente a una Estación Policial Integral exigiendo que se dé con los autores intelectuales y materiales del asesinato.
El director de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen, coronel Gualberto Díaz, llegó hasta la comunidad de Alto Sivingani para calmar los ánimos de los ciudadanos.
La noche del sábado 29 de octubre, Delia, exenamorada del estudiante del colegio María Auxiliadora, lo citó en Alto Sivingani, zona sur de la ciudad de Cochabamba. Allí le aguardaban los pandilleros, quienes le golpearon, le maniataron, le rociaron con gasolina y prendieron fuego.
“Por favor dénme agua, quiero agua, échenme agua”. “Si puedes matáme, ya no quiero sufrir”, le dijo el colegial al vecino que le auxilió.
Sin embargo, no resistió las graves lesiones y murió el domingo debido a una falla multiorgánica.