¿Es posible que California se independice?
Un grupo independentista propone tras la victoria de Trump un referéndum en marzo de 2019 con una pregunta de sí o no
Pablo Ximénez de Sandoval
Corresponsal en California
Los Ángeles, El País
El hipotético referéndum de independencia de California ya tiene fecha: 13 de marzo de 2019. Las posibilidades de que llegue a celebrarse son mínimas hoy por hoy, pero los proponentes cuentan con el impulso que podría darles un presidente denostado en California y contra el que votaron más de 6 millones de californianos. Este lunes, registraron oficialmente la iniciativa que lanzaría ese proceso.
La iniciativa, presentada dentro del extremo sistema de democracia directa californiano, propone una enmienda a la Constitución de California que elimina el artículo III, sección 1, allí donde dice: “El Estado de California es parte inseparable de los Estados Unidos de América y la Constitución de Estados Unidos es la norma suprema en su territorio”.
En un segundo apartado, añade una provisión a la Ley Electoral estatal que establece la obligación de convocar un referéndum, a celebrar el 13 de marzo de 2019, donde se preguntará: “¿Debe California convertirse en un país libre, soberano e independiente?”. Las opciones de respuesta serán sí o no. El resultado será considerado una declaración de independencia si hay una participación mínima del 50% del censo y el 55% de votos afirmativos. El gobernador estará obligado a pedir inmediatamente el ingreso en Naciones Unidas.
La independencia de California o de Texas, las dos economías más grandes del país, siempre han sido una vaga fantasía sostenida por unos pocos. Sin embargo, la victoria de Donald Trump en las elecciones puede darle un impulso a la iniciativa que la acerque, al menos, a llegar a votarse. En la noche electoral, un empresario de Silicon Valley indignado con el resultado tuiteó que estaba dispuesto a apoyar económicamente cualquier iniciativa en este sentido. El Partido Demócrata tiene el puesto del Gobernador de California, mayorías reforzadas en ambas cámaras del Capitolio estatal y todos los puestos electos estatales. Hillary Clinton ganó a Donald Trump por casi tres millones de votos.
La iniciativa presentada por la plataforma YesCalifornia entra ahora en fase de comentarios del público, después tiene que ser revisada y aprobada por el Estado y finalmente publicada en su versión final para que empiece la recogida de firmas. El grupo que promueve el referéndum presentó nueve iniciativas en este sentido para las anteriores elecciones. Ninguna de ellas reunió el número de firmas necesario para entrar en la papeleta electoral en las elecciones legislativas y a gobernador de noviembre 2018.
Para entrar en la papeleta necesitará reunir 585.407 firmas. Es aquí donde los proponentes cuentan con el efecto Trump para que la gente se anime a dar su apoyo esta vez, al menos, a discutir abiertamente lo que siempre ha sido un movimiento marginal en la política californiana al que nadie tomaba en serio.
El pasado 14 de noviembre, las ciudades de Los Ángeles y Nueva York vieron las protestas más grandes del país contra el presidente electo. En Los Ángeles, decenas de miles de personas ocuparon Wilshire Boulevard, una de las arterias este-oeste de la ciudad. El Ayuntamiento alabó el comportamiento de los manifestantes.
Las máximas autoridades de California llevan una semana poniéndose la venda antes de la herida ante la posibilidad de una presidencia cuyas prioridades chocan radicalmente con las del Estado, no solo dominado por los demócratas sino escorado a la izquierda del partido en la mayoría de los temas.
Los líderes del Senado y la Asamblea estatales, Kevin de León y Anthony Rendon, ambos latinos, se han comprometido públicamente a hacer todo lo que esté en su mano para defender las políticas de protección de los inmigrantes en el estado. California, donde los latinos son ya la primera minoría étnica por delante de los blancos no latinos, es el estado con más inmigrantes de Estados Unidos.
Además, el gobernador dio la bienvenida al presidente electo con un comunicado en el que decía que California no cejará en sus políticas de lucha contra el cambio climático, en las que tiene algunas de las regulaciones más duras del país y se ha convertido en un referente mundial. El estado se plantea también cuál es el futuro de Obamacare, la reforma sanitaria del presidente Barack Obama que abrazó con entusiasmo.
La presidencia de Trump amenaza con desatar un choque institucional entre California y Washington en el que los proponentes del Calexit, que hace dos años fueron ignorados por los votantes, tengan por primera vez cierto momento político.
Pablo Ximénez de Sandoval
Corresponsal en California
Los Ángeles, El País
El hipotético referéndum de independencia de California ya tiene fecha: 13 de marzo de 2019. Las posibilidades de que llegue a celebrarse son mínimas hoy por hoy, pero los proponentes cuentan con el impulso que podría darles un presidente denostado en California y contra el que votaron más de 6 millones de californianos. Este lunes, registraron oficialmente la iniciativa que lanzaría ese proceso.
La iniciativa, presentada dentro del extremo sistema de democracia directa californiano, propone una enmienda a la Constitución de California que elimina el artículo III, sección 1, allí donde dice: “El Estado de California es parte inseparable de los Estados Unidos de América y la Constitución de Estados Unidos es la norma suprema en su territorio”.
En un segundo apartado, añade una provisión a la Ley Electoral estatal que establece la obligación de convocar un referéndum, a celebrar el 13 de marzo de 2019, donde se preguntará: “¿Debe California convertirse en un país libre, soberano e independiente?”. Las opciones de respuesta serán sí o no. El resultado será considerado una declaración de independencia si hay una participación mínima del 50% del censo y el 55% de votos afirmativos. El gobernador estará obligado a pedir inmediatamente el ingreso en Naciones Unidas.
La independencia de California o de Texas, las dos economías más grandes del país, siempre han sido una vaga fantasía sostenida por unos pocos. Sin embargo, la victoria de Donald Trump en las elecciones puede darle un impulso a la iniciativa que la acerque, al menos, a llegar a votarse. En la noche electoral, un empresario de Silicon Valley indignado con el resultado tuiteó que estaba dispuesto a apoyar económicamente cualquier iniciativa en este sentido. El Partido Demócrata tiene el puesto del Gobernador de California, mayorías reforzadas en ambas cámaras del Capitolio estatal y todos los puestos electos estatales. Hillary Clinton ganó a Donald Trump por casi tres millones de votos.
La iniciativa presentada por la plataforma YesCalifornia entra ahora en fase de comentarios del público, después tiene que ser revisada y aprobada por el Estado y finalmente publicada en su versión final para que empiece la recogida de firmas. El grupo que promueve el referéndum presentó nueve iniciativas en este sentido para las anteriores elecciones. Ninguna de ellas reunió el número de firmas necesario para entrar en la papeleta electoral en las elecciones legislativas y a gobernador de noviembre 2018.
Para entrar en la papeleta necesitará reunir 585.407 firmas. Es aquí donde los proponentes cuentan con el efecto Trump para que la gente se anime a dar su apoyo esta vez, al menos, a discutir abiertamente lo que siempre ha sido un movimiento marginal en la política californiana al que nadie tomaba en serio.
El pasado 14 de noviembre, las ciudades de Los Ángeles y Nueva York vieron las protestas más grandes del país contra el presidente electo. En Los Ángeles, decenas de miles de personas ocuparon Wilshire Boulevard, una de las arterias este-oeste de la ciudad. El Ayuntamiento alabó el comportamiento de los manifestantes.
Las máximas autoridades de California llevan una semana poniéndose la venda antes de la herida ante la posibilidad de una presidencia cuyas prioridades chocan radicalmente con las del Estado, no solo dominado por los demócratas sino escorado a la izquierda del partido en la mayoría de los temas.
Los líderes del Senado y la Asamblea estatales, Kevin de León y Anthony Rendon, ambos latinos, se han comprometido públicamente a hacer todo lo que esté en su mano para defender las políticas de protección de los inmigrantes en el estado. California, donde los latinos son ya la primera minoría étnica por delante de los blancos no latinos, es el estado con más inmigrantes de Estados Unidos.
Además, el gobernador dio la bienvenida al presidente electo con un comunicado en el que decía que California no cejará en sus políticas de lucha contra el cambio climático, en las que tiene algunas de las regulaciones más duras del país y se ha convertido en un referente mundial. El estado se plantea también cuál es el futuro de Obamacare, la reforma sanitaria del presidente Barack Obama que abrazó con entusiasmo.
La presidencia de Trump amenaza con desatar un choque institucional entre California y Washington en el que los proponentes del Calexit, que hace dos años fueron ignorados por los votantes, tengan por primera vez cierto momento político.